Por Trevor Stokes
NUEVA YORK, (Reuters Health) - Aunque estudios previos habían sugerido que existiría una relación entre la exposición a la contaminación del aire y el riesgo de padecer artritis reumática, un nuevo estudio sobre enfermeras lo descarta.
"No hallamos ninguna prueba de que el aumento de los niveles de contaminación estén asociados con un mayor riesgo de desarrollar artritis reumática", indicó por e-mail la autora principal, Jaime Hart, instructora de medicina del Hospital de Brigham y las Mujeres, en Boston.
Casi el 1 por ciento de los adultos estadounidenses padecen artritis reumática, una enfermedad incurable que erosiona las articulaciones y deforma el cuerpo, que triplica el riesgo de tener un infarto y aumenta el riesgo de padecer ciertos cánceres.
El equipo de Hart utilizó datos del Estudio de Salud de las Enfermeras, un seguimiento de 111.425 mujeres, que originalmente incluyó enfermeras, de Estados Unidos entre 1976 y el 2006. En esas tres décadas se confirmaron 858 casos de artritis reumática, según publica Arthritis Care & Research.
Con el código postal de cada enfermera, los autores estimaron la proximidad de las participantes a fuentes de contaminación del aire, como el tránsito o las plantas de energía.
A diferencia de un estudio previo de Suecia, este relevamiento analizó las sustancias contaminantes del aire, como la materia particulada del hollín y las sustancias del esmog, como el dióxido de nitrógeno o el dióxido de azufre.
Varios equipos, como el de Hart, habían identificado el humo de tabaco como un factor de riesgo importante de la artritis reumática. De modo que en el estudio, el equipo evaluó también el efecto del tabaquismo o de la pobreza en el riesgo de padecer la enfermedad.
Hart dijo que al equipo le sorprendió no hallar una relación entre la artritis reumática y las sustancias de la contaminación del aire, como así también, un impacto tan bajo de otros factores de riesgo, como el tabaquismo.
Los resultados surgen principalmente de mujeres blancas, de mediana edad y clase media, y Hart dijo que no refutan necesariamente las pruebas disponibles.
"Sin replicar estos resultados en otras poblaciones, aún es demasiado pronto para sacar conclusiones sólidas sobre el papel de la contaminación ambiental", sostuvo la autora. Y extendió sus dichos a la influencia del tabaquismo.
"Sería muy reduccionista decir que este estudio contradice la literatura disponible de nuestro equipo y del mundo sobre los efectos adversos del tabaquismo" en el riesgo de padecer artritis reumática, agregó.
El doctor Christopher Morris, reumatólogo de Arthritis Associates, Kingsport, Tennessee, y que no participó del estudio, coincidió con Hart.
"Hasta no hallar un disparador, lo que gatilla el problema, veremos información contradictoria en distintas poblaciones", dijo. "Esto no cambia el tratamiento de la artritis reumática", agregó.
"Estamos perplejos porque ahora, que estamos estudiando ciertas sustancias contaminantes, ellos no encuentran una asociación", dijo Anneclaire De Roos, profesora asociada de la Facultad de Salud Pública de Drexel University, Filadelfia.
Destacó que el equipo no analizó ciertas sustancias contaminantes como el ozono a nivel del suelo o la contaminación del aire en sitios cerrados.
"Según este estudio, no hay motivo para preocuparse por la contaminación al aire libre (y su relación con la artritis reumática)", finalizó De Roos.
FUENTE: Arthritis Care & Research, online
Estudio de enfermeras
No encuentran relación entre artritis reumatoidea y contaminación
"No hallamos ninguna prueba de que el aumento de los niveles de contaminación estén asociados con un mayor riesgo".