Por Genevra Pittman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un equipo halló que los niños con autismo a menudo salían de sus casas, la escuela o un comercio para deambular y que algunos hasta trataban de salir corriendo varias veces por día.
Pero en lugar de no reconocer dónde estaban, los padres decían que sus hijos solían escapar para ir a un lugar que les gustaba, para explorar o para evitar una situación incómoda o que les producía ansiedad.
"Es propio de la naturaleza del autismo", dijo el doctor Paul Law, coautor del estudio. "Los niños carecen de las habilidades sociales para consultar antes con sus padres y tener la relación social que poseen la mayoría de los niños cuando llegan a una calle o un parque", agregó.
Law dirige el Proyecto Red Interactiva del Autismo del Instituto Kennedy Krieger de Baltimore. Con fondos que aportaron varios grupos de investigación y apoyo de pacientes con autismo, el equipo de Law entrevistó a los padres de 1218 niños con trastornos del espectro autista.
El 49 por ciento de esos niños (598) se había escapado por lo menos una vez; la mayoría (316) había permanecido perdido el tiempo suficiente (unos 40 minutos) como para causar preocupación. En cambio, los mismos padres habían tenido ese problema con el 13 por ciento de sus hijos sin autismo cuando tenían cuatro años de edad.
La mayoría de los niños autistas que estuvieron perdidos pudieron haber tenido algún accidente con un vehículo o haberse ahogado. En un tercio de los casos, los padres llamaron a la policía.
"La carga de estas familias para proteger a sus hijos es enorme. Tener cuidado de salir a la calle o permanecer despiertos durante la noche (...) la ansiedad general que viven estas familias es tortuosa", agregó Law.
En Pediatrics, el equipo escribe que los niños con autismo grave eran los más propensos a escaparse.
El especialista en autismo Russell Lang, de Texas State University-San Marcos, dijo que la prevalencia de estas escapadas en los niños autistas lo sorprendió. "Es una conducta muy peligrosa y es algo engañosa porque puede parecer benigna, comparada con otras conductas", consideró Lang, que no participó del estudio.
Esas otras conductas comunes en los niños autistas son las autolesiones y la destrucción de la propiedad. A menudo, se combinan con escapadas, motivo por el cual los investigadores no poseían, hasta ahora, una estimación adecuada de su prevalencia.
La cantidad de niños con un trastorno del espectro autista, que incluye desde el síndrome de Asperger hasta el autismo, aumentó recientemente. Los CDC estiman que uno de cada 88 niños tiene un trastorno diagnosticado.
El nuevo estudio no permitió estimar la cantidad de niños con autismo que mueren cada año por escaparse corriendo y sufrir algún peligro. "No se trata sólo de que los padres no supervisan adecuadamente a sus hijos -dijo Lang-. El niño autista no percibe el peligro. Son propensos a escaparse, independientemente de cuál sea el nivel de cuidado de los padres."
Consideró que la terapia de recompensa por no salir a deambular permitiría prevenir esas desapariciones.
Law recomendó que los padres consulten a organizaciones civiles para saber cómo instalar medidas de seguridad en las puertas y utilizar dispositivos de rastreo infantiles. Opinó que los equipos que responden a estas emergencias deberían estar mejor preparados para responder al llamado de los padres.
De todos modos, dijo: "Aún no llegamos a un consenso sobre cuáles son las mejores estrategias" para prevenir que los niños autistas se escapen.
FUENTE: Pediatrics, online 8 de octubre del 2012.