Unas convulsiones no detectadas o "silenciosas" podrían contribuir a algunos síntomas asociados con el Alzheimer, como la confusión, sugiere un estudio pequeño.
Las convulsiones se producen en el hipocampo, una parte del cerebro implicada en la consolidación de los recuerdos. Los investigadores sospechan que tratar estas convulsiones podría ayudar a gestionar el Alzheimer o quizá a ralentizarlo.
"Aunque no es sorprendente encontrar una disfunción en las redes cerebrales en la enfermedad de Alzheimer, nuestro nuevo hallazgo de que las redes implicadas en la función de la memoria pueden volverse epilépticas de forma silenciosa podría conducir a la oportunidad de dirigirse a esa disfunción con medicamentos nuevos o ya existentes a fin de reducir los síntomas o quizá alterar el curso de la enfermedad", dijo el autor principal del estudio, el Dr. Andrew Cole.
Cole dirige el Servicio de Epilepsia del Hospital General de Massachusetts (MGH, por sus siglas en inglés).
"Ahora tenemos que estudiar a más individuos a fin de validar este hallazgo y comprender hasta qué punto es prevalente en los pacientes con Alzheimer, si se produce en otros trastornos neurodegenerativos y cómo responde al tratamiento", comentó en un comunicado de prensa del hospital.
El estudio contó solamente con dos mujeres. Ambas tenían entre 60 y 69 años y tenían síntomas asociados con el Alzheimer. Las mujeres tenían periodos de confusión o hacían las mismas preguntas de forma repetida.
Las imágenes cerebrales y las pruebas del líquido cefalorraquídeo sugirieron que tenían Alzheimer, pero las oscilaciones de los síntomas de las mujeres fueron mucho más dramáticas que lo habitual.
Ninguna de las participantes tenía antecedentes de convulsiones. Normalmente, una prueba llamada EEG que se realiza en el cuero cabelludo puede detectar la actividad eléctrica anómala en el cerebro de las personas que sufren convulsiones. Pero en estas dos mujeres no se encontraron dichas anomalías, indicaron los investigadores.
Dado que el hipocampo es una parte clave del cerebro afectado por el Alzheimer, y también es una fuente común de convulsiones en las personas con epilepsia, los investigadores se centraron en esa parte del cerebro y realizaron más pruebas.
Colocaron electrodos en ambos lados del cerebro de las mujeres a través de una apertura que se produce naturalmente en la base del cráneo. La actividad cerebral se monitorizó entre 24 y 72 horas.
El estudio encontró que las mujeres tenían una actividad similar a las convulsiones en el hipocampo. Una de las mujeres experimentaba aumentos frecuentes de la actividad eléctrica que normalmente se asocian con convulsiones y que no detectó el EEG en el cuero cabelludo. Mientras dormía se produjeron 3 convulsiones. Ninguno de estos episodios provocó ningún síntoma apreciable.
Los medicamentos anticonvulsivos eliminaron la actividad similar a las convulsiones. El año siguiente, la mujer solamente tuvo un incidente de confusión, que se produjo cuando dejó de tomar las dosis de su medicación.
La otra mujer también tuvo aumentos frecuentes en la actividad eléctrica en el hipocampo durante el sueño. Esta paciente también fue tratada con medicamentos anticonvulsivos, pero interrumpió el tratamiento debido a unos efectos secundarios no deseables relacionados con el estado de ánimo.
"Nuestros hallazgos confirmaron la presencia de disfunciones graves en las redes neuronales afectadas por el Alzheimer y confirmaron nuestra hipótesis de que los fenómenos epilépticos son un componente importante del trastorno", dijo Cole.
Pero agregó que era necesario realizar más investigaciones. Los investigadores esperan crear un modo de detectar estas convulsiones silenciosas sin usar los electrodos, que son mínimamente invasivos, en el cerebro.
El estudio aparece en la edición en línea del 1 de mayo de Nature Medicine.
FUENTE: Massachusetts General Hospital