Según una investigación reciente, al menos una de cada tres pacientes de diabetes muestra evidencia de una enfermedad ocular conocida como retinopatía diabética.
Además, más de 4 por ciento de los pacientes de diabetes tienen retinopatía diabética tan avanzada que amenaza su visión, según un estudio publicado en la edición del 11 de agosto de la Journal of the American Medical Association.
"Este fue un estudio basado en la población nacional y hallamos que entre los estadounidenses que tienen diabetes y al menos cuarenta años, 28.5 por ciento (4.2 millones de personas) tienen retinopatía diabética. Además, 4.4 por ciento tenían retinopatía diabética que amenazaba la visión", explicó el Dr. Xinzhi Zhang, autor líder del estudio, epidemiólogo de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. en Atlanta.
Sin embargo, la noticia no es del todo mala. Los hallazgos del estudio sugieren que un buen control de la glucemia, la presión arterial y el colesterol pueden ayudar mucho a prevenir la enfermedad del ojo diabético. Además, para los que ya muestran señales precoces de retinopatía diabética, el tratamiento con cirugía por láser con frecuencia es útil.
"Si tiene diabetes, cuide muy bien de ella y hágase examinar los ojos regularmente", recomendó Zhang. "Si tiene problemas inicialmente y recibe tratamiento, puede retrasar o prevenir la pérdida de la visión".
La retinopatía diabética causa cambios en los vasos sanguíneos de los ojos. En algunos casos se desarrollan vasos sanguíneos nuevos y anormales, mientras que en otros, los vasos sanguíneos existentes se inflaman y gotean, según el Instituto Nacional del Ojo. La retinopatía diabética continúa siendo la causa principal de pérdida de la visión entre la población de 20 a 74 años en los EE. UU., según la información de respaldo de este estudio.
El último estudio que examinó la prevalencia nacional de la retinopatía diabética se realizó entre 1988 y 1994. Para obtener un estimado actualizado de la prevalencia actual de enfermedad actual, Zhang y sus colegas revisaron datos de la Encuesta nacional de examen de la salud y la nutrición entre 2005 y 2008, en la que participaron cerca de 7,000 personas mayores de cuarenta.
De todas estas personas, 1,006 informaron que se les había diagnosticado diabetes o tenían lecturas de hemoglobina A1C por encima de 6.5 por ciento. La hemoglobina A1C es una medida del control a largo plazo de la glucemia y, según la Asociación Estadounidense de Diabetes, alguien que tenga un nivel de 6.5 por ciento o superior tiene diabetes. El estudio no diferenció entre la diabetes tipo 1 y la tipo 2.
Además de hallar que cerca de uno de cada tres pacientes de diabetes tiene algún tipo de retinopatía diabética, los investigadores hallaron también que ligeramente un poco más hombres que mujeres tienen la enfermedad (cerca de 32 por ciento, frente a 26 por ciento) y que los negros y los estadounidenses de origen mexicano presentan un índice más elevado del trastorno que los blancos (cerca de 39, 34 y 26 por ciento respectivamente).
Entre otros factores de riesgo para la retinopatía diabética hallados en el estudio se encontraron un nivel superior de A1C (que indica mal control de la glucemia), presión arterial sistólica superior y mayor duración de diabetes y uso de insulina.
Zhang aseguró que muchos de estos factores de riesgo, como A1C elevada o necesidad de insulina (entre los diabéticos de tipo 2) podrían indican una diabetes más grave, que es más probable que cause retinopatía diabética.
"Me sorprendió que siga habiendo una prevalencia tan alta de retinopatía diabética", aseguró el Dr. Richard Bergenstal, presidente de medicina y ciencia de la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA). "Hemos avanzado mucho en el tratamiento de la diabetes y la esperanza siempre es que las complicaciones estén desapareciendo, pero sigue habiendo mucha gente que no llega a las metas de control de la glucemia".
Bergenstal aseguró que todos los que tienen diabetes tipo 2 deben someterse a una prueba de pupila dilatada luego del diagnóstico de diabetes porque es muy probable que hayan tenido diabetes durante algún tiempo sin saberlo. Luego del examen inicial, dijo, la prueba de pupila dilatada es necesaria cada año. Quizá la gente a la que acaban de diagnosticar diabetes tipo 1 puede esperar algunos años antes de someterse a la primera prueba de pupila dilatada, pero luego deben hacérsela también cada año.
Bergenstal señaló que para ayudar a prevenir la retinopatía, las personas que tengan alguno de los dos tipos de diabetes necesitan mantener buenos niveles de glucemia, mantener controlada su presión arterial y reducir su colesterol con medicamentos, si es necesario.
FUENTES: Xinzhi Zhang, M.D., Ph.D., epidemiologist, U.S. Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta; Richard Bergenstal, M.D., president, medicine and science, American Diabetes Association; Aug. 11, 2010, Journal of the American Medical Association.