Por Shereen y Lehman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Las partículas diminutas de la combustión de los automóviles y otras fuentes de contaminación del aire potenciarían el deterioro cognitivo de los adultos mayores, según publica un equipo de Estados Unidos.
"Decidimos analizar la relación entre la contaminación del aire y la función cognitiva en los adultos mayores porque cada vez hay más evidencia de que la contaminación con materia particulada fina afecta la salud y el desarrollo mental, pero poco se sabe sobre su efecto en el cerebro mayor", indicó la coautora del estudio, Jennifer Ailshire, del Centro de Biodemografía y Salud Poblacional y del Centro de Gerontología Andrus de University of Southern California, Los Angeles.
Con Philippa Clarke, del Instituto de Investigación Social de University of Michigan, Ann Arbor, aseguran que, luego de estos resultados, mejorar la calidad del aire sería una buena estrategia para reducir el deterioro cognitivo asociado con la edad.
Existe evidencia de que los habitantes de las áreas más contaminadas registran tasas más altas de deterioro cognitivo y que esa relación no la explica el ingreso u otros factores sociales, según publica el equipo en The Journals of Gerontology: Series B.
Las autoras reunieron información de una encuesta que comenzó en 1986 y se concentraron en 780 participantes de 55 años o más al momento de repetir el relevamiento en el 2001/2002.
La medición rutinaria de la contaminación del aire por distrito censal comenzó recién a fines de los años 90. La evaluación de la función cognitiva incluyó tests de matemática y memoria, y el resultado dependía de los errores cognitivos realizados.
Los niveles de materia particulada fina en el aire del barrio de cada participante se calcularon con los registros del Sistema de Calidad de Aire de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Esas partículas de 2,5 micrones o menos (MP2,5) llegan a áreas profundas de los pulmones e ingresan al torrente sanguíneo.
Ailshire y Clarke hallaron que las concentraciones promedio de MP2,5 en el ambiente donde vivían los participantes eran de 13.8 mcg/m3, por encima del estándar recomendado de 12 mcg/m3.
Luego, observaron los habitantes de las zonas con alta contaminación (15 mcg/m3 o más de MP2,5) cometían 1,5 veces más errores en los tests cognitivos que los que vivían en zonas menos contaminadas (5 mcg/m3 o menos).
"La creciente evidencia sobre la relación entre la contaminación del aire y la función cognitiva sugiere que la contaminación ambiental daña el cerebro, el corazón y los pulmones", dijo Ailshire por e-mail.
Con Clarke reclamaron información de períodos más prolongados y datos más exactos de la exposición individual a la contaminación para poder evaluar la importancia de la MP2,5 en la función cognitiva.
La investigadora Jennifer Weuve, del Instituto para el Envejecimiento Saludable del Centro Médico de Rush University, Chicago, opinó que estos resultados se suman a una creciente cantidad de estudios que sugieren que "el aumento de la exposición cotidiana a la contaminación del aire afecta la capacidad de pensar del cerebro que está envejeciendo".
FUENTE: The Journals of Gerontology
Medio ambiente y salud
La contaminación del aire asociada con el deterioro cognitivo futuro
Los habitantes de las áreas más contaminadas registran tasas más altas de deterioro cognitivo.