Robert Preidt
Si quiere estar sano, es mejor ocuparse de la dieta y del ejercicio a la vez en lugar de intentar mejorar uno de estos hábitos del estilo de vida por separado, sugiere una nueva investigación.
Los investigadores añadieron que si necesita empezar con solo un cambio en el estilo de vida, elija el ejercicio. Hallaron que cambiar la dieta primero puede dificultar los intentos de establecer una rutina de ejercicio regular.
El estudio contó con 200 personas de 45 años de edad y mayores, que llevaban una vida inactiva y dietas poco adecuadas. Fueron divididos en cuatro grupos: los que adoptaron nuevos hábitos de dietas y ejercicio al mismo tiempo; los que primero realizaron cambios en la dieta y empezaron a hacer ejercicio unos pocos meses después; los que empezaron a hacer ejercicio primero y realizaron cambios en la dieta unos meses después, y los que no hicieron ningún cambio ni en la dieta ni en el ejercicio.
Los grupos recibieron un asesoramiento telefónico y se les realizó un seguimiento durante un año. Los que realizaron cambios en la dieta y en el ejercicio al mismo tiempo tuvieron una mayor probabilidad de cumplir con las directrices de ejercicio (150 minutos a la semana) y de nutrición (de 5 a 9 porciones de fruta y verdura al día) de EE. UU., y de que las calorías a partir de grasas saturadas fueran menos del 10 por ciento de la ingesta total de calorías.
A las personas que empezaron con el ejercicio y unos meses después cambiaron la dieta también les fue bien a la hora de cumplir con los objetivos de ejercicio y dieta, pero no tan bien como a los que hicieron ambos cambios a la vez, afirmaron en un comunicado de prensa de la Universidad de Stanford los investigadores de la Facultad de Medicina de la universidad.
Los participantes que hicieron cambios primero en la dieta y más tarde empezaron a hacer ejercicio consiguieron cumplir con los objetivos dietéticos, pero no con los del ejercicio. Esto podría deberse a que cada tipo de cambio tiene unas características únicas, explicó la autora del estudio, Abby King, profesora de investigación y políticas de salud y de medicina.
"Con los hábitos dietéticos, no hay alternativas: se ha de comer algo. No ha de encontrar un momento adicional para comer porque ya está incluido en su horario. Así que la atención se centra más en comer los alimentos correctos", afirmó en el comunicado de prensa.
En cambio, las personas con horarios muy apretados pueden tener dificultades para encontrar tiempo para hacer ejercicio. King comentó que incluso las personas del grupo que obtuvieron un mayor éxito (con los cambios en la dieta y en el ejercicio a la vez) inicialmente tuvieron problemas para cumplir con el objetivo del ejercicio, pero para el final del estudio ya lo habían conseguido.
El estudio fue publicado en línea el 21 de abril en la revista Annals of Behavioral Medicine.
FUENTE: Stanford University, news release