Con la esperanza de detener el abuso de medicamentos relacionado con los analgésicos narcóticos recetados, como Oxycontin, Percocet y Vicodin, las autoridades federales publicaron el martes unas nuevas directrices estrictas sobre las recetas para los médicos del país.
La nueva recomendación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. hace hincapié en que los médicos (especialmente los médicos de atención primaria) deberían intentar evitar estos analgésicos "opiáceos" adictivos cuando sea posible en los pacientes con la mayoría de formas de dolor crónico.
Por ejemplo, esto incluiría pacientes que sufren de dolor de articulaciones o de espalda, dolor dental (la extracción de un diente, por ejemplo), u otro dolor crónico tratado en un ambiente ambulatorio.
No se incluiría el uso de analgésicos narcóticos para las personas que sufren de dolor relacionado con el cáncer, ni para los pacientes con una enfermedad terminal en cuidados paliativos, indicaron los CDC.
"Más de 40 estadounidenses fallecen cada día por sobredosis de opiáceos recetados", afirmó en una conferencia de prensa el martes el director de los CDC, el Dr. Tom Frieden. "El aumento de las recetas de opiáceos (que se han cuadruplicado desde 1999) está motivando una epidemia que está borrando las fronteras entre los opiáceos recetados y los ilegales", añadió.
Los informes recientes han hecho sonar las alarmas sobre la tasa cada vez mayor de muertes por abuso de analgésicos narcóticos.
En diciembre, los CDC anunciaron que las sobredosis mortales de drogas habían alcanzado unos máximos históricos en Estados Unidos, lo que estaba motivado en gran medida por el abuso de analgésicos y otros opiáceos recetados, y de heroína (muchas personas que abusan toman ambas cosas).
Según el informe de diciembre, más de 47,000 estadounidenses perdieron su vida por una sobredosis de medicamentos o drogas en 2014, un aumento del 14 por ciento respecto al año anterior.
En reacción a la crisis del pasado mes de octubre, el Presidente Barack Obama anotó que la tasa diaria de muertes por sobredosis de medicamentos es superior ahora a la de accidentes de coche. En ese momento, la Casa Blanca anunció una iniciativa importante dirigida a combatir esa tendencia. La recomendación de los CDC publicada el martes es parte de ese esfuerzo.
Además de hacer un llamado a los médicos para que prueben primero con las opciones sin narcóticos para el alivio del dolor, la recomendación de los CDC también indicó varias medidas para reducir el abuso de los analgésicos opiáceos.
Siempre que esos analgésicos sean recetados, se debería usar "la dosis efectiva más baja posible", según los CDC.
Además, los pacientes que están tomado tales medicamentos deberían ser monitorizados de cerca para "reevaluar el progreso [del paciente] y dejar de tomar los medicamentos si es necesario", afirmó la agencia.
Los CDC dijeron que las nuevas directrices se dirigen a los médicos de atención primaria, porque esos médicos actualmente emiten casi la mitad de las recetas de analgésicos narcóticos.
Un experto aplaudió la nueva iniciativa.
"Estas directrices aumentan la concienciación sobre los peligros de recetar opiáceos de forma no escrupulosa, además de resaltar el valor de los medicamentos no opiáceos y las terapias no farmacológicas", dijo el Dr. Harshal Kirane, que dirige los servicios contra la adicción del Hospital de la Universidad de Staten Island, en la ciudad de Nueva York.
"La epidemia de abuso de opiáceos nos puede afectar a cualquiera, de modo que todos debemos cooperar para producir un cambio sostenible", dijo.
Dos estudios publicados el martes en la revista Journal of the American Medical Association enfatizan el alcance del problema.
En uno de los estudios, un equipo dirigido por la Dra. Hannah Wunsch, del Centro de Ciencias de la Salud Sunnybrook de Toronto, examinó las recetas administradas a los pacientes estadounidenses después de someterse a cirugías "de bajo riesgo".
Las cirugías incluyen un total de más de 155,000 procedimientos realizados en Estados Unidos para el túnel carpiano, la extirpación de la vesícula biliar, la reparación de la hernia y una artroscopia de la rodilla.
Dentro de una semana del alta del hospital, 4 de cada 5 pacientes habían rellenado una receta para un analgésico opiáceo, y la gran mayoría de esas recetas eran de Percocet o Vicodin, halló el equipo.
Lo que es más, las dosis para estos medicamentos tendían a aumentar a lo largo del tiempo, informó el equipo de Wunsch, indicando "una creciente dependencia de los opiáceos para el alivio del dolor postquirúrgico frente a las terapias alternativas".
Un segundo estudio se centró en otra fuente importante de recetas de analgésicos narcóticos: los dentistas:
El estudio fue dirigido por el Dr. Brian Bateman, del Hospital Brigham and Women's de Boston, y dio seguimiento a más de 2.7 millones de pacientes a los que se les se había practicado una extracción dental entre 2000 y 2010.
Según el estudio, en el plazo de una semana desde la extracción dental, el 42 por ciento de los pacientes surtieron una receta de un analgésico narcótico. Muchos de los pacientes eran jóvenes: el 61 por ciento de las personas de 14 a 17 años surtieron ese tipo de recetas, indicaron los investigadores.
El equipo de Bateman cree que los analgésicos narcóticos se recetan en exceso después de la extracción de un diente, "sobre todo porque los [analgésicos] no opiáceos podrían ser más efectivos en este ambiente".
A un experto en salud mental no le sorprendieron los hallazgos.
"Un protocolo del uso de opiáceos a largo plazo llega con mucho retraso", dijo el Dr. Ashish Sahasra, especialista en endodoncia en Premier Endodontics en Garden City, Nueva York. "Aunque estos analgésicos son muy necesarios, muchos médicos podrían tender a recetarlos de forma excesiva en su régimen para el manejo del dolor".
FUENTES: March 15, 2016, news conference, with Tom Frieden, M.D., director, U.S. Centers for Disease Control and Prevention; March 15, 2016, news releases, U.S. Centers for Disease Control and Prevention and Journal of the American Medical Association; Harshal Kirane, M.D., director, addiction services, Staten Island University Hospital, New York City; Ashish Sahasra, D.M.D., endodontist, Premier Endodontics, Garden City, N.Y.