Unas estadísticas federales de salud publicadas el martes muestran que la cantidad de nuevos casos de diabetes se ha reducido por primera vez en décadas, una señal de que quizá los estadounidenses están por fin superando la batalla contra la diabetes, y tal vez contra la obesidad.
El declive no fue repentino ni dramático. Pero la cantidad de nuevos casos de diabetes pasó de 1.7 millones en 2009 a 1.4 millones en 2014, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
"Parece bastante claro que las tasas de incidencia de verdad han comenzado a bajar. Al principio fue algo sorprendente, porque me había acostumbrado tanto a ver aumentos por todos lados", dijo al The New York Times Edward Gregg, investigador de los CDC.
La proporción de estadounidenses con diabetes sigue siendo el doble que en los 90. Y no todos los grupos raciales han hecho avances contra la enfermedad del azúcar en sangre, que con frecuencia es desencadenada por la obesidad y la falta de ejercicio.
Otro informe presentado el martes en el Congreso Mundial de la Diabetes en Vancouver, Canadá, muestra que Estados Unidos sigue teniendo la tasa más alta de diabetes de 38 países desarrollados.
Pero el informe de los CDC ofrece algunas indicaciones esperanzadoras de que quizá por fin los estadounidenses estén adoptando unos estilos de vida más saludables.
Por ejemplo, se están diagnosticando a menos blancos ahora con diabetes, por lo general diabetes tipo 2, que es la forma mucho más común de la enfermedad. Pero los negros e hispanos no han experimentado declives significativos en los diagnósticos incluso a pesar de que comienza a surgir una tendencia a la baja, mostró el informe de los CDC.
Los estadounidenses con un mayor nivel educativo también han experimentado mejoras en los diagnósticos de la diabetes, mientras que los que tienen un nivel educativo más bajo solo han experimentado una nivelación de la cantidad de casos, encontró el informe.
"Aún no ha llegado el momento de celebrarlo", declaró al Times el Dr. David Nathan, director del Centro de Diabetes y del Centro de Investigación Clínica del Hospital General de Massachusetts, en Boston. Pero "por fin el hecho de que un estilo de vida sedentario y un mayor peso corporal son problemas reales ha llegado a la conciencia de nuestra población".
El informe del Congreso Mundial de la Diabetes ofreció una evaluación más aleccionadora sobre la diabetes en Estados Unidos.
El informe encontró que el 11 por ciento de los estadounidenses de 20 a 79 años de edad tienen diabetes. Los 30 millones de estadounidenses que tienen diabetes equivalen a aproximadamente dos tercios de los 46 millones de personas que tienen la enfermedad en los otros 37 países en combinación.
Otros países desarrollados con tasas altas de diabetes incluyen a Singapur (con un 10.5 por ciento), Malta y Portugal (cada uno con un 10 por ciento) y Chipre (con un 9.5 por ciento).
Las tasas más bajas son en Lituania, Estonia e Irlanda, cada uno con alrededor de un 4 por ciento, según el informe.
"La prevalencia de la diabetes tipo 1 y tipo 2 está aumentando en todo el mundo", advirtió el Dr. Nam Cho, presidente del comité del Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de la Diabetes (International Diabetes Federation, IDF). Cho es profesor de medicina preventiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ajou, en Corea del Sur.
"Aunque todavía se desconoce la causa exacta de la diabetes tipo 1, tendencias como la urbanización, unas dietas malsanas y la reducción en la actividad física son factores de estilo de vida que contribuyen a aumentar el riesgo de diabetes tipo 2", comentó Cho en un comunicado de prensa de la IDF.
Se calcula que 415 millones de personas de todo el mundo tienen diabetes, y alrededor del 47 por ciento siguen sin estar diagnosticadas.
Aunque Estados Unidos tiene la tasa más alta de diabetes de los países desarrollados, ocupa el lugar 60 en todo el mundo. China e India tienen la cantidad total más alta de personas con diabetes (110 millones y 69 millones, respectivamente), pero no las tasas más altas (con un 10 y un 9 por ciento), según el informe del Congreso Mundial de la Diabetes.
Alrededor del 90 por ciento de los estadounidenses con diabetes tienen diabetes tipo 2, que provoca una acumulación de glucosa (azúcar) en la sangre. Por lo general se trata con cambios en estilo de vida, medicamentos e insulina, la hormona que lleva el azúcar de la sangre a las células del cuerpo para usarla como energía. Cuando se acumula un exceso de glucosa en la sangre, puede provocar dos problemas: las células del cuerpo podrían quedarse sin energía, y con el tiempo la afección puede dañar los ojos, los riñones, los nervios o el corazón, según la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association, ADA).
La diabetes tipo 1 por lo general se diagnostica en niños y adultos jóvenes, aunque la enfermedad se está diagnosticando cada vez más a adultos mayores.
En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. Con el uso de la terapia de insulina y otros tratamientos, incluso los niños pequeños pueden gestionar la afección y vivir unas vidas largas y sanas, según la ADA.
Las complicaciones de la diabetes tipo 1 pueden incluir la insuficiencia renal, la ceguera y las amputaciones de pie.
FUENTES: U.S. Centers for Disease Control and Prevention; International Diabetes Federation, news release, Dec. 1, 2015; American Diabetes Association; The New York Times