NUEVA YORK (Reuters Health) - Una revisión de la literatura revela que adelgazar o hacer más ejercicio "de manera regular" mejora el hígado graso, el control de la glucosa y la sensibilidad a la insulina en pacientes con hígado graso no alcohólico (HGNA).
"Pocos datos sugieren también que las intervenciones para mejorar el estilo de vida serían buenas para la histopatología", escribe en Journal of Hepatology el equipo del doctor Michael Trenell, de la Newcastle University, en el Reino Unido.
El HGNA "es un problema clínico grave y creciente", que afecta a entre el 20 y el 33 por ciento de los adultos, según los criterios diagnósticos y el país. A los pacientes se les recomienda hacer dieta y actividad física, a pesar de la falta de evaluaciones sistemáticas de la efectividad del enfoque.
Entonces, el equipo de Trenell buscó en Medline, Scopus y el Registro Cochrane de Estudios Controlados ensayos sobre el efecto de la modificación de la dieta y el ejercicio en adultos con HGNA.
"Los resultados de los marcadores de interés fueron indicadores de esteatosis, evidencia histológica de inflamación y fibrosis, y de control de la glucosa/sensibilidad de la insulina", indicaron los expertos.
El análisis incluyó 23 estudios, siete con grupos de control; sólo seis eran randomizados. Once grupos habían modificado la dieta solamente; dos, la actividad física, y 19, la dieta y el ejercicio.
Las intervenciones duraron entre uno y seis meses. La intervención física incluyó ejercicios aeróbicos de intensidad moderada.
Los estudios demostraron que varias modificaciones del estilo de vida pueden reducir los niveles altos de triaciglicerol intrahepático (IHTAG, por sus siglas en inglés), el primer paso en la aparición de esteatohepatitis, fibrosis hepática, cirrosis hepática y carcinoma hepatocelular.
Los participantes adelgazaron un 4 a un 14 por ciento de su peso y tuvieron reducciones estadísticamente significativas de IHTAG (del 35 al 81 por ciento). La magnitud del cambio estuvo relacionada con la cantidad de kilos perdidos.
La revisión "reveló de manera consistente una disminución de la grasa y la concentración de aminotransferasa en el hígado (...); la mayor correlación se dio con la pérdida de peso".
En la mayoría de los estudios, el control de la glucosa y/o la sensibilidad a la insulina mejoraron con la intervención.
Cinco estudios detectaron cambios histopatológicos y todos, una tendencia a la reducción de la inflamación. En dos estudios, los resultados fueron estadísticamente significativos.
"Los cambios en la fibrosis no fueron tan consistentes; un solo estudio reveló una reducción significativa", añadieron los investigadores.
"Dado el impacto clínico del HGNA y la falta de terapias para controlarlo, es clave desarrollar intervenciones efectivas y reproducibles para cambiar el estilo de vida", concluyó el equipo.
FUENTE: Journal of Hepatology, julio del 2011