Por Kerry Grens
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un equipo determinó que entre el 2009 y el 2010 menos del 5 por ciento de las mujeres mayores de 40 años que ya habían pasado por la menopausia utilizaban estrógeno o estrógeno más progestina, comparado con el 22 por ciento en 1999 y el 2000.
La doctora JoAnn Manson, directora del estudio Women's Health Initiative (WHI) y profesora de la Facultad de Medicina de Harvard, consideró adecuada esa reducción en el uso de la terapia.
En el 2002, WHI había determinado que el consumo de estrógeno más progestina elevaba el riesgo de tener un accidente cerebrovascular o desarrollar enfermedad cardíaca o cáncer mamario.
"Ahora comprendemos que las mujeres que están más distantes del inicio de la menopausia y tienen alto riesgo cardiovascular padecen efectos adversos con la terapia hormonal; que no debería usarse para prevenir la enfermedad coronaria u otras dolencias crónicas porque está asociada con algunos riesgos", dijo Manson, jefa de medicina preventiva del Hospital de Brigham y las Mujeres en Boston.
El nuevo estudio, realizado con una encuesta a más de 10.000 mujeres, muestra una reducción sostenida y respalda los resultados de estudios previos sobre el impacto de WHI en el corto plazo.
El equipo de Brian Sprague, autor principal del estudio y profesor de la University of Vermont, observó que en el tiempo disminuía la cantidad de mujeres que decían que tomaban hormonas.
"Con este estudio no podemos determinar la causa de esa variación", aclaró Sprague, quien dijo que podría ser la preocupación de las mujeres y los médicos sobre los riesgos de la terapia.
¿UNA REACCIÓN EXAGERADA?
El aumento del riesgo de desarrollar cáncer mamario fue uno de los principales motivos por el que la población comenzó a dejar de utilizar la terapia hormonal, según explicó el doctor Robert Langer, investigador de WHI y experto del Centro de Medicina Preventiva de Jackson Hole, en Wyoming.
Langer consideró que "es una reacción realmente exagerada" a los efectos adversos detectados en el estudio WHI, que había determinado que ocho mujeres más por cada 10.000 desarrollarían cáncer de pecho, lo que eleva un 26 por ciento el riesgo de padecer la enfermedad.
El experto aclaró que esos resultados se aplican a las adultas mayores que utilizan terapia hormonal para prevenir enfermedades crónica, y no necesariamente a las más jóvenes que quieren aliviar los síntomas de la menopausia.
Las hormonas son el tratamiento más efectivo para los síntomas moderados y graves de la menopausia, como los sofocos y la sudoración nocturna. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos recomienda utilizar la dosis más baja durante el menos tiempo posible.
"Cuando una mujer más joven tiene sofocos, suda de noche y percibe una alteración de la calidad de vida, es posible que el beneficio de la terapia hormonal en el corto plazo supere los riesgos", dijo Manson.
Por eso, la experta recomienda que esas mujeres conversen con el médico sobre los riesgos y los beneficios de la terapia hormonal.
FUENTE: Obstetrics & Gynecology, septiembre del 2012