Los niños expuestos en el útero a unas cantidades más altas de dos sustancias químicas que se hallan comúnmente en los plásticos podrían tener un riesgo mayor de un coeficiente intelectual (CI) más bajo, sugiere un estudio reciente.
Los dos compuestos, el di-n-butil ftalato (DnBP) y el di-isobutil ftalato (DiBP), forman parte de una clase de sustancias llamadas ftalatos, y se encuentran en una serie de artículos del hogar.
"Este estudio amplía la cantidad pequeña pero creciente de investigaciones que vinculan la exposición prenatal de los niños a los ftalatos con el desarrollo posterior", apuntó el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Cohen de Nueva York, que no participó en el estudio. "Este es el primer estudio prospectivo que identifica una asociación entre la exposición prenatal a los ftalatos y el CI en los niños en edad escolar".
Los ftalatos se añaden a los plásticos para hacerlos más flexibles y difíciles de romper, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Pero también tienen otras funciones, dijo la autora del estudio Pam Factor-Litvak, profesora asociada de epidemiología del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
"Dependiendo del ftalato en cuestión, se usan para hacer que el plástico sea más flexible, como adhesivos y como aditivos para los cosméticos, ambientadores y productos de limpieza, ya que varios 'atrapan' los aromas", apuntó Factor-Litvak.
Factor-Litvak y sus colaboradores administraron pruebas de CI a niños de 7 años de edad de 328 madres de vecindarios marginados que se habían realizado análisis para la exposición a los ftalatos a finales del embarazo.
Los hijos de las mujeres en la cuarta parte superior de exposición al DnBP y al DiBP tenían unos CI en promedio siete puntos más bajos que los hijos de las madres en la cuarta parte inferior de la exposición, hallaron los investigadores.
Los niños también tenían peores velocidades de procesamiento, razonamiento perceptual y memoria de trabajo si habían estado expuestos a unos niveles más altos de esas dos sustancias, mostraron los hallazgos. El razonamiento perceptual se refiere a la capacidad de una persona de visualizar y comprender la información no verbal. Además, la comprensión verbal fue más baja entre los niños con la mayor exposición al DiBP.
Los investigadores también observaron tres ftalatos más: el butil-benzil ftalato (BBP), el di-2-etilhexil ftalato (DEHP) y el dietil ftalato (DEP), pero no observaron ninguna diferencia entre los niños, con la excepción de un razonamiento perceptual más lento vinculada a la exposición al BBP. Los hallazgos aparecen en la edición del 10 de diciembre de la revista PLOS ONE.
"Aunque no podemos deducir de forma concluyente que los ftalatos sean responsables de los efectos adversos sobre el desarrollo de los niños, las investigaciones en aumento sin duda sugieren que los ftalatos quizá no sean tan seguros como se creía, y que se deben tomar medidas a nivel nacional para reducir la exposición a esas sustancias químicas", comentó Adesman.
El Congreso ya ha prohibido tres tipos de ftalatos cuando ocurren en concentraciones mayores al 0.1 por ciento en los juguetes de los niños y en artículos específicos de cuidado de los niños, según Factor-Litvak. Incluyen al BBP, al DEHP y al dibutil ftalato (que incluye al DiBP y al DnBP), todos los cuales fueron estudiados en este trabajo.
"Aunque esas medidas reguladoras se tomaron para proteger a los niños pequeños, no ha habido medidas reguladoras para proteger al feto que se desarrolla en el útero, que con frecuencia es el momento de mayor susceptibilidad", anotó Factor-Litvak. "Hay algunos compuestos de reemplazo en el mercado, pero hasta donde sepamos, no se han estudiado en profundidad".
Factor-Litvak apuntó que para los individuos resulta difícil evitar del todo la exposición a los ftalatos, dado que los compuestos se usan mucho en los productos del consumidor, pero las personas pueden tomar medidas para reducir su exposición.
"Evite poner comida en el microondas en recipientes plásticos y evite los productos con aromas, como los suministros de limpieza, los ambientadores y los productos de cuidado personal todo lo que pueda", aconsejó Factor-Litvak. "Evite el uso de plásticos etiquetados como #3, #6 y #7, ya que contienen ftalatos además del BPA (bisfenol A), y guarde la comida en recipientes de cristal en lugar de plástico siempre que pueda".
Adesman señaló que la hoja informativa de 2013 de los CDC sobre los ftalatos afirma que se desconoce qué efectos tiene sobre la salud humana la exposición a unos niveles bajos de ftalatos.
"Ahora, varios estudios sugieren que podría haber efectos adversos para los niños a partir de la exposición prenatal a los ftalatos", dijo Adesman. "Los CDC deben fomentar que haya más investigación en esta área, y pensar en revisar esas hojas informativas para que reflejen la investigación reciente. De igual forma, el gobierno debe considerar en obligar a que haya cambios en las etiquetas de los productos para que indiquen qué productos contienen ftalatos y/o pensar en restricciones sobre qué tipos de productos pueden incluir ftalatos".
FUENTES: Andrew Adesman, M.D., chief, developmental and behavioral pediatrics, Cohen Children's Medical Center of New York, New Hyde Park, N.Y.; Pam Factor-Litvak, Ph.D., associate professor, epidemiology, Mailman School of Public Health, Columbia University, New York City; Dec. 10, 2014, PLOS ONE