Los médicos que son ateos o agnósticos son casi el doble de propensos que sus pares religiosos a elegir opciones médicas que puedan terminar más rápidamente con la vida de un paciente terminal, según revela un estudio británico reciente.
"Las creencias religiosas de los médicos británicos influyen en la forma en que brindan atención a los moribundos", concluyó el autor del estudio, Clive Seale, profesor de sociología médica en el Centro para las Ciencias de la Salud en Barts, y de la Facultad de medicina y odontología de Londres de la Universidad de la Reina María de Londres.
Por ejemplo, "los médicos religiosos son menos propensos a referir haber tomado decisiones que esperaban, o que pretendían parcialmente, que recortaran las vidas de los pacientes, como retirar los tratamientos que soportan la vida", señaló Seale. "[Además,] en las pocas ocasiones en que toman tales decisiones, son menos propensos a decir que las discutieron con el paciente".
Seale informa sobre los hallazgos en la edición en línea del 26 de agosto de la revista Journal of Medical Ethics.
Para entender mejor el tema, Seale analizó casi 4,000 respuestas a una encuesta sobre la atención al final de la vida y las creencias religiosas, que completaron entre 2007 y 2008 médicos que trabajan y vivían en el Reino Unido.
Entre los encuestados había representantes de campos muy diversos, entre ellos neurólogos, médicos generales, médicos de salud pública, y especialistas en la atención de los adultos mayores y medicina paliativa.
Se pidió a cada médico que revelara sus creencias y antecedentes religiosos, etnia, opiniones sobre el uso de sedantes, y punto de vista sobre el continuo debate legal sobre la muerte asistida. A cada uno también se le pidió que discutiera su experiencia con el paciente que hubiera muerto más recientemente bajo su cuidado.
Seale encontró que los médicos que se enfocaban en la atención de los adultos mayores eran un poco más propensos a ser asiáticos y a identificarse como hindúes o musulmanes. Los que se dedicaban a la atención paliativa eran más propensos a ser blancos, a identificarse como cristianos y a describirse como "religiosos".
Seale anotó que los médicos generales no parecían ser más propensos a tener creencias religiones firmes en general. El hallazgo contrasta con investigaciones anteriores que se enfocaban en los antecedentes de los médicos generales estadounidenses, y que encontraron que como grupo eran más propensos a ser "religiosos".
Aunque la etnia no pareció tener mucho que ver con el proceso de toma de decisión sobre temas éticos controversiales, en general los médicos blancos (el grupo de mayor tamaño) eran los menos propensos a decir que tenían creencias religiosas firmes, y los más propensos a respaldar los cambios legales que permiten la participación de los médicos en ámbitos de muerte asistida.
Los médicos que no eran blancos ni asiáticos eran más propensos a oponerse a la muerte asistida, al igual que los médicos de atención paliativa en conjunto.
Independientemente de la especialidad, los médicos que se describían a sí mismos como "muy o extremadamente" no religiosos eran en general más propensos a haber incorporado sedantes en el tratamiento de los pacientes moribundos, y el doble de propensos que los médicos religiosos a haber participado en decisiones que tenían el objetivo de acelerar la muerte.
Los médicos con especialidades hospitalarias eran unas diez veces más propensos a decir que habían participado en una decisión que se esperaba acelerara el final de la vida, en comparación con los médicos de atención paliativa. De hecho, ese último grupo era el menos propenso a haber participado en decisiones de este tipo, independientemente de la religión, encontró Seale.
Tal como se había observado en la investigación estadounidense, Seale observó que los médicos muy religiosos de todas las etnias eran menos propensos a discutir opciones que tuvieran por objetivo acelerar la muerte de sus pacientes, aunque el paciente fuera capaz de tener esa conversación.
Seale sugirió que todos los médicos, sean religiosos o no, deben hacer un mayor esfuerzo por considerar cómo sus perspectivas personales podrían tener un impacto sobre las interacciones entre médico y paciente, y en el proceso general de toma de decisiones sobre el tratamiento.
"Creo que médicos y pacientes deben estar más conscientes del rol que las creencias y valores del proveedor de atención tienen cuando planifican la atención al final de la vida", señaló.
El Dr. R. Sean Morrison, presidente de la American Academy of Hospice and Palliative Medicine, y director del Centro Nacional de Investigación sobre Atención Paliativa, concurrió en que la perspectiva personal del médico tiene importancia.
"Los médicos tienen sentimientos", planteó. "Los médicos tienen creencias. Y esos sentimientos y creencias pueden influenciar algunos de los consejos que dan y las decisiones que toman. Pero la clave es no permitir que esos sentimientos y creencias guíen la atención, sino reconocer el momento en que se presentan y cómo podrían entrar en conflicto con los mejores intereses del paciente".
Respecto a esto, Morrison, que también es vicepresidente de investigación del departamento de geriatría y medicina paliativa Brookdale de la Escuela de Medicina Mount Sinai en la ciudad de Nueva York, apuntó que algunas facultades de medicina han comenzado a abordar el tema, para sensibilizar a los médicos sobre estos conflictos de intereses.
"Se trata de un fenómeno reciente de los últimos 10 años, en el contexto del crecimiento de la atención paliativa", aseguró. "Pero ahora es una de las cosas que nos enseñan, cómo reconocer los propios sentimientos y creencias, y a reconocer cuándo dichos sentimientos y creencias pueden estar controlando nuestras acciones. Y a reconocer cómo manejarlo para que el paciente sea la única consideración. Y eso requiere capacitación".
FUENTES: Clive Seale, Ph.D., professor, medical sociology, Centre for Health Sciences, Barts and The London School of Medicine and Dentistry, Queen Mary University of London; R. Sean Morrison, M.D., president, American Academy of Hospice and Palliative Medicine, director, National Palliative Care Research Center, and professor and vice chair, research, Brookdale department of geriatrics and palliative medicine, Mount Sinai School of Medicine, New York City; Aug. 26, 2010 Journal of Medical Ethics, online.