Cronobiología y alimentación

Comer el almuerzo tarde podría significar perder menos peso

Un estudio español sugiere que comer al mediodía antes de las 3 p.m. podría ayudar a los que hacen dieta.

Fuente: Medlineplus

 Las personas a quienes les gusta comer el almuerzo tarde podrían tener más problemas para bajar de peso que las que comen antes, sugiere un estudio reciente.
 
Los investigadores hallaron que de 420 personas en un programa para perder peso, los que comían el almuerzo tarde perdieron alrededor de 25 por ciento menos peso que los que usualmente almorzaban antes de las 3 p.m.
 
Los hallazgos, que aparecen en la edición del 29 de enero de la revista International Journal of Obesity, vienen con ciertas advertencias. Los investigadores no pueden estar seguros de que el almuerzo tardío boicoteara las dietas de las personas. Y los participantes del estudio eran de España, donde el almuerzo es la comida principal del día.
 
No está claro si los hallazgos aplicarían a un país como Estados Unidos, donde la mayoría de personas comen un almuerzo ligero y donde la comida principal es la cena, señaló el investigador principal Frank Scheer, profesor asistente de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston.
 
Es una creencia común que es mejor comer la comida principal más temprano en el día. Scheer apuntó al adagio popular de desayunar como un rey y cenar como un mendigo. Pero no ha habido mucha evidencia científica de que el momento en que se consume la comida principal importe en la batalla contra la grasa.
 
"Se trata del primer estudio a gran escala y a largo plazo en mostrar que es un factor importante para que las personas con sobrepeso y obesa tengan éxito al perder peso", apuntó Scheer.
 
No se sabe con certeza por qué un almuerzo tardío podría relacionarse con una pérdida de peso más lenta. Pero una posibilidad es que al menos algunos de los que comen el almuerzo tarde esperan demasiado tiempo entre comidas, lo que podría tener efectos sobre el metabolismo.
 
Algunos estudios han sugerido que programar las comidas con regularidad (comer cada tres a cuatro horas) podría ayudar en el control del peso, anotó Connie Diekman, directora de nutrición universitaria de la Universidad de Washington, en St. Louis.
 
En este estudio, el grupo que comía el almuerzo tarde tenía más probabilidades de comer un desayuno ligero o de no desayunar en lo absoluto. Casi el 7 por ciento de los que comían el almuerzo tarde lo hacían, frente a menos del 3 por ciento de los que comían el almuerzo antes.
 
Así que los hallazgos muestran una "conexión potencial entre esperar demasiado entre comidas y el aumento de peso", señaló Diekman, quien no participó en el estudio. "Pero dado el diseño del estudio, se necesitan más estudios para determinar si hay una conexión causal".
 
El problema es que las personas que esperan para almorzar quizás sean distintas de otras que hacen dietas de varias formas, incluso en formas que podrían entorpecer su pérdida de peso.
 
El equipo de Scheer tomó en cuenta algunas de esas posibilidades. Hallaron que los grupos que comían el almuerzo temprano y tarde consumían un número parecido de calorías y quemaban una cantidad similar (según los niveles de actividad que reportaron). Los dos grupos también dormían, en promedio, más o menos durante el mismo tiempo cada noche, lo que es importante dado que la pérdida de sueño se ha relacionado con un mayor riesgo de obesidad y menos éxito al perder peso.
 
Pero esto no es suficiente para probar que el almuerzo tardío provocara una pérdida de peso más lenta, señalaron Scheer y Diekman.
 
Los hallazgos se basan en 420 adultos españoles con sobrepeso y obesos que participaron en un programa de cinco meses para perder peso. Se les animó a consumir una dieta mediterránea tradicional, que incluye bastante pescado, aceite de oliva, verduras y granos integrales, pero poca carne roja y mantequilla.
 
Sin embargo, no recibieron consejos sobre el horario de sus comidas.
 
Al final, la mitad del grupo que usualmente almorzaba después de las 3 p.m. perdió un promedio de casi 8 kilos (17 libras). Esto es en comparación con 10 kilos (22 libras) en el grupo que almorzaba temprano.
 
Como es típico en España, el almuerzo era la comida principal del día. En promedio, los participantes consumieron el 40 por ciento de sus calorías diarias en el almuerzo, independientemente de si almorzaban temprano o tarde.
 
En contraste con los hallazgos sobre el almuerzo, no hubo evidencia de que el momento en que las personas comían el desayuno o la cena afectara su pérdida de peso. (La mitad del grupo cenaba después de las 9:30 p.m.).
 
Así que en una cultura donde la comida principal es la cena, ¿importaría si se cena a las 9 p.m. o a las 6 p.m.? "Basándose en estos datos, es difícil saberlo", apuntó Scheer. Se necesita más investigación para responder a esa pregunta, añadió.
 
Por ahora, los hallazgos actuales concuerdan con la investigación en animales que muestra que el horario de las comidas parece afectar al peso, comentó Scheer.
 
Quizás tenga que ver con los efectos sobre los ritmos circadianos del organismo, que influyen sobre una variedad de funciones, entre ellas el ciclo del sueño y la vigilia y el metabolismo. En el cerebro hay un "reloj maestro" que coordina esos ritmos, pero también hay "relojes periféricos" en los tejidos y células de todo el cuerpo, explicó Scheer.
 
En los animales, unos horarios inusuales para las comidas parecen afectar algunos de esos relojes periféricos y desconectarlos del reloj maestro. En teoría, esa "desconexión" de los relojes podría afectar el control del peso.
 
Pero se necesita más investigación para ver si el momento en que la persona consume la comida principal influye directamente sobre el peso, y qué tan importante es esa influencia realmente, señaló Scheer.
 
"Necesitamos saber si esto tiene relevancia clínica", apuntó.
 
Diekman dijo que los hallazgos respaldan la idea de que el horario de las comidas importa, pero concurrió en que todavía está por verse qué tan importante es para perder peso en última instancia.
 
"Como dietista registrada, este estudio me ayuda a sentirme cómoda con las recomendaciones sobre la importancia de la distribución de las comidas", aseguró. "Pero no responde por qué, ni qué impacto podría tener esto sobre el peso".
 
FUENTES: Frank Scheer, Ph.D., assistant professor, medicine, Harvard Medical School, Boston; Connie Diekman, R.D., L.D., director, university nutrition, Washington University, St. Louis; Jan. 29, 2013, International Journal of Obesity online