Los adultos mayores transferidos de un hospital a un centro de rehabilitación con frecuencia traen consigo unos peligrosos gérmenes, sugiere un estudio reciente.
El hallazgo proviene de una investigación que observó las tasas de gérmenes resistentes en el tipo de centros de recuperación donde los adultos mayores con frecuencia pasan tiempo antes de volver a casa después de haber estado en el hospital.
"La higiene de las manos se considera como la estrategia más importante para prevenir las infecciones y la propagación de organismos resistentes a los fármacos", explicó la autora líder del estudio, la Dra. Lona Mody, jefa asociada de la división de medicina geriátrica y de cuidados paliativos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor.
El problema es que el enfoque actual se concentra sobre todo en garantizar la higiene manual del cuidador, no del paciente, anotó Mody, que también es profesora de medicina interna. Será cada vez más importante enfocarse en la higiene manual de los pacientes, porque "ahora nos enfrentamos a un tsunami de una población que envejece en nuestros hospitales, centros de atención posterior a la atención aguda, y centros de atención a largo plazo", según Mody.
El estudio aparece en la edición en línea del 14 de marzo de la revista JAMA Internal Medicine.
Cada año, unos dos millones de estadounidenses contraen infecciones con bacterias resistentes a los antibióticos, y unos 23,000 mueren como resultado, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Para evaluar el riesgo de gérmenes relacionado con las manos, los investigadores midieron la presencia de gérmenes resistentes a múltiples medicamentos en más de 350 adultos mayores con una edad promedio de 76 años. Los participantes del estudio recibían atención temporalmente en seis centros de rehabilitación o de vivienda asistida distintos en Michigan, donde acudieron directamente tras haber estado hospitalizados durante un tiempo corto.
Tras las pruebas de gérmenes durante la admisión, los investigadores siguieron rastreando a tres gérmenes resistentes comunes, incluyendo al SARM, una infección por estafilococos potencialmente grave. El seguimiento continuó de forma mensual hasta el alta del centro, o durante hasta seis meses.
Casi una cuarta parte de los pacientes tenían al menos un germen de ese tipo en las manos en el momento de la admisión, entre ellos el SARM, informaron los investigadores.
Además, alrededor del 10 por ciento luego adquirieron por primera vez al menos un tipo de germen resistente en las manos, y más o menos dos tercios de los portadores seguían teniendo los gérmenes en el momento del alta, reveló el estudio.
El equipo también sugirió que sus hallazgos podrían subestimar la gravedad de la situación, dado que se enfocaron en los pacientes de nuevo ingreso, en lugar de los residentes a largo plazo.
Los investigadores dijeron que sospechan que el principal culpable es la falta de lavado de manos rutinario.
De ahora en adelante, dijo Mody, será importante combatir el riesgo de esas bacterias al desarrollar nuevos programas "que refuercen la higiene manual de los pacientes".
"Hoy en día, las manos de los pacientes entran en contacto con superficies del ambiente, equipo de rehabilitación, las manos de los trabajadores sanitarios, y otros pacientes", señaló, un riesgoso hecho de la vida que requerirá de una respuesta concertada de parte tanto de los defensores de los pacientes como de los hospitales.
Pero el Dr. Philip Tierno, profesor de microbiología y patología de la Facultad de Medicina de la NYU del Centro Médico Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York, sugirió que es importante ubicar los hallazgos en su contexto.
"Sin duda la transmisión de gérmenes por las manos es un gran problema", dijo. "Y está claro que lavarse las manos es muy importante. Pero hay que comprender que este estudio no probó, por ejemplo, que los pacientes adquirieran los gérmenes en los hospitales de donde vinieron. De hecho, es muy probable que llegaran con gérmenes al hospital, y que todavía los tuvieran al salir".
¿Por qué? "Porque ahí afuera es una selva", dijo Tierno. "Los gérmenes resistentes no están solo en los hospitales. Están en todas partes".
Tierno ofreció dos motivos principales: las recetas inadecuadas de antibióticos, y el uso generalizado de antibióticos en el pienso industrial para animales.
"Sin duda los hospitales y los centros de atención son un hervidero de gérmenes resistentes. Y sí, lo que yo llamo la 'gran higiene' es muy importante, que quiere decir lavarse las manos antes de comer o beber", explicó.
Pero si deseamos lograr avances contra los gérmenes resistentes, todos tendrán que seguir ese consejo, no solo los pacientes, planteó. "Porque los gérmenes resistentes provienen del manejo diario de las carnes y las verduras crudas. De simplemente adquirir flora mientras camina por la vida e interactúa con la gente. De tocar pomos de puertas, botones de elevadores y pasamanos de escaleras. Esos gérmenes provienen del mundo donde todos vivimos", dijo Tierno.
FUENTES: Lona Mody, M.D., M.Sc., professor of internal medicine, University of Michigan, and associate division chief, division of geriatric and palliative care medicine, and associate director, clinical and translational research, Geriatrics Center, University of Michigan Medical School, Ann Arbor, Mich.; Philip Tierno, M.D., Ph.D., professor, microbiology and pathology, NYU School of Medicine, NYU Langone Medical Center, New York City; March 14, 2016, JAMA Internal Medicine