Por Steven Reinberg
Un análisis reciente de estudios a gran escala halla que, aunque millones toman complementos que contienen glucosamina y condroitina para aliviar el dolor de la osteoartritis en caderas y rodillas, no hay evidencia de que estos complementos tengan efectos curativos.
El informe más reciente es uno de varios que no han encontrado efectos beneficiosos de ninguno de los dos complementos para aliviar el dolor de la artritis. Sin embargo, debido a que no hay evidencia de que las pastillas hacen daño, los autores del nuevo informe aseguran que no hay razón para dejar de tomarlas si los pacientes sienten que les ayudan.
Por otro lado, "si un paciente no se ha tomado [ya] estos preparados, no tiene mucho sentido que se le estimule a tomar estos complementos", señaló el Dr. Peter Juni, investigador líder, jefe de la división de epidemiología clínica y bioestadística del Instituto de Medicinas Social y Preventiva de la Universidad de Berna (Suiza).
El mensaje de fondo, según Juni, es que "ninguno de los dos complementos que evaluamos parece tener un beneficio clínicamente relevante en cuanto al alivio del dolor que podría ser percibido por pacientes de artritis de rodilla o de cadera".
El informe aparece en la edición en línea del 17 de septiembre de BMJ.
Según los investigadores, durante los últimos diez años, los médicos han recetado complementos de glucosamina y condroitina, y muchos millones alrededor del mundo los han comprado sin receta.
Según la información de respaldo del estudio, en 2008 las ventas de complementos de glucosamina alrededor del mundo alcanzaron casi $2,000 millones, un aumento cercano al 60 por ciento desde 2003.
Para el nuevo estudio, el equipo de Juni analizó los resultados de diez ensayos clínicos aleatorizados en los que participaron más de 3,800 pacientes de osteoartritis de rodilla o de cadera. Los ensayos, que compararon a la gente que tomaba los complementos con un grupo de control que no los estaba tomando, se enfocó en cualquier cambio en los niveles de dolor luego de que los pacientes tomaron glucosamina, condroitina o ambos, y los compararon entre sí o con un placebo.
Al analizar los datos, los investigadores no hallaron efectos clínicos relevantes de la condroitina, la glucosamina o ambos para el dolor de las articulaciones, o para estrechar el espacio dentro de las articulaciones adoloridas.
En sus comentarios sobre el estudio, el Dr. Andrew Sherman, profesor asociado y vicepresidente del departamento de medicina de rehabilitación de la Facultad de medicina Leonard M. Miller de la Universidad de Miami, aseguró que "necesitamos examinar más estrechamente estos medicamentos de venta sin receta que aducen ser la panacea y podrían no estar valiendo la pena".
Por su parte, Juni señaló que "si el paciente ya ha tomado los preparados y realmente cree que habrá un beneficio, que muy probablemente se relaciona con la historia natural de la enfermedad o con un efecto placebo, a la luz del hecho de que no tenemos evidencia de que estos preparados sean inseguros, no hay razón real para desalentar a estos pacientes de tomar estos preparados mientras puedan cubrir el costo".
Sherman estuvo de acuerdo en que algunas personas informan que estos complementos les ayudan.
"¿Será que tanto quieren que les ayuda que en realidad se sienten mejor y eso constituye un efecto placebo? ¿Será que puede ayudar a una reducida minoría, no a la mayoría?", se preguntó.
Debido a que no parece haber consecuencias negativas por tomar estos complementos (a excepción del costo), no parece hacer daño hacerlo, aseguró Sherman.
El estudio sí sugiere, sin embargo, que las afirmaciones que hacen las empresas que preparan los complementos "deben ser revaluadas, escudriñadas y criticadas hasta que un estudio de gran tamaño muestre que el medicamento funciona", aseguró Sherman. "Por ahora, no existe ningún estudio de este tipo".
(FUENTES: Peter Juni, M.D., head, division of clinical epidemiology and biostatistics, Institute of Social and Preventive Medicine, University of Bern, Switzerland; Andrew Sherman, M.D., associate professor and vice-chair, department of rehabilitation medicine, University of Miami Leonard M. Miller School of Medicine; Sept. 17, 2010, BMJ, online).