Las nuevas directrices médicas sugieren que los médicos deberían usar antibióticos y una actitud vigilante al tratar infecciones de garganta reiteradas en los niños y recurrir a la amigdalectomía únicamente en los casos más graves.
Un panel de expertos conformado para abordar los costos y los riesgos de las amigdalectomías innecesarias halló que la mayoría de los niños que tienen dolor de garganta frecuente mejoran sin cirugía.
"La amigdalectomía es [una de las] operaciones más comunes de la infancia en los EE. UU., por lo que es crítico que los que realizamos el procedimiento sepamos a quién administrárselo y cómo gestionar al paciente", señaló el Dr. Lee P. Smith, jefe de otorrinolaringología pediátrica del Centro Médico Infantil Steven y Alexandra Cohen de Long Island.
Las amígdalas son bultos de tejido linfático del tamaño de una nuez que se encuentran en la parte posterior de la garganta.
Las directrices, publicadas en la edición de enero de Otolaryngology -- Head and Neck Surgery, identifican a los candidatos apropiados para amigdalectomía de entre 1 y 18 años y establecen un estándar de cuidado para esos pacientes.
Cada año se realizan más de medio millón de amigdalectomías en los EE. UU. en niños menores de quince años. Según los expertos, en ciertos pacientes, quizá los que tienen problemas de sueño relacionados con las amígdalas o infecciones reiteradas que no responden a los antibióticos, la operación puede mejorar su salud y calidad de vida.
Pero para los pacientes con casos moderados de infecciones de la garganta, la amigdalectomía podría ser innecesaria y hasta peligrosa, según halla el panel. Entre los riesgos se encuentra la probabilidad de hemorragia, complicaciones de la anestesia, trauma en la mandíbula, infecciones, daño a las vías respiratorias y, en casos poco comunes la muerte.
En lugar de optar de forma apresurada por la cirugía, las directrices de la Academia de Otorrinolaringología recomiendan vigilar a los niños que han tenido menos de siete infecciones durante el año anterior, menos de cinco al año durante los dos años anteriores y menos de tres anuales durante los últimos tres años. (El panel recomienda que los padres lleven un registro en casa del historial de salud de sus hijos).
"Me parece que las directrices son una colaboración excelente entre otorrinolaringólogos, pediatras e infectólogos para ayudar a estandarizar la atención de los niños que tienen enfermedad amigdalina", señaló el Dr. Jerry Schreibstein de Ear, Nose and Throat Surgeons of Western New England de Springfield, Massachusetts.
"Resaltan que las indicaciones de amigdalitis no son únicamente en casos de infecciones por estreptococos sino en casos de amigdalitis grave manifestada por fiebre, ganglios inflamados y exudado [flujo], señaló Schreibstein.
Además, "se recalca la indicación de amigdalectomía en casos de ronquidos, respiración oral y respiración obstruida", agregó.
Según los expertos, para esos niños, cuyo sueño alterado provoca somnolencia diurna o hiperactividad, la amigdalectomía podría mejorar el funcionamiento diurno.
Para estos y otros casos en los que sí se justifica la amigdalectomía, los expertos también recomiendan que los médicos:
Inyecten dexametasona, un esteroide, durante el procedimiento para minimizar el dolor, las náuseas y los vómitos posquirúrgicos, una causa frecuente de readmisión hospitalaria.
Eviten el uso rutinario de antibióticos, utilizados actualmente por cerca del ochenta por ciento de los médicos, antes y después de la cirugía. Los investigadores no hallaron beneficio de los antibióticos y citó riesgos como reacciones alérgicas.
Eduquen a los cuidadores sobre la necesidad de un control adecuado del dolor.
Schreibstein consideró esas recomendaciones "acertadas para la gestión de los pacientes de amigdalectomía".
Smith aseguró que apoya la advertencia de no usar antibióticos de manera rutinaria y anotó que es necesaria únicamente en alrededor del 2 por ciento de los casos.
Al anotar que el panel le dejó a los médicos las decisiones sobre el uso de los medicamentos antiinflamatorios no esteroides, Smith aseguró que el riesgo de sangrado debería hacer sentir a los médicos "incómodos" de usar estos medicamentos.
Como parte del sistema inmunitario, las amígdalas "probablemente eran más importantes antes de que tuviéramos antibióticos y prácticas sanitarias modernas", comentó Smith. No se conocen problemas médicos por vivir sin amígdalas.
FUENTES: Lee P. Smith, M.D., chief, pediatric otolaryngology, Alexandra and Steven Cohen Children's Medical Center of New York, New Hyde Park, N.Y.; Jerry Schreibstein, M.D., Ear, Nose and Throat Surgeons of Western New England, Springfield, Mass.; January 2011 Otolaryngology - Head and Neck Surgery.