Infartos y neumonías lideran las muertes prematuras en el mundo

La esperanza de vida global crece, pero se hunde en África subsahariana

La humanidad gana, de media, 6 años de vida entre 1990 y 2013. 'The Lancet' dibuja el mapa de la mortalidad a través de 240 enfermedades en 188 países.

Jaime Prats

En 23 años, las principales causas de muertes prematuras en el mundo han dado un vuelco. Si en 1990 los tres primeros puestos los ocupaban las infecciones respiratorias (neumonías), las diarreas y los partos prematuros, en 2013 son la cardiopatía isquémica (infartos), las neumonías y los accidentes cerebrales (ictus) los principales responsables de la pérdida de años de vida. En este periodo, la infección por VIH (del puesto 27 al 6) y la insuficiencia renal (del 36 al 19) son las patologías que más han ascendido en esta clasificación. Y el mundo ha ganado años de vida. Entre 1990 y 2013, la mejora media –muy irregular por países- ha sido de 6,3 años, hasta llegar a una esperanza de vida de 71 años (en España son 82).

“El progreso que observamos es bueno, incluso notable, aunque aún podemos y debemos hacerlo mejor”, comenta Christopher Murray, profesor de Salud Global de la Universidad de Washington y autor principal de un detallado estudio que ha analizado 240 causas de muerte en 188 países cuyas conclusiones publica la revista The Lancet. El informe, coordinado por el Institute for Health Metrics and Evaluation de este mismo centro académico, ha sido financiado por la Bill & Melinda Gates Foundation, patrocinada por el fundador de Microsoft.

La mejora en la expectativa de vida está relacionada, en los países desarrollados, con la caída de la tasa de mortalidad en las enfermedades cardiovasculares (un 22%) y el retroceso de algunos tumores (15%, por ejemplo el de mama). Y en las zonas en desarrollo, por el control de las enfermedades infecciosas (sobre todo las respiratorias y las responsables de los procesos diarreicos en los niños) y las muertes neonatales.

Cardiopatía isquémica (infartos, anginas de pecho), cáncer de pulmón, alzhéimer, cáncer de colon y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Estas son los cinco principales enfermedades responsables de que los españoles mueran prematuramente, es decir, antes de alcanzar la esperanza de vida media, que ronda los 82 años. Apenas hay diferencias con los países del entorno occidental.

Las causas de muerte prematura son el principal valor que emplean los epidemiólogos para diseñar estrategias de salud destinadas a mejorar la salud de sus ciudadanos. Por ejemplo, cruzando los datos de estos fallecimientos con los factores de riesgo asociados a las enfermedades más letales, lo que permite diseñar campañas de prevención para combatir estas patologías.

El estudio del Institute for Health Metrics and Evaluation que publica The Lancet aborda los principales factores de riesgo para la salud de los españoles. La clasificación está encabezada por una dieta poco saludable, el exceso de peso y el tabaquismo; una combinación letal que se encuentra en la raíz de las enfermedades cardiovasculares y buena parte de los tumores.

Pero existe un punto negro en este escenario optimista: los países del África subsahariana, donde el VIH está fuera de control. Allí, en todo este tiempo, el camino ha sido el inverso ya que se han retrocedido cinco años en esperanza de vida. Y uno de los grandes logros del continente, las mejoras en mortalidad infantil, hace aguas. Frente a los éxitos conseguidos en los últimos 23 años en el norte de África, e incluso Latinoamérica y el Caribe, el tiempo parece haberse congelado al sur del Sahara: la cifra de menores fallecidos apenas ha variado (3,68 millones en 1990; 3,2 en 2013). Fundamentalmente por diarreas (rotavirus) e infecciones respiratorias (neumococo).

El trabajo dibuja una situación en la que los países en desarrollo están adaptando progresivamente –con las enormes diferencias que hay entre ellos- el patrón de mortalidad clásico de las sociedades desarrolladas, que ya recorrieron este camino hace décadas. Es decir, una caída de las enfermedades infecciosas, que atacan fundamentalmente a la población joven, pero también de las muertes al nacer o de las madres tras dar a luz. “La población ya no muere en edades tempranas, vive más y sufre patologías más propias de edades avanzadas”, explica Ferran Catalá López, epidemiólogo español que se encuentra entre el millar de especialistas que han colaborado en la elaboración del estudio. Una muestra de ello son las importantes caídas en el tramo final del estudio (entre 2000 y 2013) en el número de muertes por diarrea (31%), tuberculosis y meningitis (20%), tétanos (60%) o sarampión (80%).

Frente a este escenario, ganan peso los procesos crónicos o las enfermedades provocadas por hábitos poco saludables (cáncer de pulmón entre los fumadores, diabetes por sobrepeso). Pero también otros problemas como la cirrosis, en buena medida por infecciones por hepatitis C, o los tumores de hígado provocados por este mismo virus: la tasa de mortalidad asociada a esta neoplasia aumenta un 125%.

Estos son otros de los aspectos destacados del informe:

  • 2,2 años más por el control de la diarrea y las infecciones pulmonares. Los autores del estudio conceden un tercio de la mejora de la esperanza de vida (2,2 años) a la reducción de las muertes por procesos diarreicos e infecciones como las neumonías. A la reducción de mortalidad por causas cardiorrespiratorias atribuyen 1,1 año de ganancia de vida. Por debajo están las mejoras en la asistencia a los recién nacidos (0,7 años) y a la caída de defunciones por cáncer (0,4).
     
  • Un salto de 12 años más de vida. Los países que más esperanza de vida han ganado son Nepal, Ruanda, Etiopia, Níger, Maldivas, Timor Oriental o Irán. En todos ellos ambos sexos han ganado 12 años a lo largo de los últimos 23.
     
  • La tasa de mortalidad por SIDA ha caído un 20% desde 1995.
     
  • Los años perdidos de vida por sida se disparan un 344%. Los fallecimientos achacables al VIH se sitúan en sexto lugar entre las causas de muertes prematuras en todo el mundo en 2013. Es el factor que más crece, al subir desde el 27 puesto en 1990 y supone un incremento del 344% en cuantro a años perdidos de vida respecto a 1990. Los años más duros de la epidemia pesan notablemente en estos datos, que se recondujeron a partir del acceso a los cócteles de antirretrovirales. Desde 2005, la tasa de mortalidad por sida ha disminuido un 20%, aunque sigue habiendo cientos de miles de pacientes desasistidos, fundamentalmente en África subsahariana.
     
  • Las mujeres vivirán hasta los 85 años. De mantenerse los incrementos de expectativa de vida desde 1990 (a un ritmo de 0,3 años cada 12 meses), las mujeres que nazcan en el mundo en 2030 vivirán hasta los 85,3 años y los hombres 78,1.
     
  • La guerra, principal causa de muerte en Siria. Los autores del informe atribuyen a la guerra civil que sufre Siria unos 30.000 fallecidos en 2013 (el margen oscila entre 20.000 y 55.000 (muertos) y 10.500 en los dos años precedentes. El enfrentamiento armado es la principal causa de muerte prematura en el país.
     
  • Demasiados accidentes de tráfico en Latinoamérica y el Caribe. En la mitad de los países de estas dos zonas del mundo, los percances al volante así como los actos violentos entre personas se sitúan entre las cinco primeras causas que acortan la vida. Solo en otro país del mundo tienen un peso similar las agresiones: Sudáfrica.