Mary Elizabeth Dallas
Los militares que se someten a imágenes del cerebro poco después de sufrir una lesión cerebral traumática (LCT) podrían obtener un mejor tratamiento con una mayor rapidez, sugiere un estudio reciente.
Los investigadores encontraron que una IRM puede ayudar a los médicos a detectar microhemorragias en el cerebro, que a veces pueden provocar afecciones de salud secundarias graves, como la inflamación cerebral o el accidente cerebrovascular.
"La LCT es un gran problema para nuestros militares y sus familias", dijo el líder del estudio, el Dr. Gerard Riedy, jefe de neuroimágenes del Centro Nacional Intrépido de Excelencia del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Bethesda, Maryland.
"Encontramos que muchos de los que han prestado servicio y sufrido este tipo de lesión no recibieron imágenes hasta muchos meses tras la lesión, lo que resulta en unas tasas más bajas de detección de las microhemorragias, retrasando el tratamiento", añadió en un comunicado de prensa de la Sociedad Radiológica de América del Norte (Radiological Society of North America).
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores usaron IRM especiales para examinar a 603 militares diagnosticados con una lesión cerebral traumática. La técnica de imagen que utilizaron ofrece una mayor visibilidad de la sangre, y es mucho más sensible al sangrado que la IRM convencional.
El tiempo medio que pasó entre el momento en que los participantes se lesionaron y la IRM fue de 856 días. Los pacientes se dividieron en dos grupos: los que habían sido lesionados en un periodo de tres meses antes, y aquellos cuya lesión ocurrió entre al menos tres meses y más de un año antes.
De los 603 militares que participaron en la investigación, se encontró que el 7 por ciento presentaron al menos un incidente de microhemorragia en el cerebro, según el estudio, que aparece en la edición en línea del 15 de septiembre de la revista Radiology.
Los que se sometieron a una IRM más de un año después de la lesión tuvieron una tasa más baja de microhemorragia cerebral que los escaneados en un plazo de 12 meses tras una LCT. Se detectó una hemorragia cerebral en un 24 por ciento de los que recibieron una IRM tres meses tras la lesión. Por otro lado, se encontró la presencia de una hemorragia en solo el 5.2 por ciento de los pacientes que se hicieron imágenes un año después de la lesión.
Los investigadores explicaron que el sangrado se hace más difícil de diagnosticar con el tiempo, a medida que ocurren cambios en los depósitos de hierro del cerebro.
"La caracterización temprana de las microhemorragias cerebrales podría ayudar a explicar los síntomas médicos de la LCT aguda y a identificar la gravedad del daño cerebral", planteó Riedy. "Creemos que tener acceso a una IRM en el campo facilitaría la detección temprana de la LCT, y así se ofrecería un tratamiento oportuno".
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., cada año unos 1.7 millones de personas sufren de una lesión cerebral traumática. Hasta el 23 por ciento de los militares desplegados en el extranjero en Afganistán e Irak también sufren este tipo de lesión.
FUENTE: Radiological Society of North America
Ayuda a detectar tempranamente microhemorragias
Resonancia magnética en el trauma de cráneo
Un estudio militar sugiere que los pacientes podrían recibir unos tratamientos mejores y más oportunos si los escáneres se realizan rápido
Fuente: Medlineplus