NUEVA YORK (Reuters Health) - Un equipo halló que los niños y los adolescentes obesos con asma necesitan más consultas de emergencia y más medicamentos "de rescate" para controlar la enfermedad respiratoria.
"Si los padres advierten que sus niños con sobrepeso u obesidad están teniendo síntomas similares a los del asma, lo que deberían hacer es ocuparse de mejorar el peso en lugar de concentrarse sólo en atacar el asma", dijo la autora principal, Mary Helen Black, del Departamento de Investigación y Evaluación de Kaiser Permanente, en el sur de California.
Con su equipo, Black analizó las historias clínicas electrónicas de 623.000 niños y adolescentes de entre 6 y 19 años; todos eran beneficiarios del plan de salud de Kaiser entre el 2007 y el 2011. Ninguno había tenido asma.
En tres años, el 5 por ciento (unos 32.000) desarrolló la enfermedad.
El equipo halló que cuanto más pesaban los niños, más propensos eran a desarrollar asma. Los chicos con sobrepeso eran un 16 por ciento más propensos a que les diagnosticaran la enfermedad que aquellos con peso normal.
Esa probabilidad aumentaba al 37 por ciento en los participantes obesos, tras considerar la edad, el género y la etnia, según explica el equipo en American Journal of Epidemiology.
Entre los que desarrollaron asma, los niños y los adolescentes con mayor peso también tendían a padecer más complicaciones que los niños delgados.
Por ejemplo, un año antes del diagnóstico, 106 de cada 1.000 participantes extremadamente obesos concurrieron a una sala de emergencias, comparado con 87 de cada 1.000 niños asmáticos con peso normal.
Además, los niños obesos eran más propensos a sufrir de una "exacerbación" del asma (es decir, un agravamiento de la enfermedad) y a necesitar fármacos "de rescate" (beta agonistas de rápida acción) cuando los medicamentos habituales no eran suficiente.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés) estiman que uno de cada 11 niños de Estados Unidos padece asma. En el 2008, el asma causó la pérdida de 10,5 millones de días de clase.
Black dijo que es posible que la inflamación sistémica que produce la obesidad altere el riesgo de desarrollar asma y su gravedad. O, según agregó, que la relación entre la obesidad y el asma pueda atribuirse a un efecto directo del sobrepeso en las vías aéreas.
El doctor Peter Michelson, pediatra especializado en obesidad y asma del Hospital de Niños de St. Louis, opinó que una limitación de éste y otros estudios es que no se sabe si el diagnóstico de asma se realizó con test de función pulmonar.
Sin esos resultados, dijo que es posible que algunos niños hayan sido tratados por disnea asociada con la obesidad y falta de aptitud física, no por asma real.
"Los resultados serían interesantes, pero me parece que son incompletos porque para caracterizar la gravedad del asma realmente se necesitan (resultados) de la función pulmonar", indicó Michelson, que no participó del estudio.
"Necesitamos más información específica de la función pulmonar para caracterizar a esos pacientes con más precisión y comprobar si el asma y la obesidad están tan relacionados como pensamos", finalizó.
FUENTE: American Journal of Epidemiology
Mejorar el peso y no sólo controlar el asma
El asma es más común y más grave en los niños obesos
Necesitan más consultas de emergencia y más medicamentos "de rescate".