Toleran el alcohol peor que los hombres

Más mujeres mayores están bebiendo mucho alcohol

Un estudio encontró un aumento dramático en los atracones de bebida en ese grupo vulnerable

Fuente: MedlinePlus

Más mujeres mayores estadounidenses que nunca están bebiendo alcohol, y mucho, muestra un estudio reciente.

Lo más problemático del hallazgo es que la prevalencia de los atracones de bebida en las mujeres mayores está aumentando de forma dramática, mucho más rápido que entre los hombres mayores, anotaron los investigadores.

La diferencia fue sorprendente. Entre los hombres, la prevalencia promedio de atracones de bebida se mantuvo estable entre 1997 y 2014, mientras que aumentó en un promedio de casi un 4 por ciento al año entre las mujeres, encontraron los investigadores.

Un mayor consumo de alcohol y los atracones de bebida pueden ser un grave problema de salud para las mujeres, apuntó la autora del estudio, Rosalind Breslow, epidemióloga en el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas y el Alcoholismo de EE. UU.

Las mujeres no toleran el alcohol igual de bien que los hombres, y comienzan a tener problemas relacionados con el alcohol a unos niveles de consumo más bajo que los hombres, explicó Breslow.

Apuntó que, en promedio, las mujeres pesan menos y tienen menos agua en el cuerpo que los hombres (el alcohol se disuelve en el agua).

"Entonces, después de que un hombre y una mujer con el mismo peso consumen la misma cantidad de alcohol, la concentración de alcohol en la sangre de la mujer tiende a ser más alta, poniéndola en un mayor riesgo de daños", advirtió Breslow.

Para realizar el estudio, Breslow y sus colaboradores recolectaron datos sobre más de 65,000 hombres y mujeres de a partir de los 60 años de edad que bebían alcohol en la actualidad. De ellos, más de 6,500 hombres y 1,700 mujeres realizaban atracones de bebida.

Los adultos mayores, en general, tienen un riesgo más alto por los efectos del alcohol que los más jóvenes, anotó Breslow. "Son más sensibles a los efectos del alcohol, que puede contribuir a las caídas y otras lesiones, un problema importante para las personas mayores", dijo.

A medida que la población de EE. UU. envejece, es probable que la cantidad de hombres y mujeres de a partir de 60 años de edad que beben alcohol aumente, lo que conlleva más problemas relacionados con el alcohol.

Breslow dijo que en el estudio "encontramos que entre 1997 y 2014, la proporción de hombres mayores que bebían en la población de EE. UU. aumentó más o menos un 1 por ciento al año, y las mujeres que bebían aumentaron casi un 2 por ciento al año".

Breslow añadió que no está claro por qué esto está sucediendo.

"Hay mucha especulación de que la generación de la postguerra bebía más en la juventud y sigue bebiendo más como grupo. Hay algo de evidencia limitada que respalda esa especulación", dijo.

"Sí hallamos que más personas de la generación de la postguerra de 60 a 64 años bebían, tanto hombres como mujeres, que las personas de la misma edad de generaciones anteriores", añadió Breslow.

Los investigadores no analizaron si el consumo de alcohol está aumentando en ciertos grupos raciales o étnicos, dijo.

Pero el alcohol puede tener consecuencias devastadoras, sobre todo para los adultos mayores, advirtió Breslow.

"Beber demasiado aumenta las probabilidades de ser lesionado o incluso de matarse. Por ejemplo, el alcohol es un factor en más o menos un 60 por ciento de las quemaduras letales, los ahogamientos y los homicidios; en un 50 por ciento de las lesiones traumáticas graves y las violaciones sexuales; y de un 40 por ciento de los accidentes letales en vehículos motorizados, los suicidios, y las caídas mortales", lamentó.

Además, los bebedores empedernidos tienen un riesgo más alto de enfermedad hepática, enfermedad cardiaca, trastornos del sueño, depresión, accidente cerebrovascular, hemorragias estomacales, infecciones de transmisión sexual debidas a tener relaciones sexuales no seguras, y varios tipos de cáncer, dijo Breslow. También podrían tener problemas para gestionar la diabetes, la hipertensión y otras afecciones crónicas.

"Piense antes de beber", aconsejó. Los adultos de a partir de 65 años de edad que están sanos y no toman medicamentos no deben tomar más de tres copas al día o siete copas en una semana, dijo Breslow.

"Según su salud y la forma en que el alcohol le afecte, quizá deba beber menos o no beber", añadió.

Otro experto en el abuso del alcohol también opinó que el aumento en los atracones de bebida entre las mujeres mayores fue el hallazgo más preocupante del estudio.

"Sabemos que, en general, las mujeres son más sensibles a las consecuencias negativas para la salud del alcohol que los hombres", apuntó el Dr. J.C. Garbutt, director médico del Programa sobre el Abuso del Alcohol y de las Sustancias de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill.

"Esas consecuencias incluyen enfermedad del hígado, hipertensión, accidente cerebrovascular, enfermedad cardiaca y deterioro cognitivo, que son problemas graves, y también es posible una adicción al alcohol", advirtió.

Garbutt dijo que no podía explicar el aumento en los atracones de bebida entre las mujeres mayores.

"Habría que pensar que influyen factores culturales importantes, como una mayor aceptación del consumo de alcohol en las mujeres, cambios en la estructura familiar y quizá un mayor acceso. Pero en realidad no lo sabemos, así que especular sería prematuro", dijo.

"De cualquier forma, esto habla de la necesidad de seguir educando al público sobre los daños del alcohol, incluyendo que las mujeres y las personas mayores tienen un mayor riesgo", planteó.

El informe aparece en la edición del 24 de marzo de la revista Alcoholism: Clinical and Experimental Research.

Un estudio publicado el pasado octubre también encontró que las diferencias en el consumo de alcohol entre hombres y mujeres se están reduciendo.

Las mujeres de todo el mundo son ahora casi igual de propensas que los hombres a beber y a beber en exceso, según investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre las Drogas y el Alcohol de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia.


FUENTES: Rosalind Breslow, Ph.D., M.P.H., epidemiologist, U.S. National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism; J.C. Garbutt, M.D., professor, psychiatry, and medical director, Alcohol and Substance Abuse Program, University of North Carolina, Chapel Hill; March 24, 2017, Alcoholism: Clinical and Experimental Research