Las personas que tienen más grasa corporal, independientemente de su tamaño, podrían presentar un riesgo más elevado de muerte precoz que las personas cuyos cuerpos tienen menos grasa, sugiere una investigación reciente.
En contraste, tener un índice de masa corporal (IMC, una medida del peso en relación con la estatura que con frecuencia se utiliza para medir la obesidad) no se asoció con la muerte temprana en el estudio.
Los investigadores dijeron que los hallazgos respaldan la idea de que el IMC es una medida bastante tosca que quizá no refleje la composición corporal de la persona, ni sea un buen indicador de la salud.
Por ejemplo, una persona con mucha masa muscular podría tener un IMC alto y caer técnicamente en la categoría de "sobrepeso", explicó el investigador, el Dr. William Leslie.
De forma que la relación entre el tamaño corporal y la salud "tiene más matices que la cifra que se ve en la báscula del baño", comentó Leslie, profesor de medicina y radiología de la Universidad de Manitoba en Winnipeg, Canadá.
"Es importante estar sintonizado con la composición que tenemos, no solo con cuánto pesamos", planteó Leslie.
Los hallazgos, que aparecen en la edición en línea del 8 de marzo de la revista Annals of Internal Medicine, podrían ofrecer una explicación para la llamada "paradoja de la obesidad".
Esto se refiere a un patrón ilógico observado en varios estudios: las personas con sobrepeso y moderadamente obesas que sufren de cardiopatías u otras enfermedades crónicas tienden a vivir más tiempo que las personas más delgadas con las mismas afecciones.
Pero con frecuencia esos estudios han dependido del IMC, explicó Leslie. Y es posible que un IMC más alto refleje una mayor masa muscular y aptitud física, o menos pérdida de peso por una enfermedad crónica, en lugar de algún efecto protector de la grasa corporal, añadió.
En el estudio, el equipo de Leslie analizó datos de más de 54,000 adultos, la mayoría de entre 60 y 69 años, que se habían sometido a un escáner DXA para medir la densidad ósea. Esos escáneres de los huesos tienen la ventaja añadida de permitir realizar un estimado del porcentaje de grasa corporal de la persona.
Al final, los hombres y las mujeres con las cantidades más grandes de grasa corporal tuvieron más probabilidades de morir entre los próximos 4 y 7 años, mostró el estudio.
Los hombres en el 20 por ciento superior tenían al menos un 36 por ciento de grasa corporal. Y los que tenían el nivel más alto de grasa corporal tuvieron hasta un 59 por ciento más de probabilidades de morir durante el periodo del estudio, en comparación con los hombres que estaban en el rango de entre un 28 y un 32 por ciento, más o menos el promedio del grupo, según el estudio.
Entre las mujeres, la diferencia fue más pequeña. Pero las que tenían el porcentaje más alto de grasa corporal (alrededor de un 39 por ciento de grasa o más) fueron un 19 por ciento más propensas a morir durante el periodo del estudio que las mujeres que estaban en el rango de entre un 30 y un 34 por ciento, que fue más o menos el promedio del grupo, encontró el estudio.
En contraste, las personas con un IMC suficientemente alto como para caer en la categoría de "obesidad" no mostraron un aumento en el riesgo de morir. Y en realidad fueron menos propensas a morir que los hombres y las mujeres con los IMC más bajos (de menos de 24 o 25), lo que incluye a personas en el rango de peso "normal", apuntó Leslie.
En esos otros adultos mayores, explicó, un IMC más bajo podría reflejar una masa muscular decreciente o fragilidad.
Una investigadora que no participó en el estudio se mostró de acuerdo.
"Creo que estos hallazgos ayudan a clarificar parte de la confusión respecto a la paradoja de la obesidad", dijo Rebecca Shenkman, directora del Centro McDonald de Prevención y Educación sobre la Obesidad del Colegio de Enfermería de la Universidad de Villanova, en Pensilvania.
Y los hallazgos resaltan los límites del IMC como indicador de salud, lo que es más importante, aseguró. "De verdad debemos dar un paso atrás y observar todo lo que sucede en el cuerpo", planteó Shenkman.
Y no se trata solo de la grasa corporal, anotó. Los niveles de aptitud física también importan. Los estudios han encontrado que las personas que permanecen en buena forma física a través del ejercicio por lo general disfrutan de una vida más larga que las sedentarias, aunque tengan sobrepeso.
Y es posible ser delgado y estar fuera de forma, dijo Shenkman.
"Una alimentación saludable y el ejercicio regular son más importantes que ser delgado", afirmó.
Leslie dijo lo mismo. "En nuestra sociedad ha habido un mantra de que ser delgado es 'bueno' y pesar mucho es 'malo'. Pero la salud abarca mucho más que la cifra en la báscula", aseguró.
Pero no sugirió que la gente corra a que le midan la grasa corporal. Medirse la cintura, por ejemplo, es una forma más sencilla de estimar cuánta grasa se tiene, anotó Leslie.
Las mujeres con una cintura de más de 35 pulgadas (89 centímetros) de circunferencia tienen un riesgo más alto de enfermedad cardiaca y diabetes tipo 2, según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) de EE. UU. En los hombres, una cintura de más de 40 pulgadas (102 centímetros) de circunferencia indica un riesgo más alto de problemas de la salud, apunta el NHLBI.
FUENTES: William Leslie, M.D., professor, medicine and radiology, University of Manitoba, Winnipeg, Canada; Rebecca Shenkman, M.P.H., R.D.N., director, MacDonald Center for Obesity Prevention and Education, Villanova University College of Nursing, Villanova, Pa.; March 8, 2016 Annals of Internal Medicine online