Mary Elizabeth Dallas
Los empleados que reciben los salarios más bajos están en un mayor riesgo de hipertensión que los que ganan más, sugiere un estudio reciente.
Esto sucede particularmente entre las mujeres y los que tienen de 25 a 44 años de edad, anotaron los investigadores de la Universidad de California, en Davis (UC Davis). Los hallazgos podrían ayudar a reducir los costos personales y financieros de la hipertensión, o presión arterial alta, que es un importante problema de salud, apuntaron los autores del estudio en un comunicado de prensa de la universidad.
"Nos sorprendió que unos salarios bajos fueran un factor de riesgo tan potente para dos poblaciones que por lo general no se asocian con la hipertensión, que se asocia con mayor frecuencia con una mayor edad y el sexo masculino", planteó en el comunicado de prensa el autor principal del estudio J. Paul Leigh, profesor de ciencias de la salud pública de la UC Davis. "Nuestro resultado muestra que las mujeres y los empleados más jóvenes que trabajan por las escalas de pago más bajas también deben ser evaluados de forma regular respecto a la hipertensión".
Usando un estudio nacional de familias en Estados Unidos, que incluía información sobre los salarios, los trabajos y la salud, los investigadores reunieron información sobre más de 5,600 cabezas de familias y sus cónyuges cada dos años desde 1999 hasta 2005. Todos los participantes, que tenían entre 25 y 65 años de edad, estaban empleados. Los investigadores también excluyeron a toda persona diagnosticada con hipertensión en el primer año de cada intervalo de dos años.
El estudio halló que los salarios de los trabajadores (el ingreso anual dividido por las horas de trabajo) iban de aproximadamente 2.38 dólares a 77 dólares por hora en dólares de 1999. Durante el estudio, los participantes también reportaron si su médico les había diagnosticado hipertensión o no.
Basándose en un análisis estadístico, los investigadores hallaron que duplicar el salario de una persona se asociaba con una reducción del 16 por ciento en el riesgo de hipertensión. Duplicar el salario de un empleado también redujo el riesgo de hipertensión en un 1.2 por ciento durante dos años, y en un 0.6 por ciento por un año.
"Esto significa que si habían 110 millones de personas empleadas en los EE. UU. entre los 25 y los 65 años de edad por año durante todo el periodo del estudio (de 1999 a 2005), entonces un aumento del 10 por ciento en el salario de todos habría resultado en 132,000 casos menos de hipertensión cada año", explicó Leigh.
Los investigadores también especularon que duplicar los salarios de los trabajadores más jóvenes se asociaba con una reducción del 25 al 30 por ciento en el riesgo de hipertensión. Entre las mujeres, ganar el doble reducía el riesgo en un 30 a un 35 por ciento.
El estudio, que aparece en la edición de diciembre de la revista European Journal of Public Health, podría haberse visto limitado por el hecho de que dependía de los participantes para que reportaran un diagnóstico de hipertensión, apuntaron los investigadores.
"Otras investigaciones han mostrado que las mujeres son más propensas que los hombres a reportar un diagnóstico de salud", anotó Leigh. "Sin embargo, la naturaleza longitudinal de los datos usados en nuestro estudio ayuda a mitigar ese sesgo natural, y los autorreportes de salud típicamente se correlacionan con los datos clínicos".
Los autores del estudio dijeron que se necesita más investigación para explorar la relación entre los sueldos bajos y la hipertensión.
"Si los resultados son iguales, podríamos haber identificado una forma de ayudar a reducir los costos y el impacto personal de una importante crisis de salud", concluyó Leigh. "Los salarios también son una parte del ambiente laboral que se puede cambiar con facilidad. Los legisladores pueden aumentar el salario mínimo, lo que tiende a aumentar todos los salarios en general, y que podría tener un beneficio significativo para la salud pública".
La hipertensión, que contribuye a la enfermedad cardiaca y al accidente cerebrovascular, afecta a aproximadamente uno de cada tres adultos de Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU. Los CDC también reportan que la afección cuesta más de 90 mil millones de dólares cada año en servicios de atención de salud, medicamentos y ausentismo laboral.
Aunque el estudio encontró una relación entre los salarios y los niveles de presión arterial, no probó causalidad.
FUENTE: University of California, Davis, news release, Jan. 3, 2013