Los refrescos y otras bebidas endulzadas con azúcar pueden dañar gravemente al corazón, encuentra una revisión reciente.
El azúcar añadido en refrescos, bebidas de fruta, tés dulces y bebidas energéticas afecta al cuerpo de formas que aumentan el riesgo de ataque cardiaco, enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular (ACV), señaló la autora de la revisión, Vasanti Malik, una científica que investiga sobre la nutrición en la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Boston.
Consumir una o dos porciones al día de bebidas endulzadas con azúcar se ha vinculado con un aumento del 35 por ciento en el riesgo de ataque cardiaco o enfermedad cardiaca letal, un aumento del 16 por ciento en el riesgo de ACV, y un aumento de hasta un 26 por ciento en el riesgo de contraer diabetes tipo 2, concluyó el informe.
"Reducir el consumo de esas bebidas no resolverá la epidemia de enfermedades del corazón, pero es un paso que puede tener un impacto medible", dijo Malik. "No es lo único que se debe hacer, pero es algo muy importante.
El informe, publicado el 28 de septiembre en la revista Journal of the American College of Cardiology, forma parte de un nuevo enfoque sobre el azúcar en exceso como factor de riesgo de la enfermedad cardiaca, apuntó Marina Chaparro, dietista clínica del Hospital Pediátrico Joe DiMaggio en Hollywood, Florida.
"Antes, todos se enfocaban en los alimentos bajos en grasa y en reducir la grasa y el colesterol", comentó Chaparro, vocera de la Academia de Nutrición y Dietética (Academy of Nutrition and Dietetics). "Las directrices dietéticas que están a punto de publicarse se concentran realmente en los azúcares añadidos, y no tanto en el colesterol y la grasa total. Son importantes, pero el impacto del azúcar se ha hecho mucho más profundo".
Las bebidas endulzadas con azúcar conforman alrededor de la mitad de los azúcares añadidos en la dieta de EE. UU., dijo Malik. Una lata de refresco regular contiene unos 35 gramos de azúcar, equivalente a casi nueve cucharaditas.
Lo más frecuente es que los fabricantes usen azúcar de mesa o jarabe de maíz alto en fructosa para endulzar las bebidas, apuntaron los investigadores. Ambas fuentes de azúcar contienen partes más o menos iguales de dos azúcares simples, la fructosa y la glucosa.
Los investigadores creen que tanto la fructosa como la glucosa son nocivas para el corazón. La glucosa aumenta los niveles de glucosa en sangre, y hace que los niveles de insulina suban, lo que puede conducir al desarrollo de la diabetes tipo 2, advirtió Malik. La diabetes es un factor de riesgo de la enfermedad cardiaca.
La fructosa también provoca problemas de salud cardiaca, pero de formas más insidiosas. Su presencia puede hacer que el hígado libere triglicéridos y colesterol LDL "malo" en el torrente sanguíneo, dijo Malik. Un exceso de fructosa puede conducir a enfermedad del hígado graso.
El consumo excesivo de fructosa también puede conducir a un exceso de ácido úrico en la sangre, que está asociado con un riesgo más alto de gota, una dolorosa artritis inflamatoria. La inflamación también se ha relacionado con la enfermedad cardiaca, advirtió Malik.
Por último, se ha mostrado que la fructosa fomenta la acumulación de grasa abdominal, otro factor de riesgo de la enfermedad cardiaca, apuntó.
William Dermody Jr., vicepresidente de políticas de la Asociación Americana de Bebidas (American Beverage Association), dijo que el nuevo informe ataca a los refrescos y a las bebidas dulces de forma injusta.
"Este es otro estudio que no prueba de ninguna manera que las bebidas endulzadas provoquen enfermedad de forma exclusiva, pero que de cualquier modo intenta sugerirlo", se quejó Dermody. "Para el cuerpo, no hay ninguna diferencia entre el azúcar inherente de un producto y el azúcar añadido a un producto. En ambos casos, el cuerpo las metaboliza de la misma forma. El intento de este estudio de 'vincular' las bebidas a la enfermedad no puede superar ese hallazgo científico bien fundamentado".
Pero a los investigadores les preocupa que los azúcares líquidos en las bebidas endulzadas puedan tener un impacto más potente en el cuerpo, dijo Malik.
"El hecho de que esté en forma líquida es algo de verdad preocupante, porque los azúcares se absorben realmente rápido", advirtió. "Entran al torrente sanguíneo con mucha rapidez".
Por ahora, los investigadores instan a los consumidores a reducir la cantidad de azúcar añadido en la dieta.
Limitar o eliminar las bebidas endulzadas con azúcar es un buen primer paso, aseguró Malik, y anotó que muchos alimentos también contienen azúcar añadido.
El Departamento de Agricultura de EE. UU. propuso una nueva etiqueta de datos nutricionales que identificará la cantidad de azúcar añadido a un producto, en comparación con la cantidad que ocurre de forma natural en el alimento, dijeron Chaparro y Malik.
Por ejemplo, un yogurt podría anotar que 9 gramos de azúcar provienen de la leche del producto, pero que se han añadido otros 10 gramos de azúcar para que el yogurt se más dulce, dijo Chaparro.
Hasta que la nueva etiqueta esté disponible, los consumidores pueden evitar los azúcares prestando mucha atención a la etiqueta actual de datos tradicionales (que menciona el total de azúcares) y leyendo la lista de ingredientes para ver si contienen dextrosa, sacarosa, melaza, azúcar, jarabe o jarabe de maíz alto en fructosa, aconsejó Chaparro.
Si se menciona alguno "sabrá que es un azúcar añadido", aseguró.
FUENTES: Vasanti Malik, ScD, nutrition research scientist, Harvard T.H. Chan School of Public Health, Boston; Marina Chaparro, RDN, CDE, MPH, clinical dietitian and certified diabetes educator, Joe DiMaggio Children's Hospital, Hollywood, Fla.; William Dermody Jr., vice president, policy, American Beverage Association; Sept. 28, 2015, Journal of the American College of Cardiology