Cristina de Martos
Desde que la agencia estadounidense del medicamento (FDA) advirtiese en 2008 del aumento de suicidios asociado con el uso de antiepilépticos, el debate en torno a la veracidad de este fenómeno no ha cesado. Una investigación española se suma ahora a las voces que defienden la seguridad de estos fármacos. Sus conclusiones señalan que se pueden usar sin riesgo en pacientes epilépticos.
A raíz de un ensayo clínico que indicaba que los antiepilépticos aumentaban las ideas y acciones suicidas, la FDA decidió incluir una advertencia (denominada 'black box' en inglés) en el prospecto de estos fármacos. Sin embargo, "se consideraba una medida no del todo probada, que necesitaba ser refrendada en una población de usuarios de estos medicamentos", explica a ELMUNDO.es uno de los autores, Alejandro Arana, del gabinete Risk MR Pharmacovigilance Services (con sede en Zaragoza).
"Eso es lo que hemos hecho en este estudio", añade José Luis Ayuso, del departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid, que también firma el trabajo. Los ensayos clínicos, explican ambos, tienen la desventaja de que la población analizada cumple determinados criterios y que el periodo de seguimiento es corto.
Para salvar estos obstáculos, los investigadores extrajeron la información de una base de datos de pacientes británicos y analizaron la correlación entre los intentos de suicidio –consumados o no- y el uso de antiepilépticos en personas con epilepsia, depresión, trastorno bipolar o ninguna de estas tres enfermedades.
Aunque las cifras absolutas indicaban una mayor incidencia de estos episodios entre aquellos que tomaban antiepilépticos, cuando los autores eliminaron los posibles factores de confusión, el riesgo era superior en los pacientes epilépticos que no tomaban esta medicación, según recogen en la revista 'The New England Journal of Medicine'.
En cuanto a las personas con depresión o trastorno bipolar, "observamos un aumento del riesgo de suicidio, pero no podemos saber si es por los antiepilépticos o por la enfermedad de base", explica Arana. Sus análisis "sugieren que la patología es más importante que los fármacos", explican en las páginas de la revista.
"En general –señalan los autores-, nuestros resultados no confirman los hallazgos difundidos por la FDA y reafirman la seguridad de los antiepilépticos, que se llevan usando más de 100 años", añaden.