Robert Preidt
¿Desea disfrutar de una vejez más sana? Intente comer un poco menos cada día.
Esa es la sugerencia de un nuevo estudio dirigido por investigadores del Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento (NIA) de EE. UU.
Los "resultados son interesantes", aseguró en un comunicado de prensa del NIA el coautor del estudio, el Dr. Evan Hadley, director de geriatría y gerontología clínica del NIA. "Muestran que este grado de restricción calórica sostenida puede influir sobre los factores de riesgo de la enfermedad y los posibles predictores de la longevidad en personas sanas no obesas".
La investigación incluyó a más de 200 adultos sanos. Los adultos eran jóvenes o de mediana edad, y tenían un peso normal o un ligero sobrepeso. Se asignaron al azar a un grupo de restricción calórica o a un grupo control que siguió con sus hábitos de alimentación regulares.
Estudios anteriores con animales han mostrado que la restricción calórica (ingerir menos calorías al mismo tiempo que se consumen nutrientes esenciales) alarga la longevidad y ralentiza el avance de muchas enfermedades relacionadas con la edad, apuntaron los investigadores.
Los participantes del grupo de restricción calórica tenían el objetivo de perder el 15.5 por ciento del peso en el primer año, dijeron los investigadores. Para lograrlo, los voluntarios del estudio necesitarían reducir su ingesta calórica en un 25 por ciento. Se les pidió que mantuvieran su peso estable en el segundo año del estudio.
Las personas de ese grupo perdieron en promedio el 10 por ciento de su peso corporal en el primer año, y mantuvieron esa pérdida de peso en el segundo año. Aunque el grupo no logró el objetivo de pérdida de peso, fue la pérdida de peso sostenida más grande observada en un ensayo sobre la dieta con personas no obesas, según los investigadores.
El declive promedio del 12 por ciento en la ingesta calórica distó mucho del objetivo del 25 por ciento, pero los participantes mantuvieron la restricción calórica durante los dos años completos del estudio.
Las personas en el grupo de restricción calórica no presentaron ninguno de los cambios en el metabolismo que se observaron en los estudios anteriores con animales. Pero sí tuvieron mejoras significativas en varios factores de predicción de la enfermedad cardiaca, como una reducción del 6 por ciento en el colesterol total, una reducción del 4 por ciento en la presión arterial, y un aumento en el nivel de colesterol HDL "bueno".
La restricción calórica también condujo a una reducción del 47 por ciento en los niveles de la proteína reactiva C, un marcador de inflamación vinculado con la enfermedad cardiaca. También se observó una reducción en la resistencia a la insulina, un factor de riesgo de la diabetes.
Los niveles de un marcador de la actividad tiroidea se redujeron en más de un 20 por ciento. Algunos estudios han sugerido que una actividad tiroidea más baja podría asociarse con una mayor longevidad.
Pero algunas personas del grupo de restricción calórica contrajeron una anemia temporal. Algunos presentaron reducciones mayores de lo anticipado en la densidad ósea, encontró el estudio. Estos hallazgos resaltan la importancia de la monitorización médica durante la restricción calórica, según los autores del estudio.
Hadley dijo que es importante ver si la reducción calórica ofrecería beneficios adicionales a largo plazo. Y comentó que sería útil averiguar si la pérdida de peso por la reducción calórica ofrece más beneficios que la pérdida de peso inducida por el ejercicio.
El estudio aparece en la edición de septiembre de la revista Journal of Gerontology: Medical Sciences.
FUENTE: U.S. National Institutes of Health
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Fuente: Medlineplus