Por Amy Norton
"Cuando un hijo tiene una infección de oído con dolor, se genera la sensación de urgencia. Pero si un médico recomienda vitamina D o hierro, los padres no lo percibirían como una necesidad inmediata".
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio sugiere que una gran cantidad de recetas de medicamentos para niños beneficiarios de la cobertura federal Medicaid no llegarían a las farmacias.
Un equipo halló que el 22 por ciento de casi 17.000 recetas pediátricas de dos clínicas urbanas nunca se cambiaron por los medicamentos. Eso coincide con lo observado en estudios sobre adultos: entre el 16 y el 24 por ciento no compra los fármacos recetados.
"Hay muchos estudios que demuestran que cuando no se toman los medicamentos, empeora la salud", indicó la autora principal, doctora Rachael Zweigoron, de la Medical University of South Carolina, en Charleston. Y eso, dijo, se aplica a los niños y a los adultos.
El estudio no explica por qué más de un quinto de las recetas no se utilizaron, pero los padres eran propensos a comprar unos y no otros productos. Por ejemplo: se utilizaron el 91 por ciento de las recetas de antibióticos y otros fármacos para las infecciones, versus el 65 por ciento de las recetas de vitaminas y minerales.
"Cuando un hijo tiene una infección de oído con dolor, se genera la sensación de urgencia", dijo Zweigoron. Pero si un médico recomienda vitamina D o hierro, los padres no lo percibirían como una necesidad inmediata.
Eso hace preguntar si los padres siempre saben por qué un pediatra indica un medicamento o un suplemento. "Como pediatras, ¿estamos haciendo lo suficiente para explicarles a los padres la importancia de una indicación médica?", dijo Zweigoron.
Los resultados, publicados en la revista Pediatrics, surgen de 4.833 niños atendidos en dos años en dos clínicas asociadas con el Hospital de Niños Lurie, en Chicago.
Todos los niños eran beneficiarios de Medicaid, la cobertura pública para los pobres. De modo que se desconoce si los resultados se aplicarían a los niños con cobertura privada.
Pero Zweigoron dijo que las recetas que no se utilizan también son un problema de las familias con cobertura privada. Con su equipo halló que los padres eran un 50 por ciento más propensos a utilizar las recetas electrónicas que las impresas.
Se desconoce el motivo, pero Zweigoron consideró que la comodidad es un factor importante. Ese resultado coincide con los de otros estudios que habían demostrado que los adultos son más propensos a utilizar sus recetas cuando la información se envía a las farmacias electrónicamente.
Zweigoron consideró que se necesitan más estudios para determinar los motivos por los que los padres no suelen utilizar las recetas de sus hijos. Por ahora, sugirió que si los padres tienen dudas sobre un fármaco, incluidos los efectos adversos, pregunten. "Y si por algún motivo no pueden obtener el medicamento, (los padres) también deberían decirlo", agregó.
FUENTE: Pediatrics, online 24 de septiembre del 2012