La diabetes tipo 2 es un trastorno metabólico complejo, y tratar la enfermedad con frecuencia requiere un método personalizado y en varios frentes, señalan los expertos en unas nuevas directrices sobre el tratamiento de los niveles altos de glucemia que fueron publicadas el jueves.
Las recomendaciones son un esfuerzo conjunto de la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association) y de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (European Association for the Study of Diabetes).
"Avanzamos mucho en la gestión de la diabetes tipo 2", aseguró la Dra. Vivian Fonseca, presidenta de medicina y ciencias de la Asociación Americana de la Diabetes. "Las nuevas directrices se centran más en el paciente. El mensaje es elegir una meta adecuada [para la glucemia] según el estado de salud actual del paciente, su nivel de motivación, los recursos y las complicaciones".
"Gestionar bien la diabetes tipo 2 y mantener la glucemia bajo control es muy posible", anotó. "Es importante que los pacientes tengan una conversación con su médico sobre cuáles deben ser sus metas [para la glucemia], y cuál es el mejor tratamiento, o tratamientos, para lograr esa meta".
Las nuevas directrices aparecerán en la edición de junio de la revista Diabetes Care, pero se publicaron por adelantado en línea el 19 de abril.
Fonseca dijo que las nuevas directrices eran necesarias porque la gestión de la diabetes tipo 2 se hace cada vez más compleja. Hay una creciente variedad de fármacos disponibles para tratar la enfermedad, y constantemente se publican nuevos estudios de investigación que resaltan tanto los beneficios como los riesgos de los tratamientos actuales.
El mayor cambio en las nuevas directrices es un énfasis en un método de tratamiento centrado en el paciente. Por ejemplo, la meta de glucemia de alguien que sea joven y saludable y que esté motivado para gestionar la diabetes tipo 2 será más baja que para alguien que sea mayor y tenga problemas de salud adicionales.
Las metas de glucemia por lo general se expresan en términos de los niveles de hemoglobina A1C (HbA1c). La HbA1c, que con frecuencia se denomina simplemente como A1C, es una medida del control de la glucemia a largo plazo. Provee un estimado de cuál ha sido el nivel promedio de glucemia en los dos a tres meses anteriores. La A1C se expresa como un porcentaje, y en general, la meta para las personas con diabetes tipo 2 es reducir sus niveles de A1C por debajo del 7 por ciento. Generalmente, alguien que no sufra de diabetes tiene niveles por debajo de 5.6 por ciento, según la Asociación Americana de la Diabetes.
En el pasado, a la mayoría de personas con diabetes tipo 2 se les fijaba una meta por debajo del siete por ciento. Pero las nuevas directrices notan que unas metas más estrictas, como mantener la A1C entre 6 y 6.5 por ciento, podrían ser adecuadas para alguien que tenga una esperanza de vida larga, que carezca de antecedentes de enfermedad cardiaca y que no haya experimentado niveles de glucemia significativamente bajos (hipoglucemia). Los niveles bajos de glucemia pueden ser un efecto secundario potencialmente peligroso de muchos tratamientos para la diabetes.
Las nuevas directrices sugieren que los objetivos de glucemia deben ser menos estrictos (una A1C de 7.5 a 8 por ciento) para las personas que tienen más de 65 o 70 años, porque tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones por la hipoglucemia, además de tener un mayor riesgo de efectos secundarios por múltiples medicamentos.
Los cambios en el estilo de vida siguen siendo una parte importante del plan de gestión de la diabetes tipo 2 en las nuevas directrices. Las recomendaciones son perder de 5 a 10 por ciento del peso corporal, y participar en ejercicio modesto por lo menos dos horas y media cada semana.
El fármaco metformina también se recomienda como tratamiento de primera línea para las personas que sufren de diabetes tipo 2. La metformina funciona al hacer que el organismo sea más receptivo a la hormona insulina. La terapia con metformina debe comenzar tan pronto como alguien sea diagnosticado con diabetes tipo 2, a menos que tenga una A1C cerca de lo normal y esté altamente motivado para realizar cambios en el estilo de vida, según las directrices. En ese caso, los médicos pueden optar por dar seguimiento al paciente durante tres a seis meses para ver si los cambios en el estilo de vida han sido eficaces. Si no, se debe comenzar con la metformina.
Las directrices también recomiendan añadir otro fármaco a la terapia con metformina si los niveles de glucemia no están bajo control después de tres meses tomando solo metformina. Una vez más, esta es un área en que se debe tomar en cuenta y consultar al paciente. Cada opción adicional de tratamiento conlleva sus propios riesgos y beneficios. Hable con el médico sobre cuál podría ser la indicada para usted.
"Las nuevas directrices se centran más en el paciente. Tratar al paciente, y no a la glucemia. El tipo de medicamento se debe personalizar según la patofisiología del paciente", explicó el Dr. Joel Zonszein, director del centro clínico de diabetes del Centro Médico Montefiore, en la ciudad de Nueva York.
"Creo que necesitamos una terapia combinada mucho antes en la enfermedad, pero el problema es que no contamos con datos de investigación sobre la terapia combinada, así que necesitamos estudios para averiguar cuáles son las mejores combinaciones. Pero pienso que es importante ser agresivo a principios de la enfermedad, para prevenir complicaciones", enfatizó Zonszein.
Y añadió que aunque las directrices actuales solo cubren el tratamiento de la glucemia alta, también es importante recordar el control del colesterol y la hipertensión en pacientes de diabetes tipo 2.
FUENTES: Vivian Fonseca, M.D., president, medicine and science, American Diabetes Association; Joel Zonszein, M.D., director, clinical diabetes center, Montefiore Medical Center, New York City; June 2012 Diabetes Care.