Para lograr el mejor efecto, tome los medicamentos para la acidez antes del desayuno
Muchas personas con acidez no toman sus medicamentos contra el ácido en el momento correcto, lo que hace que los fármacos sean menos efectivos y que se desperdicie el dinero, según una investigación reciente.
Apenas alrededor de un tercio de los que compran estos medicamentos sin receta los usaban adecuadamente, en comparación con poco menos de la mitad de aquellos a quienes el médico de cabecera les recetó los fármacos. Los que recibieron la receta de un gastroenterólogo eran los más propensos a usar los medicamentos como se debe, ya que siete de cada diez los tomaban de forma adecuada, según el estudio.
Estos medicamentos se activan una vez entran al cuerpo, apuntó el autor principal del estudio, el Dr. M. Michael Wolfe, gastroenterólogo y presidente del departamento de medicina de MetroHealth System. "Para activar el medicamento, debe comer. Por esa razón, tómelo antes del desayuno. Si no toma el medicamento de forma adecuada, no le va tan bien", advirtió Wolfe.
A pesar de que las etiquetas avisan a los usuarios que tomen los medicamentos antes del desayuno, la gente no sigue esas indicaciones, lamentó. Los que no toman los medicamentos de forma adecuada "están desperdiciando el dinero, no se están sintiendo bien y no están obteniendo alivio para los síntomas", añadió Wolfe.
El estudio aparece en la edición de junio de la revista The American Journal of Gastroenterology.
La acidez es una sensación dolorosa que a veces parece quemar justo debajo del esternón, que el 44 por ciento de los adultos de EE. UU. experimentan al menos una vez al mes. Alrededor del 7 por ciento tienen acidez a diario. Una acidez frecuente podría indicar una afección conocida como enfermedad del reflujo gastroesofágico, o ERGE. La comida y el ácido del estómago se devuelven, o refluyen, al esófago. El reflujo puede dañar el esófago y provocar problemas graves con el tiempo.
Los costos directos relacionados con el ERGE, que incluyen a los medicamentos para reducir el ácido, superan los 10 mil millones de dólares cada año en Estados Unidos, según la información de respaldo del estudio.
Los medicamentos observados en este estudio son de una clase de fármacos conocidos como inhibidores de la bomba de protones. Funcionan al reducir la cantidad de ácido estomacal que se produce, según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. A diferencia de los antiácidos, como Tums o Rolaids, los inhibidores de la bomba de protones no ofrecen un alivio inmediato de los síntomas de acidez. Los medicamentos ameritan unos 7 días de tratamiento continuo para llegar a su potencial máximo de supresión del ácido, anotó el estudio.
Wolfe y sus colaboradores encuestaron a 610 pacientes que usaron medicamentos para la acidez debido a la ERGE. De ese grupo, 190 recibieron una receta para un medicamento contra el ácido de un gastroenterólogo, y 223 recibieron una receta de su médico de cabecera. Los 197 restantes compraron medicamentos para el ácido de venta libre.
A los que recibieron recetas para los medicamentos de su gastroenterólogo les fue mejor, anotó Wolfe, ya que el 71 por ciento tomaban los medicamentos de forma adecuada. Apenas el 47 por ciento de los que recibieron la receta de su médico de cabecera los tomaban de forma adecuada. Y apenas el 39 por ciento de los que los compraron sin receta los usaron de forma adecuada, hallaron los investigadores.
En un estudio anterior, apenas un tercio de los médicos de cabecera les dijeron a los pacientes que tomaran los medicamentos antes de las comidas, pero casi todos los gastroenterólogos lo hicieron, según el informe.
En su estudio, Wolfe halló que la gravedad y la frecuencia de los síntomas eran mejores entre los que recibieron la receta del fármaco de un gastroenterólogo en comparación con el médico de cabecera.
"Si tiene acidez frecuente, sufre de una enfermedad, la ERGE", planteó Wolfe. "Y de verdad debe consultar al médico y no tratarse usted mismo", explicó.
El Dr. John Lipham es director del Centro de Salud Digestiva de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California. Lipham revisó los hallazgos, pero no participó en el estudio.
"Es algo que sabemos desde que estos medicamentos salieron, que funcionan mejor si los toma más o menos 30 minutos antes de una comida", dijo Lipham.
Pero el nuevo estudio ofrece datos de respaldo para lo que algunos expertos saben por experiencia, apuntó.
Lipham dijo que el estudio es el primero, hasta donde sepa, que muestra una diferencia en el hecho de tomar un medicamento correctamente dependiendo de quién lo recetó.
Tanto Wolfe como Lipham hallan que los pacientes con frecuencia creen que los inhibidores de la bomba de protones funcionan igual que los antiácidos, que se deben tomar cuando la acidez ataca.
"Pero estos medicamentos [inhibidores de la bomba de protones] no funcionan así", aseguró Lipham. "Deben ser estimulados por el ácido y deben acumularse en el sistema. Hay que tomarlos a la hora adecuada cada día, y también se deben tomar todos los días para que rindan su máxima efectividad".
En cuanto al motivo de que los médicos no les digan a sus pacientes cómo utilizar estos fármacos, Wolfe especuló que quizá los médicos de atención primaria estén demasiado ocupados y no tengan el tiempo para leer toda la literatura farmacológica.
La moraleja es que "se trata de educación", dijo Wolfe. Tanto médicos como consumidores deben sacar el tiempo para informarse sobre los fármacos.
Idealmente, dijo Wolfe, se debe tomar el medicamento en la mañana, y entonces "comer algo que haga que el estomago produzca ácido, como proteína, un huevo, un trozo de queso, un yogurt". Para los que odian el desayuno, aconseja tomar un vaso de leche o al menos una taza de café.
FUENTES: M. Michael Wolfe, M.D., gastroenterologist and chair, department of medicine, MetroHealth System, and professor of medicine, Case Western Reserve University School of Medicine, Cleveland, Ohio; John Lipham, M.D., director, Digestive Health Center, associate professor of surgery and chief, division of upper GI and general surgery, Keck Medicine of University of Southern California, Los Angeles; June 2014 The American Journal of Gastroenterology.