Public Library of Science Currents – Influenza
Los inviernos leves en que pocas personas contraen influenza tienden a ser seguidos por brotes graves al año siguiente, halla un estudio reciente, lo que sugiere que quizás el calentamiento global conlleve unas temporadas de influenza más duras en un futuro.
Al menos, esa es la teoría. El estudio muestra una correlación entre los inviernos cálidos en Estados Unidos y una peor temporada de influenza el invierno siguiente.
“Pero correlación no significa causación”, señaló la investigadora líder Sherry Towers, profesora de investigación de la Universidad Estatal de Arizona, en Tempe.
“La dinámica que provoca una temporada grave de influenza es muy multifactorial”, comentó Towers. Un ejemplo es si la vacuna contra la influenza para una temporada en particular tiene una buena correspondencia con las cepas de influenza que circulan realmente.
Aún así, Towers dijo que sus hallazgos ofrecen una “evidencia convincente” de un vínculo entre unos inviernos leves y un mayor sufrimiento por la influenza a la temporada siguiente.
Para el estudio, Towers y colegas observaron datos del gobierno de Estados Unidos para cada temporada de influenza desde 1997. Hallaron un patrón interesante, dijo Towers. Cuando un invierno tenía temperaturas por encima del promedio, la temporada de influenza en el próximo otoño e invierno era más grave de lo normal el 72% de las veces.
Normalmente, la temporada de influenza en Estados Unidos alcanza su punto máximo a fines de enero o principios de febrero. Pero el equipo de Towers halló que había 80% más probabilidades de lo normal de que la temporada de influenza tras un invierno leve llegara a su punto máximo antes del 1 de enero.
“La difícil temporada de influenza de este año es un excelente ejemplo”, señaló Towers. En Estados Unidos, esta temporada de influenza comenzó antes, y los casos aumentaron en noviembre. La semana pasada, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) reportaron que la actividad gripal por todo el país seguía siendo más intensa que el promedio, aunque en algunas áreas se estaba nivelando.
Desde inicios de la temporada, han muerto 37 niños a causa de la influenza, señaló la agencia, con ocho muertes en la semana que se terminó el 19 de enero. Casi 6.200 personas habían sido hospitalizadas con casos definitivos de influenza confirmados mediante pruebas de laboratorio.
En contraste, la temporada de influenza de 20112012 fue leve, y los casos aumentaron gradualmente después del 1 de enero. “Y ese invierno fue el cuarto más cálido registrado”, apuntó Towers.
Entonces, ¿por qué podría un invierno cálido predecir una temporada mala de influenza al año siguiente? “En primer lugar –dijo Towers–, la investigación sugiere que el virus es más difícil de transmitir durante el tiempo leve, porque el virus muere antes en el aire más cálido y húmedo”.
Entonces, si menos personas contraen la influenza, más personas serán vulnerables a contraerla en la próxima temporada, explicó otro experto.
Para formular la vacuna contra la influenza cada año, los científicos tienen que predecir qué cepas predominarán en la próxima temporada.
El Dr. Stephen Baum, profesor de microbiología e inmunología del Colegio de Medicina Albert Einstein en la ciudad de New York, señaló que el virus de la influenza “se cambia de abrigo” cada temporada, de forma que las cepas no son idénticas de un año al siguiente. Sin embargo, usualmente el cambio es leve. Así que si alguien sufrió de influenza en la temporada anterior, cuenta con cierta protección este año, y podría o no enfermar o contraer un caso bastante leve, lo que podría descartarse como un “resfriado malo”, señaló Baum.
Baum concurrió en que los nuevos hallazgos no prueban que un invierno leve provoque directamente una peor temporada de influenza la próxima vez. “Simplemente dicen que es una posibilidad”, apuntó.
Tanto Baum como Towers enfatizaron la importancia de vacunarse contra la influenza cada año. Los expertos recomiendan la vacuna para todas las personas a partir de los seis meses de edad.
Y si el invierno anterior fue cálido, apuntó Towers, quizás sea inteligente ponerse la vacuna más bien temprano que tarde. Sin embargo, Baum anotó que incluso si uno luchó y venció a un caso malo de influenza este año, aún así necesita vacunarse el próximo año. Esa infección podría conferir cierta protección en la próxima temporada de influenza, pero la vacuna confiere más.
Se calcula que en una temporada típica 36.000 estadounidenses mueren a causa de la influenza y de sus complicaciones, según los CDC. De 1976 a 2006, los estimados sobre las muertes asociadas con la influenza iban de un mínimo de unas 3.000 a un máximo de unas 49.000 personas.
Los adultos mayores de 65 años, los niños pequeños, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedad cardiaca y pulmonar crónica tienen un mayor riesgo de complicaciones de la influenza.
En los EE.UU.
El cambio climático y las graves temporadas de influenza
“La dinámica que provoca una temporada grave de influenza es muy multifactorial”.