Las autoridades sanitarias de EE. UU. están advirtiendo sobre otra potencial amenaza de salud transmitida por los mosquitos para los estadounidenses: la fiebre amarilla.
En un ensayo publicado el miércoles en la revista New England Journal of Medicine, el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU., y su colaboradora, la Dra. Catharine Paules, dijeron que un gran brote de fiebre amarilla en Brasil se debe monitorizar de cerca.
La fiebre amarilla tiene una tasa de mortalidad relativamente alta y "es el virus [transmitido por insectos] más grave que jamás ha circulado por el continente americano", escribieron Fauci y Paules.
"Aunque es muy improbable que veamos brotes de fiebre amarilla en la parte continental de Estados Unidos... es posible que ocurran casos de fiebre amarilla relacionados con los viajes, con periodos breves de transmisión local en regiones más cálidas, como los estados de la Costa del Golfo, donde los mosquitos A. aegypti son prevalentes", añadió el equipo.
Según los expertos, la fiebre amarilla tiene el potencial de ser la quinta infección transmitida por mosquitos en aparecer en la parte continental de Estados Unidos desde los 90, tras el dengue, el Nilo Occidental, la chikungunya y el virus del Zika.
Pero la fiebre amarilla es quizá la más peligrosa de los cinco. En un brote que comenzó en Congo en diciembre de 2015, hubo 137 muertes de 961 casos confirmados, según el informe.
Y en el brote actual en Brasil, hasta ahora ha habido 234 casos y 80 muertes confirmadas, según las autoridades de salud.
Un hecho más alarmante en el brote de Brasil es que la enfermedad parece estarse moviendo de su ámbito rural normal a las ciudades.
"El brote está afectando a áreas muy próximas a centros urbanos importantes [en Brasil] donde la vacuna contra la fiebre amarilla no se administra de forma rutinaria", advirtieron Fauci y Paules.
Los autores enfatizaron que todavía no hay evidencias de que los mosquitos estén transmitiendo la fiebre amarilla entre las personas infectadas. Pero la llegada de brotes cerca de centros urbanos "plantea la preocupación de que, por primera vez en décadas ocurra transmisión urbana de la fiebre amarilla en Brasil", explicaron.
La enfermedad no es totalmente desconocida en Estados Unidos, aunque los científicos dicen que el último brote importante sucedió en un pasado distante.
"La epidemia de fiebre amarilla de Filadelfia de 1793, por ejemplo, acabó con las vidas de aproximadamente un 10 por ciento de la población de la ciudad", anotaron Fauci y Paules.
Por suerte para los estadounidenses actuales, la vacuna contra la fiebre amarilla (desarrollada por primera vez en 1937) es efectiva para prevenir la enfermedad. Se cree que la vacuna actual tiene una efectividad del 99 por ciento a lo largo de la vida.
Entre los que ya están infectados, es esencial detectar los síntomas pronto.
Pero "un reconocimiento temprano podría ser difícil en países como Estados Unidos, donde la mayoría de médicos nunca han visto un caso de fiebre amarilla", apuntaron los expertos. Los síntomas tempranos incluyen una fiebre que puede imitar a la gripe, seguida de un periodo de remisión, y luego una etapa llamada "intoxicación": fiebre alta, disfunción del hígado e ictericia, e incluso insuficiencia cardiaca, disfunción cardiaca y del sistema nervioso, y shock.
No han surgido casos de ese tipo en Estados Unidos, pero el hecho de que se hagan viajes internacionales significa que personas sin vacunar podrían volver con la enfermedad tras visitar un área endémica.
El brote de fiebre amarilla llega a medida que el virus del Zika sigue afectando a países por toda América. Ambos virus son propagados por la misma especie de mosquito.
Para prevenir que el brote de Brasil se propague, "la identificación temprana de los casos y la implementación rápida de estrategias de gestión y prevención de salud pública, como el control de los mosquitos y una vacunación adecuada, son esenciales", concluyeron Fauci y Paules.
FUENTES: March 8, 2017, New England Journal of Medicine; U.S. National Institute of Allergy and Infectious Diseases