Por Lynne Peeples
NUEVA YORK (Reuters Health) - Las personas que viven cerca de una planta de producción de acero u otra fuente de emisiones de manganeso tendrían alto riesgo de desarrollar Parkinson.
Un millón de estadounidenses conviven con esa enfermedad degenerativa, según la Parkinson's Disease Foundation. Los pesticidas de las granjas aumentan la posibilidad de desarrollarla, pero poco se sabe sobre los efectos de la vida urbana.
"Los factores de riesgo ambientales del Parkinson están relativamente subestudiados, en especial en las ciudades, donde vive la gran mayoría de los pacientes con Parkinson", dijo por e-mail el doctor Brad A. Racette, de la Escuela de Medicina de Washington University, en St. Louis, Missouri.
El equipo de Racette analizó datos de 5 millones de beneficiarios de Medicare que no se habían mudado de condado entre 1995 y el 2003.
Luego, compararon la cantidad de casos de Parkinson con las emisiones industriales de cobre, plomo y manganeso obtenidas de la Agencia de Protección Ambiental.
Al 2003, menos del 1 por ciento de los habitantes de las ciudades tenía Parkinson. En los condados con baja o nula emisión de metales, 274 de cada 100.000 residentes tenía la enfermedad, comparado con 489 residentes en condados con elevados niveles de manganeso.
El riesgo se mantuvo alto tras considerar la edad, el sexo y la etnia, publica el equipo en American Journal of Epidemiology. En las áreas con niveles elevados de emisiones de cobre también se registraron más casos de Parkinson, pero ese aumento fue tan leve que podría atribuirse al azar.
El equipo ignora si el manganeso realmente hizo que más personas desarrollaran Parkinson. Es posible que en los condados con altas emisiones de manganeso influyeran otros factores de riesgo.
FUENTE: American Journal of Epidemiology, online 19 de octubre del 2010.