Por Genevra Pittman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio sugiere que los testigos de Jehová, cuyas creencias religiosas les impiden recibir transfusiones de sangre, evolucionarían tan bien como otros pacientes después de una cirugía cardíaca.
Los cirujanos suelen tomar precauciones prequirúrgicas adicionales (administración de vitaminas B y hierro) para asegurarse de que los glóbulos rojos de esos pacientes no bajen demasiado durante la cirugía. Y esas precauciones darían buen resultado.
"La estrategia de manejo actual (...) no aumentaría los riesgos en esos pacientes y, en realidad, algunas complicaciones disminuyen", dijo la doctora Colleen Koch, coautora del estudio de la Clínica de Cleveland.
Con su equipo comparó la evolución de 322 testigos de Jehová operados del corazón en su centro entre 1983 y el 2011, sin utilizar una transfusión de sangre, con la de una cantidad igual de pacientes que habían recibido transfusiones. A la mayoría se le había realizado un bypass.
Una cantidad similar de ambos grupos (10 testigos de Jehová y 14 del grupo control) murió en el hospital. Un testigo de Jehová tuvo un infarto durante la cirugía, comparado con nueve del grupo que recibió transfusiones sanguíneas.
Los testigos de Jehová también pasaron menos tiempo en el hospital y la unidad de terapia intensiva y fueron menos propensos a necesitar otra cirugía por sangrados.
Ahora, "demostramos que los cuidados que tomamos son seguros", dijo la autora.
Koch consideró que no existe motivo por el cual no se podría aplicar el mismo enfoque en pacientes con bajo riesgo de padecer anemia que no sean testigos de Jehová. La anemia, junto con el sangrado excesivo, es la causa principal por la que hay que hacerles una transfusión a los pacientes.
El equipo había demostrado que las transfusiones aumentan el riesgo de complicaciones. Y el doctor Victor Ferraris, cirujano del Centro Médico Chandler de la Universidad de Kentucky, Lexington, explicó que existe una "variación enorme" en cuanto a qué pacientes reciben una transfusión: entre el cero y el 88 por ciento de los pacientes tratados con un bypass, según el centro.
"Debemos examinar mejor algunas de estas prácticas y determinar si podríamos aplicarlas de manera más amplia", dijo Koch.
"Esa es la cuestión fundamental", dijo Ferraris, que escribió un comentario publicado con el estudio en Archives of Internal Medicine.
"Si podemos operar a todos esos testigos de Jehová de manera segura y obtener resultados comparables sin transfusiones, ¿Por qué no lo replicamos en el resto de los pacientes?", se preguntó.
Ferraris señaló que una limitación del estudio es que los testigos de Jehová operados del corazón serían más saludables que otros pacientes: no fuman, no beben alcohol ni consumen drogas por vía intravenosa, y los médicos quizás evitan la cirugía cardíaca si están tan enfermos como para necesitar posiblemente una transfusión sanguínea.
Aún así, Ferraris opinó que más pacientes se beneficiarían, y menos necesitarían una transfusión si reciben la preparación prequirúrgica con las precauciones que se adoptan en los testigos de Jehová.
FUENTE: Archives of Internal Medicine, online 2 de julio del 2012