Por Amy Norton
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio sugiere que los niños y los adolescentes que se quejan de dolor en el tórax rara vez tendrían un problema cardíaco.
Pasos relativamente sencillos, como realizar un examen físico, registrar los antecedentes familiares y hacer un electrocardiograma (ECG), ayudarían a identificar a los niños que necesitan exámenes más exhaustivos y costosos.
En el estudio, publicado en la revista Pediatrics, los autores revisaron la historia clínica de 3.700 chicos de 6 años o más, evaluados en el Hospital de Niños de Boston. El 1 por ciento tenía una cardiopatía subyacente.
Los problemas más comunes fueron la inflamación del músculo cardíaco o del pericardio por una infección, y la taquicardia supraventricular, que es una aceleración de los latidos pocas veces peligrosa. Ningún niño murió por una causa cardíaca durante los 10 años de estudio.
"Esto debería tranquilizarnos", dijo la autora principal, doctora Susan F. Saleeb, cardióloga pediátrica del hospital. "El dolor torácico en los niños es muy común, pero es poco probable que la causa sea cardíaca", agregó.
La muerte súbita por paro cardíaco es bastante rara en niños y adolescentes. En Estados Unidos, oscila entre una y seis muertes por cada 100.000 niños; un cuarto de los casos sucede durante la práctica deportiva.
A menudo, la causa del dolor torácico es muscular, respiratoria (asma) o gastrointestinal (reflujo).
Pero en muchos casos, no se puede determinar. Así ocurrió en el 52 por ciento de los participantes del estudio; en el resto, las causas fueron musculoesqueléticas, seguidas de las respiratorias y las gastrointestinales. En el 1 por ciento, la ansiedad provocaba el dolor.
No existen guías universales para examinar el dolor torácico en los niños.
Los médicos habían atendido a los participantes entre el 2000 y el 2009, cuando el hospital carecía de un método estandarizado de evaluación del dolor. Desde entonces, se implementaron las guías SCAMP.
La evaluación comienza con los síntomas, los antecedentes familiares, el examen físico y el ECG. Si hay alguna duda, se realiza un ecocardiograma.
En el estudio, "la vasta mayoría" con una cardiopatía había tenido un resultado preocupante en los antecedentes familiares, el examen físico o el ECG. Saleeb comentó que el equipo está analizando cómo adaptar ese método de evaluación a la atención primaria.
FUENTE: Pediatrics, online 10 de octubre del 2011