Robert Preidt
Las conductas arriesgadas, como una conducción temeraria o una promiscuidad repentina, o las conductas nerviosas, como la agitación, retorcerse las manos o caminar de un lado para otro, pueden ser señales de que el riesgo de suicidio podría ser alto en las personas deprimidas, informan unos investigadores.
Otras señales de advertencia podrían incluir hacer las cosas por impulso o pensando poco sobre las consecuencias. Las personas deprimidas con cualquiera de esos síntomas tienen al menos un 50 por ciento más de probabilidades de intentar suicidarse, encontró el nuevo estudio.
"Evaluar esos síntomas en todos los pacientes deprimidos que atendamos es extremadamente importante, y tiene unas implicaciones terapéuticas inmensas", señaló la autora líder del estudio, la Dra. Dina Popovic, del Hospital Clínic de Barcelona, en España, en un comunicado de prensa del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (European College of Neuropsychopharmacology, ECNP).
Los hallazgos se presentaron el sábado en la reunión anual del ECNP, en Ámsterdam.
Un experto de EE. UU. se mostró de acuerdo con los hallazgos.
"Hace mucho que se sabe que los pacientes con depresión que también experimentan ansiedad y/o agitación son más propensos a intentar o a completar un suicidio", advirtió el Dr. Donald Malone, jefe de psiquiatría y psicología de la Clínica Cleveland. "Esos síntomas también pueden ser una pista de que el diagnóstico subyacente es una depresión bipolar (trastorno maníaco depresivo)", añadió.
En el estudio, el equipo de Popovic observó a más de 2,800 personas con depresión, entre ellas casi 630 que habían intentado suicidarse. Los investigadores realizaron entrevistas en profundidad con cada paciente, y sobre todo buscaron diferencias en las conductas entre las personas deprimidas que se habían intentado suicidar y las que no. Ciertos patrones de conducta comenzaron a emerger, dijeron los autores del estudio.
"El paciente no hablará espontáneamente de la mayoría de estos síntomas, [de forma que] el profesional clínico debe preguntarle directamente", señaló Popovic.
Popovic y sus colaboradores también encontraron que los "estados depresivos mixtos" con frecuencia preceden a los intentos de suicidio.
"Un estado depresivo mixto es cuando un paciente está deprimido, pero también tiene síntomas de 'excitación' o manía", explicó Popovic. "Encontramos significativamente más casos de esto en los pacientes que se habían intentado suicidar antes que en los que no. De hecho, el 40 por ciento de todos los pacientes deprimidos que se habían intentado suicidar tuvieron un 'episodio mixto' en lugar de solo depresión. Todos los pacientes que sufren de depresión mixta están en un riesgo mucho más alto de suicidio".
Los investigadores reportaron que los criterios estándar para diagnosticar la depresión sirvieron para detectar a apenas el 12 por ciento de los pacientes de depresión mixta. Al contrario, usar los nuevos criterios identificó al 40 por ciento de esos pacientes, según el equipo de Popovic.
"Esto significa que los métodos estándar están pasando por alto a muchos pacientes en riesgo de suicidio", planteó.
Malone se mostró de acuerdo en que un "estado mixto" puede aumentar las probabilidades de suicidio.
"Este estudio advierte adecuadamente a los cuidadores para que presten una atención particular al riesgo de suicidio cuando tratan a pacientes con estados mixtos", dijo.
"Los pacientes bipolares están en un riesgo más alto de suicidio, en general, al compararlos con la depresión no bipolar, incluso cuando no están en un estado mixto", aseguró Malone. Los tratamientos farmacológicos para la depresión bipolar "también pueden diferir significativamente de los de la depresión unipolar", añadió. "De hecho, los antidepresivos pueden empeorar la situación con los pacientes bipolares".
Según Malone, todo esto significa que "un diagnóstico preciso es esencial para decidir un tratamiento efectivo".
La Dra. Patrice Reives-Bright dirige la división de servicios infantiles y adolescentes del Hospital de South Oaks en Amityville, Nueva York. Comentó que "los factores de riesgo más comúnmente conocidos para el suicidio incluyen la desesperanza, los antecedentes de intentos anteriores y una pérdida o cambio recientes en la vida de la persona".
Pero las conductas impulsivas y riesgosas descritas en el nuevo estudio pueden "también aumentar las probabilidades de que una persona deprimida lleve a cabo las ideas de acabar con su vida", advirtió Reives-Bright.
Concurrió con Malone en que "identificar esos síntomas de un estado mixto es importante al evaluar los síntomas del estado de ánimo y seleccionar las opciones de tratamiento para el paciente".
Los hallazgos presentados en reuniones médicas por lo general se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales. Pero, según Popovic, un punto fuerte del nuevo estudio es que "no es un ensayo clínico, con pacientes ideales, es un estudio grande, del mundo real".
Cada año, más de 800,000 personas del mundo mueren por suicidio, y alrededor de esa cifra multiplicada por 20 intentan suicidarse, según la Organización Mundial de la Salud. El suicidio es una de las principales causas de muerte entre los jóvenes.
FUENTES: Donald Malone, M.D., department chairman, psychiatry and psychology, Cleveland Clinic; Patrice Reives-Bright, M.D., division director, child and adolescent services, South Oaks Hospital, Amityville, N.Y.; European College of Neuropsychopharmacology