Por Trevor Stokes / NUEVA YORK (Reuters Health)
Un grupo de mujeres que participó de un nuevo estudio en el que se desarrolló una rutina de ejercicios de alta intensidad en el agua durante seis meses tuvo más fuerza y menos caídas.
"Pusimos a prueba un modelo de entrenamiento muscular en gimnasios y lo llevamos a la piscina", dijo la autora principal, Linda Moreira, investigadora de la Universidad Federal de Sao Paulo.
Moreira y su equipo opinan que el estudio debería alentar a las mujeres posmenopáusicas que pueden padecer osteoporosis a realizar ejercicios en el agua para aumentar la fuerza osteomuscular.
Los autores reunieron a unas 100 mujeres sedentarias de entre 50 y 60 años. Todas utilizaron 1000 UI de vitamina D3 y 500 mg de calcio por día, dos productos que mejoran la resistencia ósea y muscular.
En los seis meses de estudio, la mitad de las participantes participó del programa HydrOS de ejercicio en el agua que había creado el equipo para prevenir la osteoporosis y las caídas.
El programa incluía series de actividad intensa de entre 10 y 30 segundos a hasta el 90 por ciento de la frecuencia cardíaca máxima. El agua generaba una resistencia similar a las de las pesas en tierra.
A los siete meses, la cantidad de caídas en ese grupo había disminuido un 86 por ciento y el número de mujeres que se habían caído bajó un 44 por ciento, mientras que en la otra mitad de las participantes la cantidad de caídas se mantuvo estable, según publican los autores en Menopause.
Los autores observaron mayor flexibilidad y fuerza de manos, espalda, cadera y rodillas en las mujeres que hicieron ejercicio acuático. En el otro grupo mejoró levemente el equilibrio y la fuerza, pero los autores lo atribuyeron a los suplementos con calcio y vitamina D.
Con la edad, se pierde masa muscular utilizada para los movimientos rápidos que estimulan la salud ósea. Moreira explicó que el ejercicio aeróbico tradicional en el agua activa los músculos que se utilizan para los movimientos más lentos.
"Los instructores estaban entrenando los músculos equivocados", agregó la autora.
Un cuarto de las participantes tenía osteoporosis, la mitad estaba en el estadio inicial de la enfermedad y un cuarto tenía salud ósea normal.
"Los profesionales que se ocupan de la osteoporosis tienen prejuicios contra el ejercicio en el agua", indicó Andrea LaCroix, del Centro de Investigación Oncológica Fred Hutchinson.
"Este estudio los supera. Si el ejercicio modifica la densidad ósea sería muy sorprendente y algo que cambiaría el paradigma de la prevención de la osteoporosis", agregó LaCroix, que no participó del estudio.
Moreira adelantó que pronto se publicará un estudio que demuestra que en seis meses, el grupo que realizó ejercicio en el agua conservó la densidad mineral ósea del fémur, que se redujo un 1,2 por ciento en el grupo sedentario.
Poco se sabe sobre cómo el ejercicio en el agua puede mejorar la salud en los adultos mayores, dijo Wendy Kohrt, profesora de medicina de la Facultad de Medicina de University of Colorado.
"Así es difícil recomendarlo. (El estudio) reduce esa brecha del conocimiento que es bastante grande", dijo Kohrt, que no participó del estudio. "La mejoría tendió a ser pequeña (con el programa físico en agua). Es bastante difícil juzgar la efectividad de este tipo de programa".
Kohrt opinó que una limitación del estudio es que los investigadores no utilizaron elementos para maximizar la resistencia muscular.
FUENTE: Menopause