Por Amy Norton
NUEVA YORK (Reuters Health) - Tras analizar 30 años de información de un condado de Washington, un equipo halló que la tasa de paro cardíaco en niños y jóvenes era de 2,3 por cada 100.000 por año.
Eso no representa un riesgo enorme, pero el doctor Jonathan Drezner aseguró que la cifra es significativamente más alta que la estimación "aceptada universalmente" para los atletas jóvenes (hasta 35 años), entre los que se registra un paro cardíaco cada 200.000 deportistas por año.
Este trastorno ocurre cuando el corazón deja de bombear sangre súbitamente. La causa principal es la fibrilación ventricular, que es cuando la aurícula comienza a latir caóticamente. Un desfibrilador cardíaco puede restablecer el ritmo normal, aunque los paros cardíacos suelen ser fatales.
La buena noticia es que la sobrevida en los jóvenes mejoró en los últimos 30 años. Creció del 13 por ciento en los años 1980 al 40 por ciento entre el 2000 y el 2009.
"Es muy gratificante ver que nuestros esfuerzos dieron resultado", dijo la doctora Dianne L. Atkins, cardióloga pediátrica de University of Iowa, Ciudad de Iowa.
La RCP no "reinicia" el corazón, pero mantiene la sangre y el oxígeno en circulación por el cuerpo de la víctima hasta la llegada de una ambulancia. "Hay que aprender a hacer la RCP y aplicarla", aconsejó Atkins, autora de un editorial publicado en Circulation con el estudio.
Drezner opinó que los resultados de su equipo son más cercanos a la cantidad "real" de paros cardíacos en los más jóvenes que la mayoría de los estudios previos por su metodología.
El equipo revisó una base de datos del Condado King, del estado de Washington. Los servicios de salas de emergencia informan a ese registro todos los casos de paro cardíaco atendidos.
Los autores también utilizaron informes de autopsias e historias clínicas para determinar la causa de cada paro cardíaco.
En el período 1980-2009, hubo 361 casos de paro cardíaco en niños y menores de 35 años, incluidos 26 menores de 3 años, en su mayoría con malformaciones congénitas. Eso se traduce en 2,28 casos por cada 100.000 jóvenes por año.
Atkins coincidió en que el estudio aporta un escenario más claro de la incidencia real de este trastorno en los más jóvenes. "Es la mejor información que tenemos", sostuvo. Y agregó que los investigadores deberían conocer la frecuencia de este problema antes de aplicar programas universales de pesquisa.
La idea de controlar a los niños para detectar alteraciones cardíacas que podrían causar un paro cardíaco está cuestionada. Algunos países, como Italia e Israel, obligan a los atletas jóvenes a hacerse un ECG de control. Estados Unidos no integra esa lista.
FUENTE: Circulation, online 10 de agosto del 2012