Por Steve Scherer
ROMA (Reuters) - La muerte del jugador de la segunda división del fútbol italiano Piermario Morosini durante un partido disputado el sábado derivó en investigaciones sobre el retraso en la llegada de la ambulancia y en reclamos por mayor equipamiento médico en eventos deportivos.
Morosini, de 25 años y mediocampista del Livorno, colapsó como consecuencia de un paro cardíaco a los 31 minutos del partido contra el Pescara, en el centro de Italia. El jugador nunca recuperó la consciencia.
Después de la noticia de su muerte, la federación italiana de fútbol (FIGC) postergó todos los encuentros profesionales del fin de semana.
Todavía no se dieron posibles fechas de juego para los partidos de la Serie A, aunque se prevé que se jugarán en algún momento de los próximos meses.
La ambulancia se retrasó tres minutos en fuera del estadio del Pescara porque un vehículo de policía estaba estacionado en medio del pasillo de emergencia. Auxiliares del estadio se vieron obligados a romper una ventanilla del coche para poder moverlo del camino.
El alcalde de Pescara, Luigi Albore, anunció una investigación interna para encontrar a los responsables y dijo que la misma concluiría el lunes temprano.
Desde el sábado, la policía de Pescara fue sacada de las calles y reemplazada con unidades de la policía federal porque los oficiales temían ser objetivo de hinchas enojados, indicó el comandante de la fuerza municipal, Carlo Maggitti.
La fiscal de Pescara Valentina D'Agostino también está investigando si el retraso de la atención médica puede haber costado la vida de Morosini. Doctores que estuvieron en la escena sugirieron que esos tres minutos probablemente no hubieran modificado las trágicas consecuencias.
"Todo lo que podía hacerse, se hizo", aseguró en declaraciones a la agencia Ansa Ernesto Sabatini, uno de los médicos que atendió a Morosini.
"Yo fui uno de los primeros que entró a la cancha, y cuando lo agarré ya estaba rígido", agregó.
Doctores dijeron que el corazón de Morosini se detuvo cuando estaba dentro de la cancha, pero una autopsia oficial que debería llevarse a cabo el lunes determinará la causa del fallecimiento.
Piero Gnudi, ministro de Deporte y Turismo de Italia, dijo el sábado a la televisión estatal que analizaría si un equipamiento médico más sofisticado -incluyendo desfibriladores- debería estar disponible en todos los eventos deportivos-
El mes pasado, el ex subcampeón olímpico y ex voleibolista internacional Vigor Bovolenta, de 37 años, murió en la cancha en un partido de cuarta división, como consecuencia de un problema cardíaco similar al de Morosini.
Cientos de hinchas del Livorno visitaron el estadio el domingo y dejaron flores y bufandas del equipo bajo una bandera que decía: "Luchaste hasta el final, adiós Moro". Muchos de ellos dijeron que el Livorno retiraría la casaca número 25.
La novia de Morosini arribó a Pescara el sábado para identificar el cuerpo por cuestiones legales.
Morosini sabía lo que era ser parte de una tragedia, ya que perdió a sus padres cuando era adolescente y también sufrió el suicidio de un hermano, según informaron periódicos locales.
Morosini también jugó en el Udinese, entre otros equipos, y fue internacional sub-21 con la selección italiana.