Por Frederik Joelving
NUEVA YORK (Reuters Health) - Los atletas estudiantiles que colapsan en el medio de un juego por un paro cardíaco son noticia, pero cuando el corazón se detiene en una escuela no suele ser entre los más jóvenes.
Luego de cinco años de estudio, un equipo de Michigan descubrió que sólo dos de cada 47 paros cardíacos en escuelas de K-12 sucedían en eventos deportivos. Un tercio de los casos ocurría después de las 17 horas, principalmente en adultos.
"Las escuelas son sitios de reunión de la comunidad y dos tercios de nuestros casos fueron en adultos", dijo el doctor Robert Swor, emergentólogo de la Escuela de Medicina William Beaumont de Oakland University, Royal Oak, Estados Unidos.
Los resultados surgen de registros y entrevistas con testigos y autoridades escolares del país, y demuestran que menos de dos de cada 1.000 paros cardíacos ocurrían en escuelas de kinder hasta el grado 12 y 16 de cada 47 paros cardíacos en las escuelas eran en menores de edad.
Tras considerar la frecuencia de los paros cardíacos en las escuelas y quiénes solían ser las víctimas, el equipo de Swor consideró que se necesita prestar más atención a la capacidad de respuesta de las escuelas ante una emergencia.
Varios estados norteamericanos exigen que las escuelas cuenten con desfibriladores automáticos externos (DAE) para asistir a una persona que tiene un paro cardíaco. Hace una semana, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, promulgó una ley que obliga a las escuelas del estado a contar con un DAE y planes de asistencia de emergencias cardíacas.
El equipo, que publica los resultados en Resuscitation, realizó las entrevistas en 30 de las 47 escuelas que ubicaron: 19 tenían un DAE. Cuando la asistencia había incluido el uso del DAE, cuatro de cada 11 personas asistidas pudieron sobrevivir hasta el alta del hospital. En el resto de los casos, sobrevivieron dos de cada ocho personas asistidas.
"Esto confirma que el uso del DAE logra una sobrevida del 50 por ciento", dijo el doctor Myron Weisfeldt, de Johns Hopkins University, y que no participó del estudio.
Cada año, 300.000 estadounidenses padecen un paro cardíaco y menos de ocho de cada 100 abandonan el hospital con vida. Los DAE, que se encuentran en aeropuertos y otros sitios públicos, salvan casi 500 vidas por año, según un estudio de Weisfeldt en el 2010.
Los dispositivos cuestan menos de 2.000 dólares y puede operarlos cualquier persona. Swor observó que su uso más común es cuando los transeúntes no pueden identificar los signos de un paro cardíaco porque, por ejemplo, la víctima tiene convulsiones.
Ante la duda, recomendó utilizar el DAE porque sólo administrará el choque eléctrico si detecta alguna alteración del ritmo cardíaco. Swor y Weisfeldt promueven enseñar en las escuelas los signos de un paro cardíaco, el uso de la RCP y de un DAE, y llamar al 911.
Para Weisfeldt, la escuela "es un buen lugar para aprenderlo".
FUENTE: Resuscitation, online 20 de septiembre del 2012