Seguir el consejo de mama podría haber tenido mucho que ver con la evitación de un crisis sanitaria considerable.
Los temores al virus de la gripe H1N1 alcanzaron un punto álgido en el invierno pasado y los funcionarios sanitarios temían un brote generalizado causado por un suministro insuficiente de la necesaria vacuna. Pero se evitó una epidemia y algunos expertos de la salud consideran que se debe a que más gente que nunca antes se ha lavado las manos regularmente.
En los EE. UU., lavarse las manos se ha convertido en un hábito común, según la Sociedad Estadounidense de Microbiología y el Instituto de Limpieza Estadounidense (American Cleaning Institute). En septiembre publicaron un estudio que halló que al menos el 85 por ciento de las personas se lavaba las manos en baños públicos en 2008, los niveles más altos observados desde que comenzaron a investigar los hábitos de lavado de manos en 1996.
Y aunque no hay evidencia científica directa de que lavarse las manos mantuviera a raya el H1N1 lo suficiente para que se desarrollara y distribuyera una vacuna, el jefe de la Asociación de Salud Pública Estadounidense aseguró que considera que la buena higiene muy probablemente tuvo que ver en gran medida para que el virus nunca se fortaleciera en los EE. UU.
"Lavarse las manos realmente es la piedra angular de la buena higiene y el buen saneamiento", aseguró el Dr. Georges Benjamin, director ejecutivo del grupo. "Antes de que tuviéramos la vacuna, teníamos que depender de cosas como cubrirnos la boca y la nariz al estornudar, lavarnos las manos con la mayor frecuencia posible y evitar el contacto con las manos de otras personas".
Las manos de las personas siempre están recolectando virus y bacterias cuando tocan otras superficies, aseguró Jeff Dimond, vocero de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
"Otra persona podría haber tocado una puerta, un teclado, un vaso, un pasamanos, uno no sabe", continuó Dimond. "Y el virus de la gripe puede sobrevivir hasta cinco horas en esas superficies. Le pica el ojo, se rasca y ya está, ya tiene el virus".
La mejor manera de eliminar de las manos estos agentes infecciosos es lavárselas. Pero hay que lavárselas bien, algo que muchos no saben hacer, según Benjamin y Dimond.
Primero, hay que usar jabón y agua tibia. Benjamin señaló que simplemente rociarse un poquito de agua en las manos y luego secarlas no elimina los virus.
"El jabón ayuda a cortar la grasa y a limpiar mugre y tierra", dijo. "Entre la grasa y la mugre pueden florecer los microorganismos. Hay que usar jabón y agua tibia para deshacerse de ellos".
Y el jabón no tiene que ser antibacteriano para el lavado cotidiano de las manos. Casi cualquier tipo de jabón que haga espuma sirve. "Los jabones antibacterianos no son necesariamente mejores a menos que usted esté en un ambiente quirúrgico o médico", señaló Benjamin.
Luego, hay que frotarse las manos entre sí vigorosamente para cubrir todas las superficies de los dedos y de las palmas. Es la fricción lo que desprende los virus de la piel. "Hay que cubrirse bien las manos de espuma y frotárselas bien con ella", explicó Dimond.
Y tómese su tiempo. La gente que se lava las manos con rapidez podría no eliminar todos los gérmenes. Los CDC recomiendan que la gente se lave las manos durante al menos veinte segundos, el tiempo que toma cantar, por ejemplo, "Cumpleaños Feliz" dos veces.
Cuando termine de lavarse, asegúrese de enjuagarse. Enjuagarse saca la mugre, la suciedad y los virus, junto con la espuma.
Finalmente, séquese las manos. Las manos húmedas recogen virus de las superficies con más facilidad que las secas. "Si tienes las manos mojadas, en cuanto toque algo, otra vez va a ensuciarse", recalcó Benjamin. Las manos húmedas o mojadas luego del lavado también pueden resecarse y resquebrajarse, lo que le ofrece a los virus otro lugar para aposentarse y ocultarse.
La gente debe lavarse las manos a horas específicas del día, según Benjamin y los CDC, por ejemplo:
Siempre que se vean sucias
Antes y después de preparar o consumir alimentos
Luego de usar el baño
Luego de estrechar muchas manos en una reunión
Luego de toser, estornudar o sonarse
Antes y después de tratar un corte o una herida
Luego de manipular basura o excremento de animales
Antes y después de atender a un enfermo
Ahora hay desinfectante para las manos en muchos gimnasios y sitios de trabajo. Generalmente son de base alcohólica y no es necesario usar agua y jabón. Debe rociarse las manos y luego frotárselas hasta que se sequen.
Aunque son efectivos, los desinfectantes no son tan buenos como la misma agua y el mismo jabón de siempre, coincidieron Benjamin y Dimond.
"Son buenos como alternativas, si no hay nada más disponible, porque sí eliminan virus y bacterias", aclaró Benjamin. "Pero no eliminan la mugre ni los cuerpos extraños. El agua y el jabón son insuperables".
FUENTES: Georges Benjamin, M.D., executive director, American Public Health Association, Washington, D.C.; Jeff Dimond, spokesman, U.S. Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta