Por Andrew y Seaman
NUEVA YORK, 9 mayo (Reuters Health) - Un pequeño ensayo de seguridad sugiere que un dispositivo similar a un marcapasos implantado en el cerebro de pacientes con Alzheimer estimularía la actividad cerebral en alguno de ellos.
Esto no significa que el dispositivo pueda curar la enfermedad algún día, pero sí que podría restablecer algunos signos de actividad en áreas cerebrales asociadas con los síntomas del Alzheimer, como la pérdida de memoria, la depresión y la agitación.
"Los cambios de la actividad cerebral son alentadores, pero antes de hablar de un tratamiento potencial debemos estudiarlo con más pacientes", dijo Gwenn Smith, de la Facultad de Medicina de Johns Hopkins University, Baltimore.
El implante, que emite impulsos eléctricos continuos al cerebro, ya se utiliza en paciente con Parkinson y temblores para controlar los movimientos.
Aunque el estudio recién comienza, abre un camino promisorio por explorar, ya que los tratamiento disponibles para el Alzheimer "no son tan buenos", dijo el doctor Bryan Klassen, neurólogo de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, y que no participó del estudio.
Smith, que integró el equipo que comenzó a investigar cuando estaba en la Universidad de Toronto, dijo que recién están comenzando a estudiar qué significaría esto para los pacientes.
El equipo, que publica los resultados en Archives of Neurology, probó el dispositivo en pacientes con Alzheimer después de usarlo en un estudio sobre las vías cerebrales del apetito y observar una mejoría del funcionamiento de la memoria entre los efectos secundarios.
Los autores estudiaron la actividad cerebral de cinco pacientes con Alzheimer, de unos 63 años y bajo tratamiento farmacológico para promover la función cerebral durante por lo menos seis meses.
A cada paciente se le implantó el dispositivo cerca de la región cerebral donde se acumulan los recuerdos. A las dos semanas, se activó el estimulador.
El equipo mantuvo la configuración del dispositivo y el uso de medicamentos constantes durante 12 meses. A cada paciente se le realizó un estudio por imágenes con PET al mes, a los seis meses y a los 12 meses.
El equipo observó un aumento de la actividad cerebral en los cinco pacientes. "Las regiones no funcionaban en orquesta como en las personas sin Alzheimer (...), pero observamos una mayor actividad cerebral que no veríamos en una persona con la enfermedad", dijo Smith.
Los participantes con los niveles iniciales más altos de actividad cerebral y los que los alcanzaron al final del estudio lograron el mejor desempeño en los tests de función cognitiva y de calidad de vida. Pero ninguno mostró una mejoría sorprendente en ambas categorías.
La capacidad cognitiva del grupo pasó de 19 a 24 puntos al final del estudio en una escala de cero a 70, en la que los resultados más altos revelan un peor desempeño. En un paciente mejoró unos cuatro puntos, pero podría haber sido por azar.
La calidad de vida apenas mejoró, según una escala de 13 a 52 puntos, en la que los resultados más altos indican peor calidad. El puntaje promedio del grupo fue 36 al inicio del estudio y 35 a los 12 meses.
"Como grupo, los pacientes tuvieron un deterioro que se esperaría ver en el tiempo, aunque fue menor que el esperado", dijo Smith.
Y, para Klassen, el hallazgo más importante es la prueba de un aumento de la actividad cerebral.
"Los autores observaron la modificación del flujo sanguíneo (en el cerebro) y los que tenían un mejor flujo tenían un deterioro más lento", dijo.
Dado que el estudio es pequeño de fase 1 y que el implante no está aprobado para el tratamiento del Alzheimer, Smith instó a tomar los resultados con precaución.
Klassen dijo que el valor del dispositivo y la cirugía en los pacientes con Parkinson varía entre 60.000 y 100.000 dólares.
FUENTE: Archives of Neurology, online 7 de mayo del 2012.