Aunque muchos creen que una dieta rica en proteína puede ayudar a perder peso, un nuevo estudio encuentra que en realidad podría prevenir un beneficio de salud importante que conlleva el hecho de adelgazar.
La investigación halló que cuando se pierde peso con una dieta rica en proteína, no hay ninguna mejora en lo que los médicos llaman "sensibilidad a la insulina", un factor que podría reducir el riesgo de diabetes y enfermedad cardiaca.
En la diabetes tipo 2, las células pierden gradualmente la sensibilidad a la insulina, que es su capacidad de responder a la hormona metabólica.
Esto con frecuencia ocurre con el aumento en la obesidad, de forma que una mejora en la sensibilidad a la insulina puede ser uno de los efectos de la pérdida de peso.
Pero "encontramos que las mujeres que perdieron peso comiendo una dieta rica en proteína no experimentaron ninguna mejora en la sensibilidad a la insulina", dijo la investigadora principal del estudio, Bettina Mittendorfer, profesora de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis.
El equipo de Mittendorfer siguió durante siete meses los resultados de 34 mujeres obesas de 50 a 65 años de edad, ninguna de la cuales tenían diabetes al inicio del estudio. Las mujeres fueron divididas en tres grupos: un grupo sin dieta en que las mujeres simplemente mantuvieron su peso; un grupo de dieta que comió el nivel recomendado de proteína al día; y un grupo de dieta que llevó un régimen rico en proteína.
Al final del periodo del estudio, las mujeres que comieron la dieta rica en proteína no mostraron ninguna mejora en la sensibilidad a la insulina, un factor importante para reducir el riesgo de diabetes y enfermedad cardiaca.
Las mujeres que hicieron dieta pero que comieron la cantidad estándar de proteína tuvieron una mejora de un 25 a un 30 por ciento en la sensibilidad a la insulina, reportaron los investigadores.
"Las mujeres que perdieron peso mientras comían menos proteína tenían significativamente más sensibilidad a la insulina al final del estudio", dijo Mittendorfer en un comunicado de prensa de la universidad. "Esto es importante porque en muchas personas con sobrepeso y obesas, la insulina no controla los niveles de azúcar en sangre de forma efectiva, y al final el resultado es la diabetes tipo 2", explicó.
Los investigadores también encontraron que consumir unos niveles altos de proteína ofrecía poco beneficio en términos de preservar el músculo mientras se hacía dieta.
"Cuando se pierde peso, alrededor de dos tercios tiende a ser tejido graso, y el otro tercio tejido magro", anotó Mittendorfer. "Las mujeres que comieron más proteína tendían a perder un poco menos de tejido magro, pero la diferencia total fue de apenas más o menos una libra (menos de medio kilo). Cuestionamos si hay un beneficio clínico significativo con una diferencia tan pequeña".
No se sabe por qué la sensibilidad a la insulina no mejoró en las mujeres que comieron dietas ricas en proteína, o si los mismos resultados ocurrirían en hombres o en mujeres ya diagnosticados con diabetes tipo 2, apuntaron los autores del estudio.
Una nutricionista experta señaló que los hallazgos tienen sentido, desde el punto de vista metabólico.
"Su cuerpo necesita proteína. Pero consumir una cantidad de proteína más allá de sus necesidades es innecesario, podría incluso ser nocivo si tiene problemas en los riñones, y puede conducir a un aumento de peso, dado que las calorías en exceso de las proteínas se almacenan como grasa", explicó Stephanie Schiff, dietista registrada del Hospital de Huntington en Huntington, Nueva York.
"En las mujeres obesas postmenopáusicas, hay que agregar el factor de una reducción en la sensibilidad a la insulina y los beneficios percibidos de las dietas ricas en proteína se pierden", apuntó.
Schiff considera que la dieta más saludable es una dieta "equilibrada" que incluya carbohidratos complejos además del nivel recomendado de proteína al día.
Pero un experto en diabetes cree que una pérdida de peso saludable es típicamente beneficiosa en términos de prevenir la diabetes, aunque conlleve regímenes ricos en proteína.
"La mayor parte del tiempo las personas que pierden peso se hacen más sensibles a la insulina", apuntó el Dr. Gerard Bernstein, que coordina el Programa Friedman de Diabetes en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.
Cree que el ejercicio también es clave.
"Una cantidad razonable de actividad física puede aumentar la sensibilidad a la insulina en los músculos", comentó Bernstein, "y en general trabajamos con la restricción de calorías y la actividad física en conjunto".
Los hallazgos aparecen en la edición del 11 de octubre de la revista Cell Reports.
FUENTES: Stephanie Schiff, RDN, registered dietitian, Huntington Hospital, Huntington, N.Y.; Gerald Bernstein, M.D., endocrinologist and coordinator, Friedman Diabetes Program, Lenox Hill Hospital, New York City; Washington University