P. Matey | Á. Díaz | Madrid
Tan sólo se necesita agua y jabón para reducir de forma considerable la transimisión de infecciones, pero ¿y si el jabón está contaminado? La OMS acaba de anunciar: "Seguramente pocas personas sepan que el jabón líquido puede contener bacterias que suponen un riesgo para la salud. Pero así es".
Son varios los estudios que han documentado la contaminación de los jabones líquidos contenidos en los dispensadores a granel (aquellos en los que el jabón se va rellenando en un mismo depósito), tan frecuentes en los lugares públicos. Los Centros de Control de Enfermedades (CDC, sus siglas en inglés) de Atlanta abordan este riesgo en la 'Guía para la higiene de manos en los centros de salud', donde recomiendan no agregar jabón a los dispensadores cuando estén prácticamente vacíos: "Esta práctica puede contimanarlos", advierten.
Este riesgo se puede evitar usando los dispensadores que se recargan con bolsas o cartuchos y que, por lo general, incluyen una nueva boquilla. De esta forma, los restos de jabón que van quedando al fondo se tiran con cada nueva recarga, y no se amontonan en un mismo recipiente acumulando bacterias.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Arizona en Tucson (EEUU) acaba de presentar una nueva prueba de la contaminación de estos jabones en gel. Los científicos realizaron su trabajo de campo en un colegio, en el que descubrieron 14 dispensadores recargables de jabon contaminados.
La investigación, publicada en la revista 'Applied and Environmental Microbiology', recuerda estudios anteriores que llegaron a resultados igualmente preocupantes en Japón o EEUU, tras analizar los contenedores de jabón de lugares públicos. Sin embargo, esta ha sido la primera vez que se ha podido determinar que las bacterias contenidas en el gel han contaminado las manos de los usuarios, en este caso los alumnos de la escuela.
Manos contaminadas
"Estos resultados demuestran que lavarse con jabón contaminado de recipientes dispensadores rellenables puede aumentar el número de patógenos oportunistas en las manos y desempeñar un papel en la transmisión de bacterias en entornos públicos", concluyen la investigadora Carrie Zapka, que trabaja para la compañía de productos de higiene Gojo, y sus colegas, autores del citado estudio.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que hasta el 60% de los profesionales sanitarios no mantiene una higiene de manos apropiada cuando está en contacto con los pacientes, pese a que es una medida necesaria para reducir las infecciones nosocomiales.
Cualquier profesional sanitario debe lavarse correctamente las manos antes y después de ponerse en contacto con un paciente, para protegerse de los gérmenes que puedan tener uno u otro, y especialmente antes de realizar una tarea séptica, ya que en este caso los gérmenes podrían entrar en el organismo del propio paciente. La OMS ha lanzado este mensaje con motivo de la jornada mundial 'Salva Vidas: lávate las manos' que se celebra el 5 de mayo.
Desde la OMS aseguran que, para lavarse las manos correctamente, son necesarios entre 40 y 60 segundos (un tiempo que puede parecer excesivo en lugares con una correcta higiene), frotándose tanto las palmas de las manos como los dorsos y las puntas de los dedos.