El estigma acerca de la depresión es fuerte entre los estudiantes de medicina y esto causa preocupación acerca de su disposición a buscar tratamiento, según una investigación que se publica en JAMA.
ANN ARBOR, Michigan.— Los estudiantes de medicina experimentan depresión en mayor proporción que la población general y asignan altos niveles de estigma a la enfermedad mental, según una investigación de la Universidad de Michigan que se publica en la edición del 15 de septiembre de la revista Journal of the American Medical Association, JAMA.
El estudio mostró que el 53,3 por ciento de los estudiantes de medicina que dieron cuenta de altos niveles de síntomas depresivos también estaban preocupados de que la revelación de su enfermedad pudiera ser un riesgo. Casi el 62 por ciento de los mismos estudiantes dijo que el pedir ayuda significa que las destrezas del estudiante para lidiar con la depresión son inadecuadas.
Los estudiantes que experimentaban depresión entre moderada y grave también estuvieron de acuerdo que el revelar su enfermedad significaría que los otros les considerarían incapaces de manejar las responsabilidades de la escuela de medicina y que los otros estudiantes les tendrían menos respeto.
El estudio mostró que el 14,3 por ciento de los estudiantes dió cuenta de depresión entre moderada y grave, lo cual es más alto que el índice del 10 al 12 por cieno que habitualmente se encuentra entre la población en general, dijo Thomas L. Schwenk, autor principal del artículo y titular de la cátedra George A. Dean, Director del Departamento de Medicina Familiar en la UM.
“Estos resultados muestran que los estudiantes que sufren depresión se sienten altamente estigmatizados por los otros estudiantes y por los miembros del cuerpo docente”, dijo Schwenk, quien también es profesor de Medicina Familiar.
“Los estudiantes de medicina encaran demandas extraordinarias. Sienten que están tomando decisiones de vida o muerte y que jamás pueden equivocarse. Hay una presión tan enorme para ser perfecto que cualquier percepción de que no se da la medida les hace sentir muy ansiosos”, añadió.
Lo que es preocupante acerca de estos resultados es que podrían indicar que es menos probable que los estudiantes reciban tratamiento si sufren depresión, indicó Schwenk. En términos generales los resultados mostraron que los estudiantes de medicina consideran que los estudiantes deprimidos tienen menos valor, agregó.
“Al parecer existe un nivel significativo de intolerancia para la depresión y, por inferencia, hacia las enfermedades mentales en general. Es posible que los estudiantes equiparen, de manera inapropiada, la depresión con los problemas en el desempeño”, dijo Schwenk.
“Queremos proporcionar un ambiente de educación médica en el cual la depresión se trate como cualquier otro problema de salud que merece detección, tratamiento y prevención”, añadió. “Lo más importante es que queremos que los estudiantes de medicina se sientan cómodos si buscan ayuda”.
Desde la perspectiva del público, los resultados son inquietantes ya que podrían indicar una intolerancia hacia los pacientes con síntomas de depresión.
“Si los estudiantes de medicina se critican unos a otros por la depresión ¿cómo se transfiere eso a los pacientes? No queremos que la experiencia de la educación médica los haga menos tolerantes hacia la enfermedad mental. El estigma parece estar disminuyendo entre el público en general. Pero es posible que la profesión médica vaya con retraso en esto”, dijo Schwenk. “De alguna manera tenemos que cambiar el ambiente en el cual se instruye a los futuros médicos”.
Schwenk dijo que en la UM y otras muchas escuelas de medicina los estudiantes tienen acceso a tratamientos y servicios confidenciales relacionados con la depresión. Es necesario alentar a los estudiantes para que aprovechen esos recursos.
Asimismo Schwen indicó que él continuará la investigación con un seguimiento de los estudiantes observados a medida que progresan en su instrucción médica. El estudio involucró a alumnos matriculados en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan entre septiembre y noviembre de 2009.