El alcohol, las carnes procesadas (como las salchichas, el jamón y la tocineta) y el exceso de peso podrían aumentar el riesgo de una persona de cáncer de estómago, encuentra una revisión reciente.
Además, el riesgo parece aumentar a medida que una persona bebe más alcohol, come más carne procesada o sube más de peso, afirma la revisión.
Fue publicada el miércoles por el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer.
La revisión concluye que en Estados Unidos más o menos uno de cada siete casos de cáncer de estómago se podría prevenir si las personas no bebieran más de tres copas de alcohol al día, no comieran carne procesada y mantuvieran un peso saludable. Eso es aproximadamente 4,000 casos de cáncer de estómago cada año.
"Este es el primer informe que encuentra una evidencia firme de estos vínculos", señaló Alice Bender, directora de los programas de nutrición del instituto oncológico. "Hay cosas que podemos hacer para reducir el riesgo de cáncer. Hay opciones que elegimos cada día que pueden hacer una diferencia".
Pero el informe no demostró que esos factores aumenten el riesgo de cáncer de estómago, sino que solo mostró una asociación.
El informe sugiere que:
Tres o más bebidas alcohólicas diarias todos los días aumentan el riesgo de cáncer de estómago. Una bebida estándar es de 12 onzas (355 mililitros) de cerveza, 5 onzas (148 ml) de vino o 1.5 onzas (44 ml) de licor destilado, según los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU.
Por cada 1.8 onzas (51 gramos) de carne procesada consumidas al día (el equivalente de una salchicha o dos rebanadas de mortadela) el riesgo de cáncer en la parte inferior del estómago aumenta en un 18 por ciento.
Cada aumento de cinco unidades en el índice de masa corporal (el IMC, una proporción entre el peso y la estatura) provoca un aumento del 23 por ciento en el riesgo de cáncer de la parte superior del estómago.
El cáncer de estómago es el quinto cáncer más común en el mundo, la tercera causa más común de muerte por cáncer, según el informe. Tan solo el pasado octubre, la Organización Mundial de la Salud determinó que la carne procesada provoca cáncer.
Cada año se registran casi un millón de casos nuevos de cáncer de estómago, conformando el 7 por ciento de todos los casos nuevos de cáncer. La tasa de supervivencia a cinco años es del 25 al 28 por ciento, mayormente porque los síntomas solo aparecen en una etapa avanzada, según el informe.
Los hombres tienen el doble de probabilidades que las mujeres de desarrollar cáncer de estómago, que es más común entre las personas de edad avanzada. La edad promedio del diagnóstico en Estados Unidos es de 72 años, añadía el informe.
En el informe, los investigadores combinaron y analizaron todos los datos científicos disponibles sobre el cáncer de estómago, la dieta, la actividad física y el peso. El análisis incluyó a 89 estudios que cubrieron a 17.5 millones de adultos, entre ellos 77,000 con cáncer de estómago.
"En general no se puede tomar el resultado de un solo estudio como evidencia. Hay que buscar patrones", apuntó la coautora del estudio, la Dra. Anne McTiernan, epidemióloga del Centro de Investigación sobre el Cáncer Fred Hutchinson, en Seattle. "Al combinar toda esta evidencia, de verdad se puede ver qué aspecto tienen estas asociaciones".
Los investigadores dieron un paso adicional al observar la forma en que estos factores de riesgo afectaban a dos tipos distintos de cáncer de estómago: los cánceres de la parte superior del estómago (cerca del esófago) y los cánceres de la parte inferior del estómago.
El sobrepeso y la obesidad parecen aumentar el riesgo de cáncer de la parte superior del estómago, posiblemente debido a que el exceso de peso provoca reflujo ácido e irrita al revestimiento de la parte superior del estómago y al esófago, explicaron McTiernan y Bender.
También es posible que el exceso de grasa aumente el riesgo de cáncer porque promueve la liberación de hormonas como la insulina, los factores de crecimiento humanos y otras sustancias inflamatorias en el torrente sanguíneo, añadieron.
Por otro lado, el alcohol y la carne procesada parecen aumentar sobre todo el riesgo de cáncer de la parte inferior del estómago, encontró el informe.
Las carnes procesadas contienen conservantes como nitratos y sal, o productos secundarios como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH) cuando se ahúman. Se han vinculado antes con el riesgo de cáncer, según McTiernan y Bender.
"No podemos precisar ninguna cosa en particular, pero hay varios mecanismos plausibles de por qué la carne procesada aumentaría el riesgo de cáncer de estómago", dijo Bender.
El alcohol también se ha asociado con el riesgo de otros tipos de cáncer, añadió McTiernan. Bender anotó que el alcohol podría funcionar como un disolvente que ayude a los carcinógenos a entrar en las células de las personas, o que el cuerpo podría descomponer el alcohol en sustancias que favorecen al cáncer.
Quizá la gente deba considerar la carne procesada como una indulgencia ocasional, en base a estos hallazgos, planteó Marji McCullough, directora estratégica de epidemiología nutricional de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society).
"Las personas deben reducir su consumo de carne procesada y considerarla más como algo que comen en ocasiones, y no como parte regular de su dieta", dijo.
Por otro lado, las directrices actuales ya restringen el consumo de alcohol a una bebida por día en las mujeres, y a dos bebidas al día en los hombres, de forma que las personas que se atengan a eso no tendrían que cambiar sus hábitos.
"Si se siguen las directrices actuales de prevención del cáncer, eso sin duda sería coherente con este informe", enfatizó McCullough.
Los expertos no se pusieron de acuerdo en si estos factores de riesgo individuales pueden combinarse para aumentar las probabilidades de una persona de desarrollar cáncer del estómago. Por ejemplo, ¿estaría una persona que bebe alcohol y come carne procesada en un riesgo más alto que una persona que solo bebe?
McTiernan señaló que los factores de riesgo con frecuencia se solapan. Por ejemplo, los bebedores son más propensos a fumar. "Diferenciar esas cosas puede resultar difícil", dijo, dificultando determinar si el riesgo se acumula o no.
Pero varios estudios han mostrado que si las personas adoptan múltiples estrategias para reducir el cáncer en su vida diaria, tienen un riesgo más bajo de desarrollar un cáncer o de morir por esa causa que las personas que solo adoptan una única estrategia, comentó McCullough.
"Sí parece que mientras más cosas saludables uno haga, mayor es el beneficio en términos de reducir el riesgo", dijo.
FUENTES: Alice Bender, M.S., R.D.N., head, nutrition programs, American Institute of Cancer Research; Anne McTiernan, M.D., Ph.D., epidemiologist, Fred Hutchinson Cancer Research Center, Seattle; Marji McCullough, Sc.D., R.D., strategic director, nutritional epidemiology, American Cancer Society; April 20, 2016, Diet, Nutrition, Physical Activity and Stomach Cancer 2016