Los pacientes de accidente cerebrovascular (ACV) que toman el medicamento fluoxetina parecen recuperar una mayor función muscular que otros que se recobran de un ACV, han encontrado investigadores franceses.
Algo que no sorprendió es que los pacientes que tomaban Prozac genérico también eran menos susceptibles a la depresión tras su ACV, hallaron los investigadores.
Las discapacidades más comunes tras un ACV son la parálisis y/o debilidad en un lado del cuerpo. Ensayos anteriores han sugerido que los antidepresivos podrían ayudar a mejorar la recuperación motriz tras un accidente cerebrovascular, probablemente al aumentar el nivel de serotonina en el sistema nervioso central, explicaron los investigadores.
El investigador líder, el Dr. Francois Chollett, dijo que el estudio "abre una nueva vía" en el tratamiento de la forma principal de ACV, en que el bloqueo de un vaso sanguíneo causa el ataque. Chollet, del Hospital Universitario de Tolouse e INSERM, anotó que el Prozac también parece dirigirse a las neuronas mismas en lugar de intentar reabrir las arterias, como hacen muchos otros fármacos para el ACV.
El informe aparece en la edición en línea del 9 de enero de la revista The Lancet Neurology.
El accidente cerebrovascular es una importante causa de muerte y discapacidad a largo plazo entre los estadounidenses, así que cualquier agente que ayude a mejorar la funcionalidad es de gran beneficio. En el nuevo estudio, el equipo de Chollet asignó al azar a 118 pacientes de ACV isquémico (con bloqueo) que quedaron con parálisis o debilidad en un lado del cuerpo a veinte miligramos de Prozac genérico o a un placebo a partir de cinco o diez días tras su ACV.
Después de tres meses de seguimiento, los pacientes que tomaron Prozac genérico habían mejorado su puntuación en una medida de función motriz en 34 puntos por encima de su prueba inicial, frente a una mejora de 24.3 puntos entre los que recibieron el placebo, encontraron los investigadores.
Además, esta mejora estadísticamente significativa se observó en la función tanto de brazos como de piernas, señaló el grupo de Chollet.
La mejora significó que más pacientes del grupo de Prozac genérico pudieron vivir independientemente que pacientes del grupo de placebo, anotaron los investigadores.
El fármaco, de la misma clase de inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) que incluye a Celexa, Paxil y Zoloft, fue bien tolerado, y los efectos secundarios fueron leves. Sin embargo, las náuseas, la diarrea y el dolor abdominal fueron más comunes entre los pacientes que tomaban el antidepresivo, y dos de esos pacientes sufrieron eventos adversos graves.
La forma genérica de Prozac es ahora relativamente barata, y cuesta unos treinta centavos de dólar por pastilla.
Y hubo un beneficio adicional, ya que los pacientes que tomaban Prozac genérico tenían menos probabilidades de deprimirse, lo que sugiere que administrar antidepresivos tras un ACV podría prevenir la depresión, señalan los investigadores.
Pero Chollet dijo que aún quedan preguntas sin contestar. "¿Cuánto tiempo debe durar el tratamiento? ¿Cuál es el efecto a largo plazo? ¿Se pueden mejorar otras funciones neurológicas, como el habla y la visión, de forma similar? ¿Podemos observar una acción similar en [la forma menos común de] ACV hemorrágicos? Pronto habrá que abordar esas preguntas", planteó.
Ni él ni los demás investigadores reportaron conflictos de interés.
El Dr. Robert G. Robinson, profesor y director del departamento de psiquiatría de la Universidad de Iowa, y coautor de un editorial acompañante en la revista, dijo que "las implicaciones del estudio son muy positivas".
Robinson señaló que un estudio en que había participado arrojó resultados similares. Considera que los antidepresivos podrían ayudar a producir nuevas células nerviosas en el cerebro y también ayudar a crear nuevas conexiones entre dichas células. Además, los antidepresivos podrían también ayudar a prevenir la inflamación observada en el ACV, comentó.
"Este estudio plantea la pregunta de si todos los pacientes de ACV deben recibir antidepresivos", apuntó Robinson. "Dado el gran número de personas que sufren de ACV cada año, se trata de un inmenso cambio de paradigma en la atención de esos pacientes. Pero este hallazgo claramente plantea esa pregunta".
Para encontrar la respuesta, hay que realizar "un ensayo grande y definitivo" que compare el uso de antidepresivos y un placebo en muchos pacientes, aseguró Robinson. Él y su coautor también señalaron que el ensayo debe investigar si los efectos del tratamiento persisten en el tiempo.
Pero otro experto sugirió que el papel del Prozac genérico en la reducción de la depresión posterior al ACV podría dar cuenta de la mejora en la función física simplemente al promover una participación más eficaz en la fisioterapia.
El Dr. Larry B. Goldstein, director del Centro de Accidente Cerebrovascular de la Universidad de Duke, señaló que el estudio no controló la intensidad ni el tipo de terapia física que los pacientes recibían tras el ACV.
"Los que recibieron el antidepresivo tendían a estar menos deprimidos, y por tanto podrían haber participado en la fisioterapia con mayor eficacia", razonó.
"Debido a que otros estudios muestran que una fisioterapia más intensa se asocia con una mejor recuperación, es posible que el efecto antidepresivo, en lugar de un efecto sobre el proceso de recuperación mismo, pueda explicar la diferencia", dijo Goldstein.
FUENTES: Francois Chollet, M.D., Ph.D., University Hospital of Toulouse and INSERM, Toulouse, France; Robert G. Robinson, M.D., professor and head of the department of psychiatry, University of Iowa, Iowa City; Larry B. Goldstein, M.D., director, Duke University Stroke Center, Durham, N.C.; Jan. 9, 2011, The Lancet Neurology, online