Efectos a largo plazo

Los hijos de divorciados tienen más riesgo de ideas suicidas

"Tanto los niños como los hombres y mujeres de padres divorciados tienen más probabilidades de pensar seriamente en el suicidio en algún momento de su vida, en comparación con los descendientes de familias intactas".


Fotomontaje del divorcio. | El Mundo

Patricia Matey | Madrid

Con los malos tiempos que corren para el matrimonio (tres de cada cuatro terminan en divorcio, según datos de 2008 del Instituto de Política Familiar), las conclusiones de una nueva investigación pueden sembrar la preocupación entre las familias con descendencia.

Tal y como reconocen a ELMUNDO.es Esme Fuller-Thomson y Angela Danto, ambas de la Universidad de Toronto (Canadá) y autoras de un nuevo estudio, "tanto los niños como los hombres y mujeres de padres divorciados tienen más probabilidades de pensar seriamente en el suicidio en algún momento de su vida, en comparación con los descendientes de familias intactas".

Y añaden: "Ha habido muchos estudios anteriores que muestran un vínculo entre el divorcio de los padres y la ideación suicida. No sabemos si es el propio divorcio el que aumenta el riesgo o las situaciones que pueden rodear al mismo".

De hecho, "hemos encontrado que los varones cuyos padres se divorciaron cuando eran menores tienen un riesgo hasta tres veces mayor de padecer ideas suicidas. Esta relación no es tan significativa en las mujeres, a no ser que entren en juego otros factores como los abusos físicos o la adicción a las drogas de los progenitores", aclaran las autoras en el último 'Psychiatric Research'.

Respaldadas por la literatura científica, que "establece una mayor incidencia de problemas mentales en la edad adulta en los descendientes de padres separados", las investigadoras decidieron partir de los datos de la Encuesta de Salud de la Comunidad Canadiense de 2005.

"Escogimos una muestra de 7.765 habitantes mayores de 18 años y estimamos la prevalencia a lo largo de la vida de estos pensamientos, según el género, en los descendientes de familias con ruptura y sin ella", explican en su ensayo.

El género desempeña un papel importante en los problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión. "La gran mayoría de los niños de padres divorciados se cría con la madre y muchos tienen poco o ningún contacto con su padre. Por lo tanto, anticipamos que ellos pueden ser más vulnerables. Para poder determinar la asociación independiente entre el divorcio y la ideación suicida, es importante considerar otros factores que pueden representar un papel en esta relación ", aclaran.

Factores a tener en cuenta

Por eso, valoraron si habían sufrido además otras adversidades en la infancia (como abusos, adicción de los padres, paro); su nivel socioeconómico de adultos (los niños de padres separados tienden a experimentar más problemas académicos y suelen acabar en empleos menos remunerados); estrés y estado civil; hábitos de vida (el tabaquismo y el alcohol son más frecuentes en los descendientes de divorciados) y salud mental.

Los datos revelan que las mujeres que han pasado por la separación de sus padres tienen más riesgo a lo largo de la vida de padecer ideas suicidas, "hasta que se tienen en cuenta los otros factores de riesgo como haber padecido otros problemas en la infancia, entonces el impacto es mucho menor", aclaran las investigadoras.

Sin embargo, "en el caso de los varones, el riesgo es estadísticamente significativo e independiente de otros factores", rezan las conclusiones del ensayo. La investigación sugiere que "los mecanismos por los que el divorcio y la ideación suicida posterior afectan a los hombres y a las mujeres son diferentes. Creemos que los profesionales deberían tener en cuenta estos datos en su práctica clínica, especialmente entre los varones con trastornos de ansiedad y depresión".

Aunque las autoras confiesan desconocer las razones por "las que los varones tienen estos pensamientos, nuestra hipótesis tiene que ver con la ausencia de contacto con el padre. La literatura indica que los niños se benefician enormemente de contar con un modelo sano masculino. La pérdida de una figura paterna puede afectar a la socialización de género y tener un impacto sobre su salud mental. Por otra parte, los niños pueden interiorizar sus sentimientos sobre el divorcio más que las niñas y esto puede hacerles más vulnerables a los pensamientos suicidas".

Las limitaciones

Juan José Carballo, psiquiatra infantil de la Fundación Jiménez Díaz (Madrid), asegura a ELMUNDO.es , que "la naturaleza transversal del estudio, sin un diseño longitudinal, no permite establecer con seguridad la relación causal de ambas variables".

Para este especialista es posible "que la separación sea sólo un indicador de otros problemas más directamente relacionados con la conducta suicida".

Pese a ello, reconoce que "los datos sugieren que es necesario el desarrollo de nuevos estudios que amplíen nuestros conocimientos actuales acerca de los factores de riesgo de esta conducta en hombre y mujeres y que permitan el desarrollo de intervenciones preventivas y de tratamiento específicas".


CONSEJOS PARA LOS PADRES
Decálogo de un divorcio saludable

PATRICIA MATEY

MADRID.- "La gran mayoría de los hijos de padres separados o divorciados no tiene una infancia feliz. Es más, la añoranza cuando llegan a jóvenes por haber perdido la oportunidad de disfrutar de sus primeros años continúa décadas después", puntualiza Reyes Vallejo Orellana, profesora de Psicología en la Universidad de Sevilla y autora de un estudio sobre este tema publicado en la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría.

Los padres pueden hacer mucho más de lo que imaginan por sus vástagos para ayudarles a sobrellevar los momentos más duros de la ruptura conyugal. Primero, entendiendo algunas de las posibles reacciones de los menores, que pueden variar en función de la edad.

"Los más sensibles son los preescolares y escolares, máxime si se valora que todavía carecen de los recursos cognitivos necesarios para comprender la nueva situación. Es frecuente encontrar reacciones iniciales de tristeza, miedo, inseguridad, confusión, depresión e, incluso, reacciones de violencia hacia uno de los progenitores", comenta a elmundo.es Reyes Vallejo.

También es bastante común "que se autoinculpen de la separación de sus padres o, en otros casos, fantaseen irracionalmente con la reconciliación de ambos", agrega.

Para disminuir el impacto del divorcio es "aconsejable hablar sobre las razones que han llevado a esta decisión en un lenguaje comprensible y sencillo; informarles de los cambios que se van a llevar a cabo en sus vidas y hacerles ver que la separación es de la pareja y, por tanto, el cariño que tienen a sus hijos no se va a ver afectado ni modificado", recomienda la psicóloga de Sevilla.

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria 'prescribe' a los padres otras medidas que pueden ayudar a los hijos a enfrentarse y sobrellevar la ruptura conyugal.

Hay que procurar, siempre que se pueda, no cambiar de domicilio o de colegio. Los niños deben mantener las relaciones con los amigos y la práctica rutinaria de sus actividades. Es importante que tengan facilidad para telefonear a ambos padres cuando lo necesiten.

Los hermanos deben seguir viviendo juntos mientras sea posible. Ambos padres deberán confirmar a sus descendientes que les quieren igual que antes de la separación y demostrarles que la ruptura no obedece a problemas de relación con ellos. Para ello deben dedicarles todo el tiempo posible y proporcionarles cariño sin caer en la creación de malos hábitos (exceso de mimos).

Todos los hijos deberán tener el mismo tiempo de acceso a ambos padres. Estos periodos deberán ser conocidos por toda la familia con antelación y, en lo posible, se deberá acudir a ellos con puntualidad.

Los símbolos de afecto son muy importantes, más que los regalos. Trate de que tenga una imagen positiva de ambos padres. No admita que hable mal de alguno de los dos, y en caso de hacerlo responda señalando aspectos positivos. Piense que usted podrá tener algún día otra pareja, pero su hijo nunca podrá tener otros padres, por lo que no desacredite a su 'ex', ni desahogue sus frustraciones con sus vástagos.

Hay que fomentar que los hijos expresen sus sentimientos, sus sufrimientos, sus dificultades y sus temores. Para disminuir la prolongación y la dureza de la transición a la nueva vida familiar, los padres deberían transmitir a los hijos que la separación es una situación definitiva e irreversible.