Por Megan Brooks
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un nuevo estudio revela que una de cada dos personas con VIH/sida tiene dolores de cabeza.
"No son las cefaleas leves típicas", aclaró el doctor Todd A. Smitherman, coautor del estudio publicado en la revista Headache.
De hecho, el experto comentó que "el 27,5 por ciento de los pacientes del estudio reunía los criterios clínicos de la migraña crónica, un trastorno raro por el que la migraña (con o sin otros dolores de cabeza) dura 15 o más días por mes".
El dolor de cabeza es una de las quejas más comunes de las personas con VIH/sida, aunque aún "la información es limitada y contradictoria" sobre la prevalencia, las características y la asociación que pudiera tener con la terapia antirretroviral altamente activa (HAART por su sigla en inglés).
Esta investigación "es el primer estudio desde la generalización del uso de la terapia HAART en demostrar que tener VIH/sida genera alto riesgo de padecer dolor de cabeza, en especial migraña", dijo Smitherman, del Departamento de Psicología de la University of Mississippi, en Oxford.
El estudio, de diseño transversal, incluyó a 200 pacientes con VIH/sida de una clínica de medicina interna o una clínica especializada en sida de Montgomery, en Alabama. La mitad era mujer y tres cuartos eran afroamericanos. La edad promedio era de 43 años.
Los autores los evaluaron con la versión corta de la escala SDIH-R y les pidieron que completaran dos test de discapacidad asociada con el dolor de cabeza.
El equipo de Smitherman descubrió que más de la mitad de los participantes (el 53,5 por ciento) tenía dolores de cabeza y que la mayoría de los síntomas coincidían con el trastorno primario de la cefalea.
"Sorpresivamente", según el equipo, sólo al 39 por ciento se le había diagnosticado el trastorno.
El 85,4 por ciento de los 103 pacientes con los criterios clínicos del trastorno primario de la cefalea también reunía los criterios para diagnosticar migraña, que en la mayoría de los casos cumplía con los criterios de la Clasificación Internacional de Cefaleas (ICHD, por sus siglas en inglés) II, "aunque con algunas características atípicas, como la bilateralidad y la sensación de presión/estiramiento".
Smitherman dijo que "las estadísticas recientes indican que sólo el 2 por ciento de la población sufre migraña crónica, lo que quiere decir que las personas con VIH/sida son por lo menos 13 veces más propensas a tener migraña crónica que la población general".
El 15 por ciento de los pacientes reunía los criterios clínicos de la cefalea episódica o tensional crónica.
En general, los dolores de cabeza eran "frecuentes y graves, aumentaban con la actividad e incluían fotofobia y fonofobia".
Los pacientes con la infección más avanzada (según el conteo de células CD4) eran más propensos a tener cefaleas, a que sean más frecuentes, graves, discapacitantes y migrañosas.
"Lo más importante", señalan los autores, es que estas diferencias no se deben a la antigüedad de la infección o la cantidad de antivirales recetados. Por lo tanto, el avance de la infección es "claramente clave en la predicción de los síntomas de las cefaleas".
Para el autor, "los datos sugieren que los médicos deberían controlar con regularidad los niveles de CD4 en esta población, prestar atención a la aparición de síntomas claves de la cefalea en los pacientes con la enfermedad avanzada e insistir en que los pacientes cumplan con el tratamiento".
Una limitación del estudio es la baja participación de hispanos (un 3,5 por ciento), una etnia que está desproporcionadamente afectada por el VIH. Otra es la falta de evaluaciones por neuroimágenes o punciones lumbares para excluir causas secundarias.
"No podemos excluir la posibilidad de que en algunos pacientes con signos y síntomas del trastorno primario de las cefaleas hayan existido causas no identificadas asociadas con la patofisiología del VIH", concluyó el equipo.
FUENTE: Headache, online 11 de noviembre del 2011