Por Andrew M. Seaman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Los efectos físicos y mentales negativos del "bullying" en los niños y adolescentes se irían acumulando con el paso de los años, según revela un nuevo estudio.
Un equipo halló que los adolescentes que habían sido víctimas del hostigamiento de pares en el pasado y los que actualmente lo estaban siendo solían tener una calidad de vida más baja que aquellos sin esa experiencia.
Para la autora principal, este estudio y los anteriores sobre los efectos del bullying sugieren que se necesitaría un trabajo más riguroso para conocer cómo intervenir y detener ese hostigamiento.
"Todo esto respalda casi unánimemente la implementación de intervenciones tempranas e inmediatas y el avance de la ciencia en su investigación", dijo Laura Bogart, del Hospital de Niños de Boston.
En la revista Pediatrics, el equipo de Bogart publica que pocos estudios habían analizado si los efectos del bullying se acumulan con los años.
Para comprobarlo, analizó los datos del estudio conocido como Healthy Passages, que había indagado el nivel de bullying experimentado, con una evaluación de la salud física y mental, en alumnos de Alabama, California y Texas: 4.297 estudiantes respondieron cuestionarios en quinto, séptimo y décimo grado.
Un tercio de los participantes había sufrido hostigamiento de pares en algún momento durante el período escolar.
Los que habían sido víctimas de bullying en el pasado rindieron mejor en las evaluaciones de salud física y mental que los que lo estaban siendo hostigados actualmente. A los adolescentes que habían padecido bullying durante todos los años escolares les fue peor que al resto.
Por ejemplo: en la evaluación de la salud mental, el 7 por ciento de los estudiantes de décimo grado que nunca había sido víctima del hostigamiento entre pares tuvo un bajo rendimiento, comparado con el 12 por ciento de los que alguna vez habían sido víctimas de bullying, el 31 por ciento de los que lo estaban siendo y el 45 por ciento de los que soportaban el hostigamiento de manera constante.
El 8 por ciento de los alumnos de décimo grado que nunca habían padecido bullying tenían problemas de salud física, comparado, respectivamente, con el 12, 26 y 22 por ciento de las víctimas de hostigamiento.
Los problemas de salud mental incluían trastornos como la tristeza constante, el temor o el enojo, según detalló Bogart. Las complicaciones de salud física incluían limitaciones como la imposibilidad de caminar lejos o levantar objetos pesados.
"Una conclusión fundamental de todo esto es que cualquier adulto que tenga contacto con niños (...) (debería) reconocer los signos del bullying. Este estudio nos aporta algunos, pero no todos. Son signos físicos, aunque no siempre se limitan al cuerpo", añadió Bogart.
Un signo no físico, por ejemplo, es negarse a ir a la escuela.
Bogart también consideró importante que los padres estén atentos a si sus hijos pertenecen a alguno de los grupos de riesgo de bullying. Esos grupos son los niños y adolescentes con discapacidades físicas, con sobrepeso u obesidad, y con otras preferencias sexuales.
FUENTE: Pediatrics
En los niños y adolescentes
Los efectos del "bullying" son acumulativos
Es imprescindible a implementación de intervenciones tempranas e inmediatas.