Por Valeria Román
La nariz se les tapa. Al rato, les “gotea” demasiado. Les pica. Y tienen estornudos interminables. Muchos sufren esos síntomas frecuentemente sin saber que tienen rinitis alérgica, una inflamación de la parte interna de la nariz que se produce cuando se respira algo a lo que se es alérgico. El 25 por ciento de la población enfrenta estos cuadros, aunque gran parte de los afectados no tienen el diagnóstico ni reciben un tratamiento adecuado. Con la llegada del otoño, los síntomas en algunos afectados aumentan.
El dato de la prevalencia de la rinitis alérgica resultó de un estudio realizado a través de entrevistas telefónicas y presenciales en ciudades de la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, y Perú. Fue publicado en la revista especializada Allergy and Asthma Proceedings de los Estados Unidos, y liderado por el investigador médico argentino Hugo Neffen.
A través del trabajo que encuestó a 1.088 adultos y 457 chicos y adolescentes, se detectó que sólo el 6,6% contaba con el diagnóstico de rinitis hecho por un profesional médico. Pero cuando se evaluaron los síntomas, el 25% de la población estudiada sufría efectivamente de rinitis. “El estudio nos permitió descubrir que la rinitis está subdiagnosticada y, consecuentemente, subtratada”, dijo a Clarín Neffren.
El cuadro no es una enfermedad en sí misma, sino un mecanismo inflamatorio por el cual el organismo humano del afectado produce una respuesta exagerada ante ciertos estímulos que para otras personas son normales. En estos casos, el órgano de choque es la nariz.
Muchos de los afectados no consultan a un médico, y se automedican. “Quieren resolver la rinitis con fármacos de venta libre. Sin embargo, corren un gran riesgo. Porque toman medicamentos que les producen somnolencia y les disminuyen la atención, que puede ser un peligro en los casos de conductores de vehículos. Otras personas se automedican con vasoconstrictores que producen dependencia y atrofia de la mucosa nasal”, alertó el especialista, ex presidente de la Asociación Internacional de Asmalogía.
Los síntomas más frecuentes que tienen los afectados son el bloqueo nasal, los estornudos, la pérdida de agua por la nariz, y su picazón.
El primero de ellos es el más molesto, y el que tiene un mayor impacto sobre la calidad de vida. Porque lleva a trastornos en el sueño: despertares por la noche que hacen que el dormir no sea reparador. A través del estudio, se detectó también que el rendimiento laboral de los adultos decae –en promedio– el 33% durante el período de mayor intensidad de los síntomas de la rinitis alérgica. Esto puede provocar ausentismo o una menor capacidad para concentrarse y tomar decisiones.
Lo positivo es que hoy la rinitis puede ser controlada. “Hay que acudir al médico, que hace un examen clínico y pruebas cutáneas para investigar qué elementos disparan la alergia, como los hongos, los ácaros del polvo, o el polen”, sostuvo el especialista en alergias Samuel Azar, que no participó en el estudio, y dirige la Estación Aerobiológica de Buenos Aires. Luego, se recomendará un tratamiento que incluirá fármacos y medidas de control ambiental. Esto implicará ventilar mejor el hogar, reducir la cantidad de muebles que concentran polvo o las alfombras. En algunos casos, se usan vacunas desensibilizantes.
Cómo enfrentarla
Rinitis alérgica Para las personas con síntomas de rinitis alérgica, se aconseja no subestimar la importancia del desorden. De acuerdo con el doctor Hugo Neffen, de la Sociedad Latinoamericana de Alergia e Inmunología, se debe consultar al médico de cabecera, quien recomendará o no la derivación a un especialista para un diagnóstico más preciso.
Hay que evitar la automedicación. Antes de automedicarse, la consulta con un médico sirve para identificar qué alergeno lo afecta. Luego, el profesional recetará la mejor estrategia farmacológica.
Nadie debería acostumbrarse a convivir con la incapacidad que produce la rinitis, porque hoy existen tratamientos farmacológicos que mejoran la calidad de vida. Al controlar los síntomas, se puede alcanzar un buen rendimiento laboral o escolar.