Un nuevo estudio indica que las personas con síndrome metabólico tienen más posibilidad de revertirlo si siguen una dieta saludable de manera estricta.
Mientras que eso parecería obvio, el resultado es importante porque demuestra que el patrón alimentario de una persona, y no sólo las características de su alimentación, es lo que cuenta, opinó la doctora Alice Lichtenstein, experta en alimentación y salud cardíaca de la Tufts University que no participó en el estudio.
Una persona tiene síndrome metabólico cuando posee tres o más factores de riesgo: circunferencia de cintura excesiva, triglicéridos elevados, colesterol HDL o "bueno" bajo, hipertensión y azúcar en sangre elevada o diabetes tipo 2.
Según el Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones, el síndrome metabólico duplica el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca y quintuplica el de desarrollar diabetes tipo 2. Casi un cuarto de los adultos de Estados Unidos tiene síndrome metabólico.
El equipo de la doctora Tasnime N. Akbaraly, del University College de Londres, analizó si cumplir estrictamente con el Indice Alternativo de Alimentación Saludable (AHEI, por sus siglas en inglés) podría revertir el trastorno.
El AHEI consiste en un conjunto de guías nutricionales que publicó en el 2002 un equipo de la Escuela de Salud Pública de Harvard. Allí se destaca que hay que consumir granos integrales en lugar de refinados; carne blanca, en lugar de roja, y muchas frutas, verduras, frutos secos y soja.
Estudios habían demostrado que el cumplimiento de esas guías reduce el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas en hombres y mujeres.
El equipo estudió a 339 personas con síndrome metabólico que participaban en el estudio Whitehall II sobre determinantes sociales de la salud en funcionarios públicos de Gran Bretaña. Alrededor de un cuarto era mujer y la edad promedio era de 56 años.
A los cinco años, casi la mitad ya no tenía síndrome metabólico. Quienes más adherían a las guías eran casi dos veces más propensos a haber revertido el trastorno.
Entre las personas con obesidad central (circunferencia de cintura superior a 102 cm en los varones y a 88 cm en las mujeres), aquellas que se alimentaban más saludablemente eran casi tres veces más propensas a haber revertido el síndrome que las que peor patrón alimentario tenían.
La dieta saludable tenía también un efecto beneficioso significativo en las personas que habían comenzado con triglicéridos elevados.
"No se trata de concentrarse en cada una de las características de la dieta", dijo Lichtenstein. Además de comer saludablemente, la experta recomendó no olvidar la actividad física regular, un elemento clave para mantener la salud cardíaca en buen estado.
FUENTE: Diabetes Care, online 29 de julio del 2010
Reuters Health